Santa Águeda: Tiempo de alcaldesas | Por Brianda Yáñez

"Santa Águeda fue una mártir cristiana en torno a la que existe una tradición muy arraigada en muchísimos municipios. La historia de su martirio es todo un ejemplo de violencia machista, que por desgracia pervive aun habiendo transcurrido casi 1.800 años de su muerte. Pero hoy en día, seguramente debido a que como sociedad no conseguimos transformar las tradiciones al ritmo que evolucionan los escenarios sociales y las garantías de derechos, en general la tradición de Santa Águeda arrastra elementos que son difíciles de digerir".

Remitida por Brianda Yáñez,  Portavoz del Grupo Municipal Somos Alcalá 

Santa Águeda fue una mártir cristiana en torno a la que existe una tradición muy arraigada en muchísimos municipios.

La historia de su martirio es todo un ejemplo de violencia machista, que por desgracia pervive aun habiendo transcurrido casi 1.800 años de su muerte. Existen muchas historias de carácter fantástico, del cristianismo y de otras religiones y que nos pueden resultar de ciencia ficción, pero el martirio que se describe de esta mujer es por desgracia demasiado frecuente. Águeda había hecho un juramento de virginidad y pureza a Dios; un Gobernador la acosaba para conseguir poseerla, hasta el punto de encerrarla en un lupanar intentando que perdiera la virginidad; finalmente como no consigue someter a Águeda, ordena que la azoten, que le quemen los pechos y que se los cortasen con tenazas. Terrible.

Foto de Noel Viñas

En algunos lugares, especialmente en pequeños municipios, las celebraciones incluyen actividades de confraternización entre mujeres, y la tradición más extendida es la de ofrecer el “bastón de mando” del Ayuntamiento, la alcaldía, a una mujer. Sin duda este acto que en su momento pudo ser, en cierta forma reivindicativo, no es más que una escenificación, puesto que en la realidad nada efectivo se puede hacer en esas 24 horas por mucho bastón de mando que se tenga. Durante muchos años esta festividad suponía un acto reivindicativo del papel de la mujer en la sociedad, incluyendo gestos de empoderamiento y de corresponsabilidad.

Pero hoy en día, seguramente debido a que como sociedad no conseguimos transformar las tradiciones al ritmo que evolucionan los escenarios sociales y las garantías de derechos, en general la tradición de Santa Águeda arrastra elementos que son difíciles de digerir.

Por un lado, en muchos lugares la celebración es totalmente religiosa y se traslada a unas instituciones que debieran ser aconfesionales, a través del gesto de la entrega del “bastón de mando” del municipio. Aun suprimiendo su carácter religioso, el simple gesto de otorgar la capacidad de mando, de forma simulada, a una mujer un día al año en estos tiempos, no hace un favor al feminismo: son tiempos de poner en valor a las cada vez más mujeres que ya son lideresas, alcaldesas, directoras, portavoces, y de animar con su ejemplo a muchas otras. Además en política ya contamos con referentes como Manuela Carmena o Ada Colau, siendo de las alcaldesas mejor valoradas actualmente.

Normalmente en las celebraciones también se omite explicar con perspectiva de género toda la historia del martirio de Santa Águeda. Como que la finalidad de la mujer es su dedicación a un varón, de carne y hueso o no; o que la virginidad de una mujer sea un bien que pueda poseer alguien.

En definitiva, esta festividad tiene un gran potencial para enmarcar actividades en torno a la lucha por la igualdad y contra la violencia machista, pero para ello requiere de una transformación, que seguro que se produce más pronto que tarde, fruto de la creciente sensibilización de la sociedad hacia estas cuestiones, y a que cada vez somos más las que nos ponemos las gafas moradas y nos hacemos conscientes de la realidad machista y patriarcal que sigue imperando.

Mientras tanto seguiremos luchando, de forma real,  por la igualdad, la corresponsabilidad, y contra la violencia machista, desde los espacios que ya hemos conquistado muchas, al tiempo que animaremos a todas y todos al cambio efectivo de una sociedad en la que la realidad y los datos nos siguen diciendo que esa igualdad, por la que llevamos luchando siglos, aún no se ha conseguido. Casi estaríamos por concluir que en Alcalá de Henares, más que prestarle un día el bastón de mando a una mujer, queremos disfrutar de la feminización real de la política. Son tiempos de Alcaldesas.

 

Brianda Yáñez,  Portavoz del Grupo Municipal Somos Alcalá

 

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