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“Mi conciencia impide el olvido” – Ángel Álvarez Curto, sargento republicano nacido en Alcalá y superviviente del campo nazi de Dachau
- David Cobo García – Portavoz Izquierda Unida Alcalá de Henares
Hace pocos días vi “El Fotógrafo de Mathausen”, película española basada en la crueldad vivida en el campo de concentración nazi de dicho nombre, así como de la heroicidad de los allí cautivos. Campo en el que estuvieron recluidos 7.532 españoles, de los que fueron asesinados 4.816. Sumando a los que fueron asesinados en otros campos como Dachau y Buchenwald, Auschwitz, Bergen Belsen… la cifra se eleva a más de 9.000 españoles prisioneros, 5.185 españoles asesinados y 334 desaparecidos españoles en campos de concentración nazis. Personas cuyo delito había sido el combatir junto a los franceses contra la ocupación nazi, colaborar con la resistencia francesa o, simplemente, ser refugiados de la guerra civil. Todo este genocidio se consumó con el beneplácito activo de Francisco Franco y su Ministro de Exteriores, Serrano Suñer.
Uno de los asesinados en Mathausen fue el alcalaíno Valentín Juara Bellot, oficial del ejército republicano que, en el exilio francés, colaboró con la Resistencia francesa. Hay una calle en su nombre en el Alcalá de Henares.
Otros alcalaínos también sufrieron los campos nazis; Manuel Vacas, que sobrevivió a Buchenwald, y Ángel Álvarez Curto, sargento republicano que pasó su cautiverio en Flossenbürg y en Dachau, al ser liberado pesaba tan sólo 37 kilos debido a las inhumanas condiciones sufridas.
El régimen franquista también contó con más de 300 campos de concentración en España. En los diez años siguientes al término de la Guerra Civil fueron asesinadas 190.000 personas en España, por lo cual seguimos siendo el segundo país del mundo en número de personas desaparecidas.
Durante la dictadura franquista el derecho de reunión, manifestación, huelga, asociación política y sindical… fueron abolidos. Los trabajadores, sindicalistas y profesionales de izquierdas fueron incluidos en listas negras siguiendo la “Ley de Depuración”. Los bienes de las personas de izquierdas fueron incautados. Más de 30.000 niños fueron robados a sus padres y madres. La cultura y la información fueron reprimidas, y censurados sus contenidos.
Los homosexuales fueron tratados como delincuentes y como enfermos mentales, a los que se les aplicaba electroshock. Las mujeres eran consideradas como menores de edad y precisaban permiso paternal o del marido para trabajar o abrirse una cuenta bancaria… La tortura policial, el maltrato infantil o la violencia machista no eran investigados, salvo en los casos en que dichas prácticas ocasionaban la muerte de la víctima…
Estos son los años negros que ahora se quieren blanquear. Esta es la mierda que se oculta tras tanta bandera y grito patriotero.
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Es necesario recordar los crímenes del fascismo, nazismo y franquismo. También es necesario recordar los crímenes de otro tipo de fascismo: el comunismo, que también tuvo campos de concentración, gulags, deportaciones, persecución de judíos, de disidentes, imposición a sangre y fuego de su doctrina política de partido único, totalitarismo sostenido por el ejército, torturas, policía del pensamiento… Millones de personas fueron masacradas por el comunismo, una ideología que solo conquista el poder por la fuerza de las armas y la opresión. Si hoy día abjuramos del nazismo, con tanta o más razón hemos de abjurar del comunismo. Que no nos engañen, ni los neonazis, ni los neocomunistas.