- Queja remitida por Ana Roldán ( nieta ): carta remitida al Cementerio Jardín por el corte de rosales en tumbas.
Nos dimos cuenta de que en las tumbas de alrededor habían hecho lo mismo, destrozando la mayoría de ellos por la “poda” mal hecha, por lo que entendemos que ha sido una decisión de su dirección.
Los 2 rosales, en nuestro caso, llevaban plantados desde poco después del primer enterramiento, allá por 1996 y son cuidados por nosotros mismos, podados, etc, a fin de evitar, por ejemplo, que pudieran molestar al paso (que no era el caso), invadiesen espacio de otras tumbas, etc.
En ningún momento nadie nos transmitió de ningún modo, a cualquiera de los familiares ni nos ha llegado ninguna notificación de que había que quitar el rosal o la otra planta y que tantos años después, un rosal sano se haya cortado por las buenas (además observamos que han debido echar algún producto químico para que se seque, porque el césped justo de ese rodal está quemado y el de más afuera está perfecto), sin avisar, sin consultar y de mala manera, resulta muy desagradable para los hijos y nietos de las personas allí enterradas que han cuidado con esmero tantos años (repito, desde 1996) esas plantas, que han sido respetuosos con el entorno del Cementerio-Jardín… encontrarse el panorama que vimos el domingo pasado, con algo con mucho valor sentimental, estropeado, ha sido de verdad, una lamentable situación.
Nos gustaría saber qué ha pasado, porqué se ha tomado esa decisión y porqué se ha hecho de esta manera tan radical y tan destructiva, sin pensar en el daño sentimental que se ha podido producir en las personas que intentamos mantener vivo el recuerdo de nuestros familiares cuidando la tumba (y no solo el 1 de noviembre, sino durante todo el año).
Quedamos a la espera de sus explicaciones, si fuesen tan amables de facitárnoslas.