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El cuerpo ‘incorrupto’ de San Diego de Alcalá volvió a mostrarse al público como cada 13 de noviembre en la Catedral Magistral de Alcalá de Henares.
- Crónica gráfica de Pedro Enrique Andarelli para ALCALÁ HOY
Como es tradición, cada 13 de noviembre, fecha que él mismo predijo para su muerte, y que terminó siendo cierta- Alcalá expone el cuerpo incorrupto de San Diego en la Catedral Magistral, donde restos momificados o “incorruptos” reposa en un arca de plata del siglo XVII en una capilla dentro de la Catedral Magistral.
Por otra parte, tal y como se viene haciendo todos los años, Cáritas estuvo presente durante toda la jornada con una recogida de alimentos en la capilla de San Diego del templo catedralicio. Este año se han repartido centenares panecillos y junto a la imagen de San Diego se ha situado la de un niño que simboliza la beca de San Diego.
San Diego nació el 14 de noviembre de 1400 en San Nicolás del Puerto, en Sevilla. Con vocación religiosa desde muy temprana edad, fue bastante viajero para su época, pues estuvo en el convento de la Arruzafa (hoy Parador de Turismo) en Arrecife, donde fue portero del convento. También estuvo en otros lugares de las islas Canarias, en Sevilla, Cádiz, Castilla, y pasó por muchos lugares de Francia e Italia en su peregrinación a Roma con motivo del año jubilar de 1450. Mientras estaba allí se declaró una peste y él se dedicó a cuidar y curar enfermos de forma intensa.
Por su capacidad intelectual, San Diego pudo haber sido un importante dirigente de la Orden de los Frailes Menores de la Observancia, es decir, de la orden fundada por San Francisco de Asís. Sin embargo Fray Diego decidió tener el oficio más humilde del convento complutense de Santa María de Jesús.
El santo milagroso de los pobres y de las rosas
Alcalá, hasta casi finales del siglo pasado, ha sufrido numerosas inundaciones por los desbordamientos del arroyo Camarmilla y del río Henares. Y siempre que llueve con fuerza, ante el miedo, sus habitantes recuerdan las palabras de San Diego: “mientras yo este en Alcalá, Alcalá no se anegará”. Y es que San Vicente Ferrer profetizó en 1412 que Alcalá desaparecería bajo las aguas. Desde entonces el cuerpo de San Diego nunca ha salido de la ciudad.
Uno de los milagros que se atribuyen y que más se recuerdan de San Diego es el del príncipe Carlos “El Hechizado”. Allá por 1562, el hijo de Felipe II tropezó por las escaleras del Palacio Arzobispal, quedando gravemente herido. Ningún médico hallaba la solución y cuando parecía que iba a desembocar en un fatal desenlace, el duque de Alba recordó la fama de milagrero del santo y ordenó que lo sacasen del sepulcro y lo llevasen en procesión hasta la alcoba de don Carlos. Introdujeron el cadáver incorrupto de San Diego y, según cuentan, casi de inmediato empezó a recuperarse.
La urna de plata donde se encuentra el cuerpo incorrupto se abre a los fieles cada 13 de noviembre durante todo el día. Dicen que este santo bondadoso concede el deseo que se le pide, y creyentes o no creyentes, lo cierto es que cientos de personas se acercan para ver su cuerpo incorrupto.
Venerado en España y toda América
Las monjas concepcionistas del convento de Santa Úrsula, en la calle del mismo nombre, presumen de guardar la lápida de la tumba original de San Diego desde hace cinco siglos, y una mano, también “incorrupta”, como reliquia.
Una curiosidad sobre su gran fama: Lope de Vega le dedicó el soneto: “La verde yedra al tronco asida” y el drama “San Diego de Alcalá”.
Cuando regresó a España pasó por un convento en Tendilla, Guadalajara, y en 1456 se trasladó a Alcalá, donde vivió los siete años que le quedaban de vida en el convento de Santa María de Jesús, trabajando como jardinero, hortelano y portero.
Este convento fue demolido en el siglo XIX y ocupado por el cuartel del Príncipe, al lado de la universidad cisneriana. Es un santo venerado y conocido en multitud de lugares de España, donde es patrón católico de numerosas localidades, al igual que en toda América, sobre todo en México.
La orden franciscana llevó su nombre a California, donde el alcalde de San Diego donó en 1964 una pequeña escultura del santo a la cofradía del Cristo de los Doctrinos, que la guardan en el jardín de su ermita.
Las monjas concepcionistas del convento de Santa Úrsula, en la calle del mismo nombre, presumen de guardar la lápida de la tumba original de San Diego desde hace cinco siglos, y una mano, también “incorrupta”, como reliquia.
Misa del patrón de la Institución de Estudios Complutenses
La alcaldesa Judith Piquet, acompañada por los concejales del Equipo de Gobierno, Isabel Ruiz, Antonio Saldaña, Vicente Pérez, Teófilo Lozano y Pilar Cruz, han estado presentes en la ‘Catedral Magistral’ en la tradicional ‘Misa Solemne’ oficiada por el Obispo de Alcalá , Mons. Antonio Prieto Lucena, con motivo de la ‘Festividad de San Diego de Alcalá’, patrón también de la ‘Institución de Estudios Complutenses’
Un acto enmarcado en un día en el que, como cada 13 de noviembre y de la mano de la ‘Hermandad Franciscana de Nuestro Padre Jesús Resucitado, Nuestra Señora de la Salud y el Perpetuo Socorro y San Diego de Alcalá’, además de la procesión por las calles del centro histórico de Alcalá, el cuerpo ‘incorrupto’ de San Diego se ha vuelto a mostrar al público para devoción popular, cuyos restos incorruptos (momificados), se conservan desde hace más de 400 años en una urna en la ‘Catedral Magistral’.
Previamente a la celebración de la Santa Misa, autoridades y cofradías fueron convocados a depositar una cesta con donaciones que traían preparadas. La primera en ser citada fue Judith Piquet alcaldesa de la ciudad. Tras ellos se irían sucediendo una representación de las diferentes cofradías de Alcalá.
La misa fue cantada por la Escolanía de la Catedral-Magistral como todos los años y es la misa oficial de la Institución de Estudios Complutenses que tiene a San Diego de Alcalá como su santo patrón.
La Hermandad Franciscana de Nuestro Padre Jesús Resucitado, de Nuestra Señora de la Salud y el Perpetuo Socorro y de San Diego de Alcalá ha celebrado, coincidiendo con la festividad de su santo patrón, la procesión de San Diego.
El desfile procesional, con la imagen llevada por costaleros de la cofradía, ha partido a las 17 horas de la calle San Diego, concretamente del convento franciscano de las Clarisas de San Diego. En esta ocasión tuvo un notable acortamiento del recorrido por las obras en el casco histórico, no pudiendo pasar por el convento franciscano de las Clarisas de Nuestra Señora de la Esperanza en la calle Trinidad y Santa Clara.
La procesión estuvo encabezada por Don Manuel Rodríguez, capellán de la Magistral, acompañado por Gregorio Manzanares Hermano Mayor de la Hermandad de la Resurrección, La Virgen de la Salud y San Diego de Alcalá y Presidente de la Junta de Cofradías Penitenciales de Alcalá, así como por los concejales de Tradiciones Populares, Antonio Saldaña, y de Familia a Pilar Cruz.
Del mismo modo, el tiempo desapacible y, sobre todo, la amenaza de lluvia ha acortado aún más la procesión que no completó todo su recorrido, para llegar lo antes posible al tempo catedralicio.