- Carlos Cotón es miembro del Consejo de Dirección de UPYD y Portavoz en Alcalá de Henares
No sé ustedes, estimados lectores, pero yo tengo la sensación de que los Plenos del Ayuntamiento de Alcalá de Henares, están bloqueados. El Pleno del Ayuntamiento, el de Alcalá de Henares y el de cualquier otro Ayuntamiento de España, es el lugar de residencia de la soberanía de los vecinos y donde deberían resolverse las cuestiones que atañen directamente a la ciudad.
Probablemente, el principal objetivo del Partido Popular y el principal pronunciamiento que querían conseguir, era el de Ciudadanos, que viene adoptando en todos los Ayuntamientos en que esta moción se presenta, la abstención como respuesta. Ellos se justifican en que este asunto de la prisión permanente revisable está a la espera de un dictamen por parte del Tribunal Constitucional, pero ese debe ser su mejor y único argumento, porque yo, a día de hoy, no conozco otro argumento y por tanto, no conozco qué piensa o qué defiende Ciudadanos con respecto a la prisión permanente revisable.
Bien. Volviendo al tema y para no perdernos. ¿Qué nos importa, o mejor dicho, qué nos reporta a los vecinos la lucha fratricida que han iniciado PP y Ciudadanos? A mí, sinceramente, poco o nada me interesan los rifirrafes político-personales que puedan tener los concejales del PP con los de Ciudadanos o los concejales de Ciudadanos con los del PP. Y creo que al resto de mis convecinos, les sucederá lo mismo, que estos pleitos entre partidos políticos con un mismo nicho electoral, poco o nada les interesa.
Los Plenos deben servir para que los partidos políticos allí representados, y que por cierto, deberían representar a todos los vecinos y no solo a los que les votaron, presentaran mociones que de verdad influyan directa y positivamente, a ser posible, en el día a día de los vecinos o que supongan mejoras para la ciudad, por ejemplo, inversiones para mejorar infraestructuras, inversiones para mejorar el asfaltado de las calles de Alcalá, medidas para atajar el grave problema de limpieza de la ciudad que padecemos hoy día, medidas para mejorar y trabajar por el gran, pero a la vez desconocido patrimonio natural con el que contamos, en definitiva, mociones que influyan, de un modo real y efectivo, en el día a día de los vecinos y en el día a día de la ciudad.
La última propuesta que hemos realizado desde UPYD, ha sido la de acondicionar todos los semáforos de la ciudad, especialmente los de las zonas más céntricas y por tanto, los de las zonas más concurridas, a las personas con discapacidad visual a través de un sistema tecnológico bastante innovador y que nosotros creemos eficaz y eficiente. Aparte de considerarla una propuesta que repercute en el día a día del vecino, en la seguridad vial en Alcalá de Henares y obviamente, en aquellos ciudadanos que padecen algún tipo de anomalía visual, creemos que es una propuesta que invita a un debate serio, calmado, constructivo, rico en cuanto a argumentos y en ningún caso a un debate faltón o en el que primen las descalificaciones personales.
A mí hoy me gustaría poder estar presente en el Pleno del Ayuntamiento de Alcalá de Henares para defender y presentar propuestas como éstas, propuestas alejadas del titular fácil, porque los que de una u otra forma estamos en política, estamos para contribuir a mejorar el día a día de nuestros conciudadanos y no para fabricar titulares que luego aparezcan en los medios de comunicación. Para esto último ya están ellos, los medios de comunicación, porque además de ser su trabajo, lo harán con más acierto e ingenio que nosotros mismos.
Y no se piensen que estoy en contra de que al Pleno se lleven mociones o iniciativas de las que el Ayuntamiento no tiene ninguna competencia, como son el caso de iniciativas cuya competencia atañe a las Comunidades Autónomas o en su caso, a las Cortes Generales o al Gobierno de la Nación, no, no es esa mi posición. Por supuesto que defiendo que el Pleno lleve a cabo medidas sobre las que tiene competencias directas, pero también entiendo que a los vecinos nos preocupen temas que marcan la agenda social y mediática como el de la prisión permanente revisable u otros temas, porque sobre esas cuestiones también debemos y tenemos que poder pronunciarnos. Lo que no me gusta y aborrezco, es que los partidos políticos lleven al Pleno, temas que no son de competencia municipal con el único objetivo de entablar una lucha con otro partido, sin un previo debate de ideas y sin la intención de sacar algo en claro, más que enfrascarse en luchas partidistas que a nosotros, como ciudadanos de a pie, no nos van a reportar, como dije antes, nada de nada.
Recientemente, tomando un café con una buena amiga y compañera de ideales en esto de la política, ella me decía, “mira, Carlos, yo no entiendo eso que hacen algunos políticos de rebajarse el sueldo nada más asumir el cargo para el que los ciudadanos le han elegido. Un político tiene que estar día y noche, los 365 días del año, al servicio de sus ciudadanos y eso tiene que estar pagado, porque si ese político cumple, lo hará a costa de pasar tiempo con su familia, con su amigos o de dedicarlo a sus caprichos personales”. Esto, sobre todo lo del sueldo que perciben hoy día los representantes políticos, puede y debe debatirse, pero en el fondo de estas palabras, reside la concepción de la política que muchos defendemos e intentamos poner en práctica, aun sin percibir un sueldo público, la concepción de la política como vocación y además, como vocación de servicio público y no como salida profesional para llenarse los bolsillos o lucrarse uno económicamente a costa del resto.
Los partidos políticos no son fines en sí mismos, sino herramientas al servicio de los ciudadanos. Es por ello que no deben defender los intereses partidistas, sino el interés general y los políticos, deben hacer lo mismo, defender el interés de todos, no el suyo propio o el de su partido político. Ambos, los partidos políticos a través de las subvenciones y los cargos públicos a través de su sueldo, se deben a sus ciudadanos, ya que son estos quienes les pagan el jornal, como sucede en cualquier empresa o en cualquier ente con un mínimo de jerarquía normativa. Los ciudadanos son sus jefes y por eso, los ‘políticos profesionales’, como algunos dicen, deben ser lo más útiles posibles para sus jefes, es decir, para sus conciudadanos.
Quizá es que haya que evolucionar del ‘político profesional’ al político vocacional. Quién sabe.
Carlos Cotón es miembro del Consejo de Dirección de UPYD y Portavoz en Alcalá de Henares