- Desde el domingo 29 de marzo está en vigor un nuevo decreto de confinamiento.
- Crónica gráfica de Ricardo Espinosa Ibeas
Cumplido un mes ya del confinamiento que se inició el 14 de marzo por un decreto del gobierno para hacer frente a la expansión de coronavirus COVID-19, posteriormente prorrogado hasta el 26 de abril, nuestro cronista gráfico, debidamente acreditado y con las medidas de protección requeridas, recorre por segunda vez las calles y plazas de nuestra ciudad.
Vivir la belleza natural de la primavera desde la ventana es duro. Algunos vecinos han denunciado en redes sociales que al asomarse a sus balcones en otros barrios veían a algunas personas incumpliendo las órdenes, y reclamaban la presencia policial y militar que tuvieron los alrededores a la estatua de Cervantes.
En el centro a diario se aprecia alguna cola frente a la oficina de Correos o en alguno de los pocos establecimientos abiertos, guardando la distancia de seguridad. Pero el fin de semana la calma es total.
Y como en otras ciudades del mundo vacías a causa del confinamiento por el coronavirus, solo algunos animales han salido a ocupar sus calles y disfrutar de la baja contaminación y la poca actividad humana, como las palomas o las ratas, de las que se han quejado en algunos domicilios.
Ahora se escuchan mejor que nunca las campanas de iglesias y conventos y el trino de las aves, sobre todo las cotorras argentinas de la Plaza de San Diego.
El autor de esta reportaje no es Ignacio Pereira, el fotógrafo que se imaginó calles vacías que parecían pocos creíbles cuando sus obras eran expuestas. Este reportaje es obra del fotógrafo alcalaíno Ricardo Espinosa, para dejar constancia gráfica de la quietud y paz que causa la pandemia, pues el temor al futuro está de puertas para adentro.
En nuestra página de Facebook publicamos un álbum gráfico donde se puede comentar una a una estas fotos.
Ha sido un foco de contagio total, sobre todo la C /Mayor
A ver si aprendemos y ese silencio no se transforma de nuevo en ruido de bares y restaurantes masificando el centro tan preciado
En Alcalá se saltan el confinamiento, la policía no le he visto más que en una ocasión, el el hostal complutense las personas que están acogidas se pasan el día sentados en la calle bebiendo, gritando y fumando algo más que tabaco, les llamas y no acuden.