- Los líderes europeos alcanzan un acuerdo para afrontar la crisis energética tras más de 9 horas de “intensos debates”.
Los socios europeos han aceptado el argumento de Sánchez de que la Península Ibérica es una isla energética sin apenas interconexiones con el resto de Europa, lo que supone una doble penalización para España y Portugal. Los dos países no tienen acceso a los excedentes de electricidad de otros Estados miembros y siguen pagando precios muy altos.
Por eso mismo, un arreglo a medida para España y Portugal no pondría en riesgo el mercado eléctrico europeo.
“La Península Ibérica tiene una situación muy especial. Allí la cesta energética tiene un alto porcentaje de renovables, lo que es muy bueno. Y tienen muy pocas interconexiones”, ha explicado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, al término del Consejo Europeo.
Un tratamiento especial para la Península Ibérica
“Por eso hemos acordado que es posible un tratamiento especial para la Península Ibérica, para que puedan hacer frente a su situación específica y gestionar los precios de la electricidad de la forma que hemos estado discutiendo en el Consejo”, ha explicado Von der Leyen.
La solución que pretende poner en marcha España, con el visto bueno de Bruselas, consiste en subvencionar el gas que se utiliza en la producción de electricidad. Esto permitirá a las compañías que usan gas en la generación ofrecer su electricidad a un precio más bajo en el mercado mayorista. El resultado será, según Moncloa, una fuerte rebaja inmediata en la factura eléctrica.
La gran pregunta es cómo se financiarán estas subvenciones. El Gobierno de Sánchez sostiene que podría hacerse con un pequeño recargo en la factura o bien a través de los presupuestos.
No habrá topes al precio del gas y de la electricidad en toda la UE
El debate en el Consejo Europeo ha sido en todo caso muy difícil porque los Estados miembros están muy divididos sobre qué hacer para frenar la subida imparable del precio de la electricidad. Eso ha hecho imposible alcanzar un consenso para poner topes al precio del gas y de la electricidad en toda la UE, como pretendía inicialmente Sánchez.
Mientras que España, Portugal, Italia, Francia y Grecia reclaman fijar topes para el precio del gas y la electricidad; Alemania, Holanda y los nórdicos se oponen a cualquier intervención en el mercado.
En lo que sí que ha habido un amplio acuerdo entre los Veintisiete es en la puesta en marcha de una plataforma para realizar compras conjuntas de gas. El objetivo es reforzar el poder de negociación frente a los proveedores mundiales, siguiendo el modelo de las vacunas contra la Covid-19. Una idea que también planteó originalmente el Gobierno de Pedro Sánchez.
Los líderes europeos también han respaldado obligar por ley a que todos los almacenes de gas de la UE se llenen hasta el 80% antes del 1 de noviembre, para poder hacer frente al próximo invierno con garantías.
Von der Leyen ha anunciado que en mayo presentará nuevas opciones para reformar el mercado eléctrico europeo en el largo plazo. Unas propuestas que se basarán en el informe definitivo de la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER), cuya publicación está prevista para finales de abril.
Buscará a alguien a quien culpar, como siempre.