Salvar una vida en cinco minutos: el Hospital de Alcalá enseña RCP en plena Plaza de Cervantes

La Plaza de Cervantes se transformó el 16 de octubre en un aula improvisada donde los profesionales del Hospital Universitario Príncipe de Asturias enseñaron a vecinos y visitantes cómo actuar ante una parada cardiorrespiratoria. Coincidiendo con el Día Mundial de la Parada Cardíaca, el hospital complutense organizó talleres de reanimación cardiopulmonar abiertos al público, con un objetivo claro: demostrar que cualquiera puede salvar una vida si sabe cómo reaccionar a tiempo.

Fotos remitidas por la HUPA
  • El Hospital de Alcalá organizó talleres en la Plaza de Cervantes para enseñar RCP y uso de desfibriladores a la ciudadanía.

La Plaza de Cervantes se convirtió este 16 de octubre en un improvisado aula de emergencias. A plena luz del día, entre paseantes, turistas y curiosos, un grupo de profesionales del Hospital Universitario Príncipe de Asturias (HUPA) enseñaba a los alcalaínos cómo actuar ante una parada cardiorrespiratoria. El motivo: la conmemoración del Día Mundial de la Parada Cardíaca, una fecha que pretende recordar que cualquiera, con un poco de formación, puede convertirse en héroe o heroína por un día.

Durante dos horas, entre las 11:00 y las 13:00, el bullicio habitual de la plaza se mezcló con las explicaciones de los sanitarios, las demostraciones con maniquíes y las preguntas de los vecinos: “¿Y si no me atrevo a hacerlo?”, “¿Qué pasa si me equivoco?”, “¿Y si no tengo desfibrilador cerca?”.

Pacientemente, los profesionales del HUPA resolvieron dudas, animaron a practicar las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) y recordaron que lo peor no es hacerlo mal, sino no hacerlo. “Cada minuto cuenta”, insistían, mostrando cómo colocar las manos en el pecho, cómo mantener el ritmo de las compresiones —unas 100 o 120 por minuto— y cómo utilizar un desfibrilador semiautomático, esos dispositivos que ya forman parte del mobiliario urbano en muchos espacios públicos de la Comunidad de Madrid.

La iniciativa  suscitó un gran interés. Familias, estudiantes, personas mayores y curiosos se acercaron a la carpa instalada en el centro de Alcalá, donde el personal sanitario explicaba de forma sencilla cómo reconocer una parada, cómo pedir ayuda y cómo actuar hasta que lleguen los servicios de emergencia. Un aprendizaje que, según recalcaron, puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.


“Ante una parada, no te pares”, recuerdan desde el SUMMA 112

El mensaje no puede ser más claro. En lo que va de año, el SUMMA 112 ha atendido cerca de 1.500 paradas cardiorrespiratorias fuera del hospital: en domicilios, en la calle, en parques, en cualquier lugar. En todas ellas, la reacción inmediata de quien presencia el colapso es clave.

“Cuando alguien se desploma y no respira, hay que llamar al 112 y comenzar la reanimación. Desde el Centro Coordinador guiamos por teléfono las maniobras paso a paso”, explican desde el servicio de emergencias. Es lo que se conoce como RCP transtelefónica, una herramienta que salva vidas mientras la ambulancia está en camino.

Las maniobras son sencillas: comprobar la consciencia, abrir la vía aérea, observar si la persona respira y, si no lo hace, empezar a comprimir el pecho con las manos entrelazadas, los brazos rectos y un ritmo constante. No hace falta ser médico ni tener experiencia; basta con atreverse.

“Los primeros tres eslabones de la llamada cadena de supervivencia dependen de los ciudadanos: reconocer la parada, llamar al 112 e iniciar la reanimación o usar un desfibrilador”, recuerdan los profesionales. El cuarto eslabón, la atención avanzada, ya es cosa de los sanitarios.

Además, en la Comunidad de Madrid existen más de 10.500 desfibriladores externos semiautomáticos repartidos por instalaciones deportivas, estaciones, edificios oficiales y farmacias. Su uso es intuitivo y seguro: el propio dispositivo indica qué hacer con voz sintetizada y no permite descargar la corriente si no detecta una arritmia compatible con desfibrilación.


La reanimación no debería ser un conocimiento exclusivo del personal sanitario

Por eso, los expertos insisten en perder el miedo y familiarizarse con ellos. En una parada cardiaca, cada minuto sin RCP reduce un 10% las probabilidades de supervivencia. Si pasan más de diez minutos sin atención, las posibilidades de salir con vida son mínimas.

Desde el hospital complutense subrayan la importancia de acercar este tipo de talleres al espacio público. “La reanimación no debería ser un conocimiento exclusivo del personal sanitario”, señalan los organizadores. “Todos deberíamos saber qué hacer ante una parada, igual que sabemos llamar al 112 o apagar un fuego”.

La jornada en la Plaza de Cervantes ha sido, además, el complemento perfecto a la sesión científica celebrada en el propio hospital, donde se abordaron los últimos avances en soporte vital y atención, postresucitación. Una combinación de ciencia y divulgación que refleja el compromiso del HUPA con la prevención y la formación ciudadana.

Mientras los maniquíes eran testigos mudos de los ejercicios de compresión y los niños imitaban los movimientos de sus padres, el mensaje quedó claro: una parada cardíaca puede ocurrir en cualquier momento, a cualquiera, y la reacción de quien está al lado puede cambiarlo todo.

 

 

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