- De nuevo, 7.000 almas poblaron las gradas para presenciar la enésima exhibición de los de Vivar Dorado.
- Crónica gráfica posteada por el Ayuntamiento de Alcalá de Henares
Una vez más, el Municipal del Val registró una entrada como las que ya no se recuerdan para un importantísimo partido. Esta vez, el Domingo de Ramos si sirvió para certificar el ascenso de la RSD Alcalá.
El Alcalá es nuevo equipo de Segunda Federación. El conjunto rojillo venció al Cala Pozuelo (3-0) para lograr el ascenso, coronarse campeón del grupo 7 de la Tercera Federación y poner fin a una larga travesía en el desierto.
Tras el amargo empate frente al Rayo Vallecano B, El Val volvió a engalanarse para vivir otro día grande. De nuevo, 7.000 almas poblaron las gradas para presenciar la enésima exhibición de los de Vivar Dorado.
El Alcalá no quería retrasar el ascenso una jornada más. El equipo alcalaíno, agresivo en la presión, no dio opciones al Cala Pozuelo y se adelantó en los primeros minutos.
Borja Sánchez, que regresaba al once tras perderse el partido frente al filial rayista por sanción, aprovechó un error en la salida de balón para encarrilar el partido en el minuto 14 con un golpeo ajustado y desatar la locura en el templo rojillo.
El Alcalá no bajaría el pie del acelerador. En el 25’, Arribas culminó en el área pequeña una preciosa jugada colectiva. Izan asistió a Sousa, quien se zafó de su marca con un caño y puso un balón atrás que el ‘7’ remató a placer.
Jiménez, Izan y Álvaro Portero pudieron aumentar la renta, pero Rome sostuvo al Cala Pozuelo con tres grandes intervenciones. El guardameta le ganó la partida al central en un mano a mano y frustró los remates de los atacantes con dos estiradas providenciales.
Borja Sánchez sentenció el partido
Sin embargo, el portero visitante no pudo impedir el doblete de Borja Sánchez tras la reanudación. En otras de sus incontables cabalgadas, Sousa recibió un balón filtrado de Arribas y asistió al centrocampista para hacer el tercero y sentenciar el encuentro.
Con el 3-0, el Alcalá bajó el ritmo y Pantoja, con una mano providencial, echó el cerrojo para mantener la portería a cero y evitar que el Cala Pozuelo se metiese en el partido.
Vivar Dorado aprovechó para dar minutos a los menos habituales mientras El Val era una fiesta.
Norabuena campeones.
A ver si conseguimos tener un estadio digno de vosotros y de una gran ciudad de doscientos mil habitantes. Qué los los cargos políticos, funcionarios habilitados y demás por legión de nombramientos ya están acorde.
Me conformaría con un tercio del estadio del Getafe, el del alcalde del obrero tonto de derechas en el que malgastamos un pleno municipal por tener concejales mediocres.