- El pasado 18 de julio, Ursula von der Leyen fue reelegida presidenta de la Comisión Europea con 401 votos a favor.
Su reelección contó con el respaldo del Partido Popular Europeo, así como de aliados socialistas, liberales y eurodiputados del grupo Los Verdes, a pesar de las críticas recibidas por las promesas incumplidas durante su primer mandato. Uno de los puntos más controvertidos de su gestión es el manejo del Pacto Verde Europeo y de la ambiciosa estrategia ‘De la Granja a la Mesa’, cuyo objetivo era convertir a la Unión Europea en la primera zona neutra en emisiones de carbono para 2050, reduciendo los gases de efecto invernadero, restaurando la biodiversidad y promoviendo una economía circular y sostenible.
Según un informe de Euronews, más de la mitad de las propuestas de la Estrategia “De la Granja a la Mesa” no se han cumplido. De las 31 medidas de la iniciativa, solo 8 se han implementado, 15 no se han evaluado y una política contra los insecticidas fue retirada, aparentemente para apaciguar las críticas de los agricultores.
Ley de sistemas alimentarios sostenibles
Entre las principales políticas alimentarias que no se adoptaron destacan la ley de sistemas alimentarios sostenibles, cuyo objetivo era establecer un marco para prácticas de producción y consumo de alimentos más sostenibles. Otros proyectos que quedaron de lado incluyen la legislación sobre bienestar animal y la reducción del desperdicio de alimentos. Asimismo, se ha congelado la propuesta de armonización a nivel europeo de un etiquetado nutricional en la parte frontal de los envases.
Esta iniciativa pretendía ayudar a los consumidores a tomar decisiones alimentarias más saludables proporcionando información clara sobre el contenido nutricional de los productos alimentarios. Sin embargo, la polémica desatada por uno de los modelos propuestos, el francés Nutri-Score, hizo que la Comisión pusiera en pausa la decisión de adoptar un sistema de etiquetado.
La falta de acción por parte de la Comisión con respecto al proyecto de etiquetado nutricional no necesariamente es una mala noticia para los consumidores europeos. Esto se debe a los graves problemas que presenta el modelo Nutri-Score, lo que llevó a las autoridades de países como España, Italia, Grecia, Rumanía y Portugal, entre otros, a poner un freno a la adopción del etiquetado francés. Entre las críticas se destaca que el sistema puede inducir a los consumidores a la confusión debido a las calificaciones arbitrarias que otorga su algoritmo, al no tener en cuenta la porción de consumo, el grado de procesamiento de los alimentos ni la forma de prepararlos, entre otros factores relevantes.
A su vez, expertos europeos critican que el algoritmo y sus clasificaciones no están respaldados científicamente. “Los científicos sostenemos que todas las recomendaciones de salud deberían basarse en estudios que aporten el mayor número de evidencias científicas. Por ello, a muchos nos cuesta aceptar proposiciones basadas en criterios subjetivos e inferencias, sin evidencias científicas directas, como sucede con el Nutri-Score”, explicó Ramón Estruch, coordinador del Estudio Predimed y Consultor Senior de Medicina Interna del Hospital Clínic.
La presidenta de la Comisión dejó en claro que el Pacto Verde seguirá su curso
Mientras que el destino de las políticas alimentarias de la Estrategia “De la Granja a la Mesa” es incierto, la presidenta de la Comisión dejó en claro que el Pacto Verde seguirá su curso. No obstante, su rumbo estará condicionado por la política industrial y la competitividad de la economía europea. Así lo aseguró Von der Leyen durante su discurso de reelección, en un claro guiño a los Verdes, cuyo apoyo fue fundamental para conseguir la renovación de su mandato.
Sin dar más detalles, Von der Leyen aseguró que se mantendrán los objetivos del Pacto Verde para 2030 y 2050. Además, prometió que en los primeros 100 días de este segundo mandato consolidará un acuerdo con la industria para acelerar la transformación y reducir la dependencia de los combustibles fósiles rusos. “Europa se está descarbonizando y renovando a la vez, y por ello, la industria necesita certezas para poder programar sus inversiones a largo plazo”, explicó.
Von der Leyen dejó claro que durante su segundo mandato se enfocará en desarrollar las leyes ya aprobadas durante su anterior ciclo, más que en consolidar una nueva normativa. También afirmó que su objetivo será consolidar “una Europa más fuerte con justicia social”, haciendo prioritario aumentar la prosperidad y la competitividad, ya que en el futuro “los que no sean competitivos serán dependientes”. A pesar de su contundente mensaje, el escepticismo público persistirá hasta que las políticas sean efectivamente implementadas.
Queda por ver si su reelección fortalecerá la determinación de la UE para enfrentar los desafíos actuales.