- Por fin, un Quijote en clave jonda de la voz de uno de los cantaores cimeros de la actualidad: Vicente Soto Sordera.
En El Quijote, ese libro de libros donde se puede encontrar todo y cuya segunda parte cumple ahora sus primeros y esplendorosos cuatrocientos años, también se hallan, cómo no, algunos de los cadenciosos ritmos que, pocos siglos más tarde de su publicación, se trocarían en furtivas soleares raciales, en dolientes bamberas o en armoniosas y viajeras colombianas. Tan sólo había que darse de oído con ellos a través de su lectura flamenca.
Vicente Soto Sordera ha hecho lo más grande. Ha encontrado en sonetos, décimas, quintillas o romances, entreverados todos ellos a lo largo y ancho de la novela cervantina, las cadencias jondas de las plurales voces de sus protagonistas, pues no en vano el mismísimo Cervantes conoció muy de cerca, casi familiarmente, el misterioso y estrellado devenir del pueblo gitano en aquella España grandilocuente y paradójica.
Vicente Soto nos acerca a todos un Don Quijote, patrimonio de acercarse al mismo como sólo él podría hacerlo, desde su naturaleza flamenca. Vicente Soto nos pone episódicamente a pie de hazaña literaria cervantina, cantando y contando sus desamores y sus quimeras, sus sueños y sus desvelos, sus andanzas y sus soledades.