La Audiencia Provincial de Madrid juzgará el próximo jueves a un hombre acusado de asestar en abril de 2015 múltiples puñaladas a su mujer, quien logró huir del ataque alertando a los vecinos
Carlos Jesús B. S. será juzgado por un delito de asesinato en grado de tentativa con agravante de parentesco y otro de allanamiento de morada. La Fiscalía solicita una pena de catorce años y seis meses de prisión, según informa Europa Press.
Según el fiscal, el acusado mantuvo una relación sentimental durante 16 años con una mujer, relación que ella mismo dio por terminada el 23 de diciembre de 2014. En el transcurso de su relación nació una niña que cuenta en la actualidad con seis años de edad.
Pese al tiempo transcurrido, y no habiendo logrado resolver ciertas desavenencias surgidas entre ellos a propósito del incipiente proceso de medidas paternofiliales, el procesado, decidió acabar con la vida de la mujer la mañana del 28 de abril de 2015.
Sobre las 9:20 horas del ese día se el acusado personó en el que fuera el domicilio familiar, en Alcalá de Henares. Para acceder a la vivienda, saltó el muro perimetral metálico de dos metros y medio de altura y, una vez dentro del patio interior del inmueble, accedió a la cocina a través de una puerta que se encontraba abierta.
Allí, cogió un cuchillo de 18 centímetros de hoja y se dirigió al salón donde permaneció agazapado detrás del sofá hasta que llegó la mujer. Al entrar ella en el salón, el procesado, sin articular palabra, la propinó un puñetazo en el lado izquierdo de la cara, tirándola al suelo, para a continuación, y con la intención de acabar con su vida, asestarla múltiples cuchilladas en cara, boca, lengua y cuello.
La mujer se defendió y llegó a agarrar la hoja de cuchillo con las manos hasta que, en un determinado momento, logró ponerse de pie y, tras abrir la puerta de la vivienda y del portal del inmueble, salió a la vía pública donde fue asistida por varios viandantes.
El procesado, tras abandonar el lugar de los hechos, fue detenido por agentes de la Policía cuando se estaba deshaciendo de sus ropas ensangrentadas, arrojándolas a un contenedor de reciclaje.
Como consecuencia de este ataque, la mujer sufre importantes secuelas: cicatrices, alteraciones de la movilidad y síndrome de estrés postraumático. Por su parte, el procesado se encuentra en prisión desde el mismo día de los hechos en que fue detenido.