Fuentes jurídicas han informado de que la mujer, quien denunció la desaparición de su hijastro al ver que no llegó a casa tras salir de fiesta con unos amigos, comparecerá en calidad de testigo a petición de la Fiscalía.
Mientras tanto, la juez tiene pendiente de resolver las peticiones de la familia del joven, que ha reclamado la realización de una segunda autopsia ante los “errores” apreciados por un nuevo informe forense que ya sido presentado a la jueza, que concluye que Richard murió apaleado antes de ser arrojado al río.
Ocho personas fueron detenidas por estos hechos, cinco de ellas como presuntos coautores de la muerte y los otros tres como supuestos encubridores. La juez dejó en libertad con cargos a los tres mayores, mientras que los otros cinco pasaron a disposición de Fiscalía de Menores.
Richard Ángel desapareció en Alcalá la madrugada del 1 de febrero en las inmediaciones de la discoteca Decano, ubicada a escasos metros del caudal del río Henares.
Vivía con su padre en la cercana localidad de Meco y salió con unos amigos a celebrar un cumpleaños la noche del viernes 31 de enero.
Ya en la madrugada del día 1, según relataron sus amigos a su familia, había bebido y golpeó sin querer a una chica, lo que motivó que el novio de ésta y unos amigos comenzaran a pelearse con él y le golpearan.
Entonces sus amigos intervinieron en su defensa, después de lo cual el joven se fue solo de la discoteca y no le volvieron a ver.
La familia denunció la desaparición al día siguiente y desde entonces se le buscó por diferentes lugares, aunque fundamentalmente por el cauce del río.
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