- Carlos Cotón es miembro del Consejo de Dirección de UPYD y Portavoz en Alcalá de Henares
Saben bien ustedes, estimados lectores, que cuando escribo para este medio, ALCALÁ HOY, suelo hacerlo de cuestiones que atañen directamente a nuestra ciudad y al conjunto de los complutenses. Hoy, sin embargo, me van a permitir que cambie el foco y me centre en una cuestión, que aun no siendo municipal, sí que nos atañe a todos. Y no, no les hablaré de la sentencia de La Manada, de la que tengo mi opinión personal, como cualquier otro, porque no soy juez ni experto en Derecho y no quiero contribuir a fomentar esa ola de populismo que se ha levantado con tan funesto suceso, una ola de populismo de gente que opina aparentando poseer amplios conocimientos en Derecho Penal.
Les hablaré, como dije anteriormente, de algo que también nos atañe a todos, pues se trata de una cuestión que nos atañe porque es algo que corresponde a la democracia, a la libertad. Recientemente, nos hacíamos eco a través de los medios de comunicación, de un comunicado emitido por la banda terrorista ETA en el que, cínicamente, se pedía perdón no sin antes, hacer una distinción entre víctimas, como si hubiera víctimas inocentes y víctimas culpables, y en el que ETA adelantaba el anuncio de su presunta disolución.
Ante el cinismo y la manipulación de ETA, todavía hay quiénes se alegraban por ese comunicado emitido por la banda terrorista. Menos mal que todavía contamos con ciudadanos que no se callan, que se conforman y que no admiten que los verdugos, ETA, venga a reescribir la historia y a decirnos qué es lo que pasó. Muchos de esos ciudadanos son víctimas de ETA, personas que han sufrido en primera persona el terrorismo etarra.
Pues bien, esas personas han impulsado recientemente un manifiesto en el que se pide una final de ETA sin impunidad. Los promotores de dicho manifiesto son: Maite Pagazaurtundúa, Consuelo Ordóñez, Fernando Savater, Teo Uriarte, Martín Alonso, Joseba Arregi y Luis Castells. Nombres de sobra conocidos, personas comprometidas con la verdad, ciudadanos valientes en definitiva.
El manifiesto que han impulsado necesita 50.000 firmas y la verdad, es que ha tenido muy buena acogida entre la ciudadanía. Apenas quedan menos de 10.000 firmas para llegar al objetivo inicial. Yo les agredezco a estas personas que hayan impulsado este manifiesto. Un manifiesto lleno de verdad, de sinceridad y sobre todo, lleno de datos. Los datos del horror, la herencia que ETA ha dejado.
Esa funesta herencia es la siguiente: 853 asesinatos de personas inocentes, 21 asesinatos crueles de niños y adolescentes, 1635 huérfanos que viven sin sus padres por el zarpazo de ETA, 100000 exiliados que tuvieron que irse de su casa, de Euskadi, por las amenazas y las coacciones de ETA y de su entorno. Y lo peor, 358 crímenes sin resolver. Y ETA quiere que nos olvidemos de todo esto, quiere que pongamos el contador a cero. Pues no lo vamos a tolerar, porque de hacerlo, estaríamos traicionándonos a nosotros mismos, estaríamos traicionando a la democracia, eso que le costó tanto conseguir a nuestros padres y abuelos.
Ya lo dice Fernando Savater: “la primera víctima del terrorismo de ETA fue la democracia. La herencia de ETA es su lucha contra la democracia y la libertad”. No le falta razón y precisamente por eso, no podemos resignarnos.
Como bien señala Consuelo Ordóñez, presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE), el final que nos ofrece ETA no es el final que quiere la sociedad ni el que quieren las víctimas. No es el final que se merecen el conjunto de los españoles y especialmente, el conjunto de las víctimas del terrorismo de ETA. El Gobierno de España no puede permitirse el presumir de una derrota de ETA, porque no es una derrota. Si ETA estuviese derrotada, no tendría todavía avales internacionales ni a su terrorista más buscado, Josu Ternera, protagonizando un spot publicitario. Además, mientras los herederos políticos de ETA sigan legitimando su trayectoria desde las instituciones de todos los ciudadanos, con Otegi como portavoz mediático, ETA seguirá viva y latiendo. Ya lo dice Maite Pagazaurtundúa, “ETA y sus herederos políticos no se han desprendido de la mentira y de la deslegitimación del asesinato”.
Ya puede ETA emitir los comunicados que quiera anunciando su disolución, que mientras sigan sin colaborar con la justicia para esclarecer esos 358 crímenes que todavía hoy siguen sin resolver y distinguiendo entre víctimas buenas y víctimas malas, habrá un número de ciudadanos que seguiremos luchando, que no permitiremos que se pervierta la verdad y que se entierre todo lo que pasó. No permitiremos el relato envenenado que ETA nos quiere contar.
Hoy, en Euskadi, los etarras que salen de las cárceles y que no se avergüenzan de su pasado, son tratados como héroes, con orgullo. No pasa lo mismo con algún etarra que públicamente se ha arrepentido o reniega de ETA. A ése no le homenajean ni le reciben con vítores.
ETA es una mafia, y eso tiene que quedar claro ante el circo que se nos anuncia. Es una mafia de asesinos, secuestradores y torturadores que quieren poner el contador cero y empezar de nuevo, como si nada hubiera pasado. No lo consintamos. Te pido que, por favor, firmes el manifiesto y lo difundas entre todos tus familiares, amigos y conocidos. Cuantos más seamos, mucho mejor. Esto va de democracia, esto va de libertad.
Enlace para firmar el manifiesto por un fin de ETA sin impunidad
Carlos Cotón es miembro del Consejo de Dirección de UPYD y Portavoz en Alcalá de Henares