¿Por qué hay un hombre al que sigue un montón de gente los domingos en Alcalá de Henares?

El historiador Vicente Fernández lleva años saliendo a la calle para recorrer los enclaves que protagonizan una ciudad milenaria. Cientos de personas ya le han acompañado en sus recorridos sobre sus leyendas y anécdotas. Los primeros domingos de cada mes, gratuitas y sin inscripción previa. Así son las rutas históricas que el alcalaíno Vicente Fernández organiza en el municipio complutense y que congregan a decenas de personas.

En la Plaza de las Bernardas el guia muestra un facsímil de 'El problema español' . Foto de Pedro Enrique Andarelli ( archivo de AH )
  • Con gran ahínco, este historiador intenta dar a conocer el pasado de un municipio célebre por su ligazón con la historia cultural y política de España.
Foto de Pedro Enrique Andarelli (archivo de AH)

Según relata  Guillermo Martínez  en una excepcional crónica sólo para suscriptores en EL CONFIDENCIAL, Alejado de lo que sería una aburrida clase de historia, el guía recorre de manera amena los personajes más ilustres que pasaron por Alcalá de Henares, los refranes y anécdotas que encierra la ciudad y los barrios que en la Edad Media la poblaron. No sería raro verle un domingo rodeado de personas y con su altavoz, que ha aumentado ya en cuatro ocasiones y que enfoca a la pared para que así rebote el sonido, dando a conocer los entresijos de esta ciudad que ama. Como tantas cosas en la vida, los paseos matutinos comandados por Fernández comenzaron de manera fortuita: “Un amigo catalán me encomendó preparar una ruta en la que repasar qué unía a Alcalá con Cataluña. La idea era hacerla después de la típica calçotada en la que varios amigos nos reuníamos año tras año”. Fue en esos encuentros en los que otro colega le dijo que no sabía que Manuel Azaña había nacido en esta ciudad. Y surgió la chispa.

Fernández, como historiador, supo ver la oportunidad de hacer valer el fructífero y rico pasado de esta ciudad a la que, desde hace años, cuida en cierta manera al difundir sus extensos conocimientos sobre ella. “La primera salida estuvo dedicada a Manuel Azaña y vino una montonera de gente, parecíamos una manifestación, llegamos a las 100 personas”, comenta orgulloso. Aquello sucedió a finales de 2016. Ese año se inició una andadura que ni siquiera Fernández sabía en lo que iba a desembocar. “Tras la insistencia de algunas personas, decidí repetir el itinerario de Azaña en enero del 2017”, cuenta. “Si esto resulta y a la gente la puedo llevar bien…”, pensó. La siguiente llegó el 2 de mayo, día en el que relató el importante papel, apenas sabido y reconocido, que jugó Alcalá de Henares en el levantamiento madrileño contra los franceses. “Fue un éxito total. Nos acercamos a las 200 personas”, rememora. De hecho, ese es el único día que no sale el primer domingo de mes, sino que mantiene la fecha como tal, aprovechando que es festivo regional.


En Cervantes, a las 10.30 horas, siempre

Desde entonces, era habitual ver a Fernández rodeado de personas por las calles de Alcalá cada domingo. Así sucedió hasta el estallido de la pandemia, justo el 8 de marzo de 2020: “El covid nos golpeó tanto que tampoco hice las rutas en 2021, y esperé a que me jubilara en agosto de 2022 para retomarlas”, dice al respecto. Como si de una planificación se tratara, Fernández desenfundó su micrófono y volvió a tomar las calles por las que tiempos pasearon, entre otros personajes de renombre, los Reyes Católicos, Cristóbal Colón, el cardenal Cisneros y Manuel Azaña.

Foto de Pedro Enrique Andarelli (archivo de AH)

Así las cosas, desde octubre de 2022 hasta el día de hoy, sus visitas se han mantenido en el tiempo. “Quedó establecido de tal forma que convoco a la gente en la plaza de Cervantes, junto al monumento, a las 10.30 horas, y desde ahí nos desplazamos”, arguye el que fuera también jefe de Protocolo en el Consistorio alcalaíno. Por otro lado, Internet es el espacio en el que Fernández decide difundir todas las citas. Por el momento, lo mueve en más de 30 grupos de Facebook y en WhatsApp ha creado una lista de difusión que aglutina a más de 700 personas.


Cinco visitas dedicadas a personajes

Aunque varía uno o dos itinerarios cada año para dar “vidilla” al asunto, el guía respeta una estructura estratégica basada en tres ejes. “Comienzo en otoño con las rutas dedicadas a personajes. La primera es en octubre con el Alcalá de Cervantes. Las siguientes salidas monotemáticas están dedicadas al cardenal Cisneros en noviembre, coincidiendo con su fallecimiento, y a Azaña, en enero, coincidiendo con su nacimiento”, se explaya.

Entre medias, intercala un par de ellas en las que Fernández repasa numerosos personajes, también a nivel internacional, que en algún momento estuvieron ligados a la ciudad. Son las salidas de diciembre y febrero en las que habla de Francisco Vallés, médico de Felipe II; Pedro Gumiel, arquitecto de la Universidad de Alcalá; María Isidra de Guzmán, conocida como la doctora de Alcalá, y también Quevedo, Lope de Vega o Catalina de Aragón, entre tantos otros.


Anécdotas y leyendas de Alcalá

Una vez terminados con los personajes, esta suerte de ciclo cultural dominguero continúa con las leyendas, refranes y anécdotas curiosas de Alcalá, a las que dedica por lo menos dos visitas. Ahí, el historiador explica, por ejemplo, de dónde procede el dicho “quien tiene un tío en Alcalá, ni tiene tío ni tiene ná”. Otro de los dichos que recuerda Fernández en su paseo es uno ligado a la capital madrileña. “No es lo mismo ir a Alcalá que hablar con el ordinario”. Antes, el ordinario era aquella persona que hacía de mensajera y recogía los recados para hacerlos llegar a otros lugares.

“Quien tiene un tío en Alcalá, ni tiene tío ni tiene ná”. (G.M.)

Las leyendas también se llevan lo suyo. Así, cuenta que los alcalaínos, conocedores del mal genio de cardenal Lorenzana, colgaron un cartel en la Puerta de Madrid al terminar la construcción de dicho enclave: “Aquí vive Ana Lorenza y no hará lo que en Sigüenza”, rezaba. La leyenda cuenta que el cardenal respondió con otro cartel: “No me llamo Ana Lorenza, que me llamo Lorenzana, aquí al igual que en Sigüenza, haré lo que me da la gana”. En mayo llega el turno de la Guerra de la Independencia, una visita que termina justo en frente del antiguo Ayuntamiento de la ciudad, a escasos metros del actual. Ahí, un invitado de cierto prestigio lee el pergamino con el bando que el alcalde de la ciudad envió el mismo 2 de mayo a todos los pueblos del entorno en el que llamaba a la resistencia contra los franceses y en socorro del pueblo de Madrid.

El verano, junio, julio y agosto, suele estar dedicado a los barrios históricos de la ciudad en la Edad Media. El judío y musulmán lo trata en la misma ruta, mientras que al barrio cristiano le dedica otra salida. Por último, también visita el barrio universitario, el primer campus de la historia en todo el mundo. “Entre medias, a veces hago algunos itinerarios nuevos, como uno que me pidió la Escuela Municipal de Adultos sobre Alcalá y el agua”, completa.


Rigor científico y vocabulario técnico

Preguntado por sus fines, Fernández se muestra tan sincero como certero: “Quiero contribuir a que la propia ciudadanía de Alcalá conozca su historia más a fondo, y lo seguiré haciendo hasta que se me terminen las fuerzas”. Asimismo, el encanto de sus relatos encuentra cierto acomodo tanto en el contenido como en la forma. “Los datos que comparto son en base al rigor científico. No me enmienda nadie porque yo soy el más riguroso conmigo mismo”, cuenta sobre el primer factor.

En cuanto al segundo, la forma, Fernández también le da importancia: “Siempre pienso que mis explicaciones las tendría que entender mi madre, que fue dos años al colegio, sabía leer y escribir mal, pero le interesaba hasta la política internacional”, dice. Además, al vocabulario asequible que protagoniza sus alocuciones se conjuga a la perfección con ciertas palabras más técnicas. “Intento decir el término técnico y luego el popular”, resume. Así, cuando explica un edificio, por ejemplo, primero dice “crujía” y luego “ese lado del edificio”. Fernández, de esta forma, se ha convertido en el vivo ejemplo de que la difusión cultural de una ciudad puede realizarse sin intereses económicos de por medio y haciendo unas explicaciones comprensibles que, a la par, enriquecen el vocabulario de cada uno mientras pasa una mañana de domingo por la ciudad que vio nacer a Miguel de Cervantes. Aprender algo nuevo, tal y como demuestra este historiador, a veces solo es cuestión de tener interés por ello.

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1 Comentario

  1. Mi total admiración, reconocimiento y gratitud a la labor que lleva haciendo, y ojalá haga durante mucho tiempo, Vicente Fernández.

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