Groucho Marx y los ‘melones vendidos’ en el Acuerdo de Gobierno de 2015 | Por Gabriela Vicario

Como diría el mejor humorista de la historia: "Debo confesar que nací a una edad muy temprana". Aquellas batallas electorales de los años ochenta fueron legendarias. Siempre basculo entre el "programa, programa, programa de Julio Anguita frente a aquella mítica frase de Tierno Galván de que "los programas electorales están para no cumplirse".

Proyecto del Museo de los Madrazo en el antiguo Hospital de San Lucas. Estudio de Arquitectura Vicens+Ramos

 

  • La brujita del Gurugú | Gabriela Vicario

Como diría el mejor humorista de la historia: “Debo confesar que nací a una edad muy temprana”. Viene esta frase al dedillo para comentarles, ahora que llega un sinfín de procesos electorales, que siempre fui una amante de los programas y de los acuerdos electorales. Aquellas batallas electorales de los años ochenta fueron legendarias. Siempre basculo entre el “programa, programa, programa”de Julio Anguita frente a aquella mítica frase de Tierno Galván de que “las promesas electorales están para no cumplirse“.

Lo cierto es que el acuerdo electoral de 2015 con el que el actual equipo de Gobierno de Alcalá sigue desplegando su impronta tiene un montón de alfombras vendidas de las que aún no sabemos nada. Más de 400 ‘Propuestas para el cambio” de las que emanaban un buen números de proyectos y documentos base, que o bien por mi incapacidad de encontrarlos, o bien por la incapacidad de los que los propusieron;  o no aparecen, o sencillamente no se han puesto en marcha. Quizás lo harán en los próximos días, algo que dudo en muchos de los casos.

Foto de Ricardo Espinosa

Es evidente que a estas alturas no tenemos ni tendremos una Agencia de Desarrollo Económico, llamada a sustituir a Alcalá Desarrollo; ni el Museo de los Madrazo en el Hospital de San Lucas, ni la colección de José Caballero en Santa María la Rica, ni la Unidad de Gestión Integral de la Morosidad, ni el Centro de Estudios Miguel de Cervantes y de la Lengua Española, ni la Red Municipal de las Artes, ni el Plan Director del Convento de Mercedarios (Sementales), ni el Museo de la Ciudad o ni tan siquiera el Código Ético para la Corporación Municipal, por poner solo algunos ejemplos. Todo ello, reflejado con descomunal lujo de detalles y promesa ante los medios de comunicación locales, que hoy también sufren de la misma amnesia que los protagonistas de aquel gran “Acuerdo de Gobierno para el Cambio”.

La fiesta, celebrada el 3 de marzo y desvelada por ALCALÁ HOY el 14 de marzo, produjo un gran revuelo mediático de alcance internacional. En la foto de Pedro Enrique Andarelli muchos medios en la puerta del Ayuntamiento.

Me voy a detener levemente en la promesa de un Código Ético para la Corporación Municipal, ya que da mucho que pensar. ¿Está este código realmente aprobado, o al menos redactado?   Y si lo está qué dice este código del caso que tiene al alcalde en los juzgados por presuntamente convocar un pleno de manera ilegal, y, por otra parte,  qué dice este Código Ético de los concejales de Somos Alcalá, apartados por el partido al que pertenecían en Madrid, con imputaciones por repartir presuntamente subvenciones a colectivos afines o ¿qué dice este Código Ético cuando dos concejales presenciaron ‘in situ’, según numerosos testigos presenciales, una fiesta con despampanante desnudo femenino en las instalaciones municipales del Parque de Servicio, que ha resultado ser la noticia más difundida y promocionada de la última década, y sin lugar a duda la más famosa de toda la legislatura?.

¿Dónde está este Código Ético?… y si existe por qué no recoge estos casos citados anteriormente. ¿O acaso es el Código Ético un rollo de papel higiénico que sólo utilizamos cuando están sucios los ‘ojetes’ del rival político? ¿Para qué queremos un Código Ético si no recoge ninguno de los casos anteriormente expuestos? ¿Es el Código Ético otro florero más del Acuerdo de Gobierno de 2015?

No estoy del todo de acuerdo con la frase de Groucho de que “La política es el arte de buscar problemas, de encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”; pero no obstante, albergando la esperanza de que no sea así, sí que les pido que encarguen los programas y acuerdos electorales a personas capaces y no, como casi siempre a meritorios del partido, recaderos, domingueros, sinoficios  y demás aborígenes de la fauna político social que acompaña un proceso electoral y su posterior entronización.

Me caen peor los que rodean a los políticos que ellos mismos; con sus fastos, peloteos, succiones, libaciones, apariencias e indecencias. No conocen otra manera de medrar y están tan acostumbrados a exponer sus vergüenzas al sol y a la luna, que les da igual el atún que el betún. A todos ellos les diría una sugerente aportación del Gran Groucho “Si te sientes, inútil y depremido, recuerda que un día fuiste el espermatozoide más veloz de todos”. Eso sí a estos en la velocidad de medrar no hay quién les gane. Son los mejores espermatozoides abrazando la política -una y otra vez- y sin temor a la rozadura.

No hay nada que hacer, vuelven insistentemente a perpetrar acuerdos y programas electorales. Pero haciendo caso al propio Marx “No reírse de nada es de tontos, y reírse de todo es de estúpidos”. Así que me quedo en un término medio. ¡Viva la Ética que nos parió!

 

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