- El hospital complutense sufre falta de radiólogos, listas de espera desbordadas y pacientes desesperados mientras Ayuso presume de “excelencia sanitaria”.
La denuncia política de PSOE y Más Madrid en el pleno de Alcalá encuentra eco en una investigación de El Plural que revela el colapso del Hospital Príncipe de Asturias, donde el déficit de radiólogos y las listas de espera desesperan a pacientes y profesionales.
La sanidad pública madrileña vuelve a estar en el punto de mira. Lo que Más Madrid y el PSOE denunciaron el pasado 21 de octubre en el Pleno Municipal de Alcalá de Henares, el colapso de las mamografías y la falta de medios en el Hospital Príncipe de Asturias, se confirma ahora con datos, documentos y testimonios estremecedores revelados por El Plural.
Según la investigación, la crisis de los cribados de cáncer de mama que ha puesto patas arriba el sistema andaluz ha generado una onda expansiva que también golpea a Madrid. Los territorios gobernados por el PP se resisten a entregar datos al Ministerio de Sanidad, pero las evidencias se acumulan: saturación, falta de personal y una sanidad pública cada vez más asfixiada.
Entre los casos más graves, el de Alcalá de Henares, donde una nota interna en un informe radiológico del Hospital Príncipe de Asturias confiesa sin rodeos: «Por saturación de pruebas en el servicio no se ha podido realizar el informe antes». Una frase que no se escribe a la ligera. “Cómo estarán para ponerlo por escrito”, lamenta una de las fuentes sanitarias citadas por el medio.
Radiología bajo mínimos y pacientes al límite
La investigación de El Plural dibuja un panorama alarmante: el Hospital Príncipe de Asturias arrastra cuatro plazas de radiólogo sin cubrir, situación que se repite en otros seis hospitales madrileños. El Gregorio Marañón lidera el déficit con cinco radiólogos menos; le siguen Móstoles y Alcalá, con cuatro; el Clínico San Carlos, con tres; y el 12 de octubre, el Santa Cristina y el Severo Ochoa, con entre una y dos vacantes.
El resultado son listas de espera que superan cualquier estándar médico: 138 días para una mamografía en Móstoles y 102 en Alcalá para una resonancia, más del triple del máximo de 30 días que recomienda la OMS. “El déficit de radiólogos no solo bloquea las ecografías de Atención Primaria, también las de Urgencias”, denuncia el cardiólogo y diputado socialista Carlos Moreno. “En muchos hospitales no hay radiólogo presencial ni por la noche ni los fines de semana.”
El factor humano de este colapso se refleja en el testimonio de una vecina de Alcalá que vio cómo la salud de su padre se deterioraba entre reclamaciones y esperas: “Todas las pruebas que le hicieron fueron a base de pelearlas, poniendo reclamaciones e insistiendo. Tuvimos que poner hasta tres reclamaciones para que entregaran los resultados del TAC.”
Los profesionales, impotentes, ya no sabían cómo disculparse. “Mientras, mi padre sufría unos dolores tremendos”, recuerda la hija. Para tratarlo en la Unidad del Dolor recibió cita a siete meses vista. “Esto acabará explotando y tendremos que pedir que nos diagnostique la IA”, remata, con más resignación que sarcasmo.
Ayuso presume de excelencia mientras la pública se desangra
El deterioro de la sanidad pública madrileña tiene nombres y apellidos. La presidenta Isabel Díaz Ayuso continúa vendiendo el sistema madrileño como “modelo de éxito”, pero la realidad que viven los hospitales dista mucho de ese eslogan. En los centros públicos faltan manos, mientras las clínicas privadas, muchas gestionadas por grupos vinculados al entorno político de Ayuso, acumulan derivaciones y beneficios.
“Hay un déficit de personal, falta inversión pública y eso provoca retrasos en las pruebas, lo advierten los propios profesionales en sus informes”, insisten desde Más Madrid Alcalá. La formación municipal no se muerde la lengua: “Somos víctimas de un modelo sanitario a dos velocidades, en el que los hospitales públicos como el Príncipe de Asturias se dejan deliberadamente sin recursos, mientras los de gestión privada son dopados con dinero público. Nos sale más caro y enriquece a empresas cercanas al entorno familiar de Ayuso.”
Los sindicatos coinciden: no se trata de una crisis puntual, sino de una política sostenida de desmantelamiento. Cada vacante sin cubrir, cada guardia que no se paga, cada radiólogo que se marcha al Guadalajara por mejores condiciones, refuerza un círculo vicioso donde la sanidad privada crece a costa del agotamiento público. Y mientras tanto, hospitales como el Zendal, levantado a golpe de propaganda durante la pandemia, siguen infrautilizados.
En Alcalá, el Pleno ya lo había advertido
El pasado 21 de octubre, el Pleno Municipal de Alcalá de Henares sirvió de altavoz a esta crisis que ahora confirma El Plural. La portavoz de Más Madrid Alcalá, Rosa Romero, abrió el debate con un dato demoledor: “El Hospital Príncipe de Asturias es el que más mujeres tiene esperando una mamografía en toda la Comunidad de Madrid: 1.413 pacientes y 71 días de demora media.”
“Cada semana de retraso puede costar vidas”, advirtió, recordando que el diagnóstico precoz salva al 95 % de las pacientes con tumores detectados a tiempo. Y denunció que el hospital alcalaíno trabaja con 16 radiólogos en activo, de los 22 que debería tener, porque “en Alcalá pagan menos y se trabaja más que en Guadalajara”.
La concejala socialista Blanca Ibarra reforzó su argumento con cifras: “Gregorio Marañón, 219; Ramón y Cajal, 189; 12 de Octubre, 20; Hospital Príncipe de Asturias, 1.413.
¿En qué momento hemos asumido que las mujeres de Alcalá somos mujeres de segunda?”
PP y Vox votaron en contra de la moción que pedía instar al Gobierno regional a reforzar el servicio de radiodiagnóstico. Hoy, con los datos sobre la mesa, las palabras de Romero e Ibarra ya no suenan a discurso político, sino a diagnóstico certero.
“Nos acabará diagnosticando la IA”
El título del reportaje de El Plural sintetiza la desesperación ciudadana y el cinismo institucional: “Nos acabará diagnosticando la IA”. La Comunidad de Madrid explora el uso de sistemas automáticos de análisis radiológico para paliar la falta de personal, pero los médicos lo consideran una coartada tecnológica más que una solución real. “La IA puede ayudar, pero no sustituir, al criterio clínico humano”, advierte el Colegio de Médicos. “Si no hay personal, los algoritmos solo maquillan el abandono.”
En Alcalá, donde los profesionales se multiplican para atender a pacientes que ya no caben en las agendas, esa propuesta suena a sarcasmo. El Hospital Príncipe de Asturias, inaugurado en 1999 como orgullo del Corredor del Henares, se ha convertido en símbolo del deterioro sanitario regional.
Como resumía una concejala complutense: “Lo que denunciábamos en el Pleno no era ideología, era la realidad de nuestras vecinas. Y ahora se confirma.” Madrid presume de libertad, pero la libertad de esperar no aparece en sus carteles institucionales. Y si nada cambia, quizá sí: nos acabará diagnosticando una IA, porque ya no quedará nadie al otro lado del monitor.



















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