Ginés García Millán y Miryam Gallego emocionaron a un público entregado a esta versión romántica de Eduardo Vasco
Para esta XXXI edición, se planteó un comienzo sorprendente con la intervención del Coro de Jóvenes de Madrid en la Hostería del Laurel. Asimismo, se planteó un uso inteligente de de los escenarios naturales en cada una de las escenas, destacando la del acto cuarto en la Quinta de Don Juan en la que con el fondo de la arboleda se disfrutó de uno de los momentos más emocionantes de la noche con un don Juan, encarnado por Ginés García Millán, y una doña Inés, a la que dio vida Miryam Gallego, conmovidos hasta las lágrimas, suyas y de los espectadores, que aplaudieron espontáneamente nada más terminar la escena del sofá. Y es que, este Don Juan ha traído más dosis de romanticismo con la versión de Yolanda Pallín y la dirección de Eduardo Vasco.
La fuerza de don Gonzalo de Ulloa, interpretado por Arturo Querejeta, en el convento y sobre todo en la Quinta, escena en la que el público quedó impresionado por la fuerza con que exige a don Juan que le devuelva a su hija y el guantazo que le propina. Celebradas fueron también las intervenciones de una “gallega” Hermana Tornera (Helena Lanza) y los arrumacos de Brígida (Yolanda Arestegui) y Ciutti (José Ramón Iglesias) en el sofá de la Quinta. Las proyecciones de doña Inés en el torreón del cementerio y de don Gonzalo en el de la cena fueron recursos que gozaron de los comentarios favorables del público.
Numerosos medios de comunicación escritos y gráficos, así como varias televisiones de ámbito nacional acudieron a cubrir las representaciones, que se desarrollaron con ausencia total de incidentes a pesar del elevado número de espectadores, destacando el acierto del nuevo acceso al recinto amurallado de la Huerta a través de la puerta de la plaza de Palacio.