- Un juzgado complutense los deja en libertad como investigados por delitos graves de organización criminal y falsedad documental
Alcalá de Henares vuelve a ser escenario de un episodio tan sorprendente como preocupante: una pareja de agentes de la Policía Nacional destinados en la comisaría complutense ha sido detenida por la Unidad de Asuntos Internos acusada de montar, presuntamente, un “negocio paralelo” para expedir pasaportes totalmente legales… pero sin cumplir los requisitos reglamentarios. El precio de tan exclusivo “servicio” podía alcanzar los 15.000 euros por documento, según fuentes policiales citadas por La Razón.
La investigación, que se inició hace mese, ha sido desarrollada con absoluta discreción desde Madrid, sin intervención de la plantilla local, para evitar filtraciones. Finalmente, el pasado lunes los agentes de Asuntos Internos detuvieron a los dos funcionarios en Alcalá, pasando ambos a disposición judicial el jueves. El Juzgado de Instrucción de Alcalá de Henares decretó su libertad provisional, aunque se les investiga por delitos de pertenencia a organización criminal y falsedad documental, entre otros posibles cargos.
Un informático y su pareja, en el epicentro de la trama
Según las primeras informaciones, los agentes investigados mantenían una relación sentimental y trabajaban ambos en áreas clave de la comisaría: él, como informático encargado de los sistemas de gestión de documentación, y ella, en la sección de Tarjetas de Identificación de Extranjeros (TIE). Esa posición estratégica habría permitido manipular datos o introducir expedientes de forma irregular sin levantar sospechas inmediatas.
El varón figura como supuesto cabecilla de la trama. En connivencia con su pareja, habría ofrecido la posibilidad de obtener pasaportes auténticos, emitidos con todos los sellos oficiales y totalmente válidos, pero sin cumplir ninguno de los requisitos legales. Es decir, documentos con apariencia legítima para personas que no tenían derecho a ellos, o que buscaban “limpiar” su identidad por vías alternativas.
Los investigadores sospechan además de la participación de un tercer colaborador, residente en una provincia próxima a Madrid, que actuaba como intermediario y “captador” de clientes. Este contacto ponía en relación a los interesados con los agentes, gestionando las tarifas y asegurando la confidencialidad de la operación.
El precio variaba en función del caso, aunque en algunos alcanzaba los 15.000 euros, una cantidad desorbitada pero aparentemente asumible para quienes buscaban un documento auténtico sin tener que pisar embajadas, justificar residencia ni aportar antecedentes.
Pasaportes de lujo… y de alto riesgo
El caso ha causado estupor tanto dentro como fuera de la comisaría de Alcalá de Henares, uno de los destinos policiales más antiguos y emblemáticos de la región. Varios agentes consultados por este medio reconocen el “malestar” que ha provocado el asunto, al afectar directamente a la imagen de un cuerpo que en la ciudad goza de notable reputación.
“No es solo una cuestión de dinero o de irregularidades administrativas: es un ataque a la confianza institucional”, señalan fuentes sindicales. Si las sospechas se confirman, los documentos emitidos podrían tener consecuencias legales y diplomáticas graves, ya que se trataría de pasaportes auténticos generados con claves oficiales, y no de simples falsificaciones.
Asuntos Internos, según las mismas fuentes, habría detectado indicios suficientes para abrir diligencias tras recibir varias alertas sobre movimientos inusuales en los sistemas informáticos y en las bases de datos de expedición. Desde entonces, se realizó un seguimiento encubierto de los sospechosos hasta reunir las pruebas necesarias para su detención.
Alcalá, en el ojo del huracán
Aunque las actuaciones permanecen bajo secreto, el hecho de que el caso haya estallado en Alcalá de Henares añade un ingrediente de preocupación en una ciudad acostumbrada a convivir con la presencia policial y judicial. En pocas semanas, la localidad complutense ha sido escenario de varias investigaciones de alto perfil, desde asuntos urbanísticos hasta casos de corrupción policial, lo que alimenta la sensación de que “pasan demasiadas cosas” en la ciudad donde Cervantes nació, pero donde últimamente parece que la realidad supera a la ficción.
Por ahora, la pareja de agentes se encuentra en libertad, pero apartada de sus funciones. La investigación continúa y podría derivar en expedientes disciplinarios, suspensión de empleo y sueldo o incluso expulsión del cuerpo, si se demuestran los hechos.
Entre tanto, los investigadores siguen rastreando los posibles documentos emitidos durante los últimos meses para comprobar cuántos pasaportes irregulares podrían haber sido tramitados y si alguno ha salido ya del país.
La pregunta que muchos se hacen en Alcalá es como ha podido pasar algo así dentro de una comisaría que presume de ser modelo de eficiencia tecnológica y control interno. En el fondo, el caso de los “pasaportes de lujo” destapa no solo un presunto fraude, sino también una grieta preocupante en el sistema: la posibilidad de que la corrupción pueda infiltrarse incluso en los procedimientos más automatizados y controlados del Estado.
Y mientras la justicia avanza, la ciudadanía complutense asiste entre la sorpresa y la incredulidad a un nuevo capítulo de su ya larga lista de historias que parecen sacadas de una serie policiaca… pero que, lamentablemente, son reales



















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