Cristina Alcañiz afirma que las obras del Puente del Zulema cumplen los plazos

El Ayuntamiento de Alcalá de Henares actualizó este jueves 16 de octubre el Plan de Movilidad Temporal que coordina las numerosas obras en ejecución en la ciudad. Entre todas ellas, la actuación en el Puente del Zulema concentra las mayores afecciones al tráfico y las quejas vecinales por los desvíos hacia la M-203 y la M-224. Pese a las molestias, el consistorio defiende que los plazos se cumplen y que la coordinación con la Comunidad es total.

Foto de Ricardo Espinosa Ibeas
  • El Puente del Zulema simboliza la Alcalá en obras: cortes, desvíos y promesas de mejora que dividen a vecinos y administraciones.

El Ayuntamiento de Alcalá de Henares ofreció este jueves 16 de octubre una actualización sobre el Plan de Movilidad Temporal que coordina las obras en marcha por toda la ciudad. Aunque el comunicado repasaba varios proyectos, desde la Vía Complutense hasta la Avenida de Guadalajara, la atención vecinal y las principales molestias se concentran en el Puente del Zulema, cuya reparación mantiene cortado el paso de la M-300 desde hace dos semanas y se ha convertido en el símbolo de esta Alcalá en obras.

El corte, que se prolongará unas cinco semanas, ha obligado a desviar el tráfico por las carreteras M-203 y M-224. También afecta a quienes acuden al Cementerio Jardín, especialmente en vísperas de la festividad de Todos los Santos. Para mitigar el impacto, el Consorcio Regional de Transportes ha habilitado un servicio especial de autobuses los fines de semana y festivos, reforzado los días 1 y 2 de noviembre.

Aunque desde el Ayuntamiento se asegura que los plazos se están cumpliendo y que la coordinación con la Comunidad de Madrid es fluida, muchos conductores y familiares que visitan el Cementerio Jardín viven el corte con resignación y cierto escepticismo, tras semanas de desvíos y retenciones. En redes sociales abundan los vídeos de atascos en la zona, y no falta quien ironiza con que “el puente cumple los plazos… pero nosotros no llegamos a tiempo”.

Aun así, la concejala de Urbanismo, Movilidad y Transportes, Cristina Alcañiz, defiende el plan con optimismo: “Alcalá está en obras, pero con sentido. Cada actuación responde a un proyecto de mejora. Las molestias son temporales, pero los beneficios serán permanentes”.


Coincidencia de obras y reacciones vecinales

La ejecución simultánea de varias actuaciones dentro del plan “Alcalá Mejora sus Barrios” está transformando de forma visible distintos puntos de la ciudad, pero también está generando debate. Algunos vecinos valoran la intensidad del esfuerzo municipal y el ritmo de las obras; otros, sin embargo, expresan su malestar por los atascos, desvíos kilométricos y cortes de tráfico que estas intervenciones provocan, especialmente en horas punta.

Foto de Pedro Enrique Andarelli

Para muchos, la situación refleja una falta de coordinación temporal, que multiplica las molestias cuando las obras coinciden en zonas de alto tránsito como Ronda Fiscal, Vía Complutense o Juan de Austria. Los desvíos obligan en ocasiones a rodeos de varios kilómetros y a esperas prolongadas para acceder o salir de los barrios.

Desde el Ayuntamiento se argumenta que la concentración de obras responde a una estrategia de eficiencia: “Preferimos unas semanas de incomodidades que meses de obras espaciadas”, apuntan fuentes municipales. Sin embargo, en la calle se respira más bien fatiga, y no pocos vecinos consideran que el esfuerzo informativo llega tarde o se queda corto.

Aun con todo, el balance no es del todo negativo. Los resultados comienzan a notarse en plazas, calzadas y aceras renovadas, con mejoras que hacía años no se acometían. La ciudadanía, dividida entre la queja y la esperanza, parece aceptar que este otoño de zanjas es el precio de una Alcalá más moderna y habitable.


Vía Complutense y Avenida de Guadalajara: el pulso del tráfico

Dentro de este mosaico de actuaciones, dos ejes concentran buena parte de las incidencias: la Vía Complutense y la Avenida de Guadalajara.

En la primera, los trabajos se desarrollan entre la glorieta de Andrés Saborit y la Plaza de la Cruz Verde, con una duración prevista de cinco meses. Se trata de una obra de renovación del saneamiento y mejora de la red hidráulica, que incluye la sustitución de tuberías, el aumento de diámetros y la corrección de problemas estructurales. Durante la primera fase, el carril sentido Madrid se habilitará en doble dirección, aunque con menor fluidez. Más adelante, se invertirá el sentido de circulación a medida que avance la obra.

En la Avenida de Guadalajara, los trabajos de reurbanización y peatonalización —especialmente visibles en el entorno de Cuatro Caños— han modificado el tráfico y los recorridos de autobús. El corte de la calle Azucena y la remodelación de la Plaza de los Mártires, frente a la Facultad de Derecho, buscan conectar el final de la calle Libreros con el inicio de la avenida y ganar espacio para peatones y zonas verdes.

El gobierno local se muestra comprensivo y hasta benevolente con estas intervenciones, calificándolas de “necesarias y transformadoras”. Sin embargo, la tolerancia parece menor cuando se trata de obras ajenas al ámbito municipal.


Retrasos de Adif y exigencias al Gobierno central

La comparación resulta inevitable. Mientras el Ayuntamiento exhibe sintonía con la Comunidad de Madrid, el tono se endurece cuando entra en escena Adif, empresa pública dependiente del Ministerio de Transportes.

“La obra del puente de la calle Luis Astrana Marín debía estar terminada en agosto, pero seguimos esperando”, lamentó Alcañiz. “Alcalá no puede ser rehén de la falta de planificación del Gobierno de España”.

El corte prolongado de ese paso, junto al parque O’Donnell, afecta a miles de vecinos y a los accesos a los polígonos industriales del entorno. Según la concejala, “llevamos meses reclamando información y certidumbre. No se puede paralizar una infraestructura esencial y retrasarla tres meses sin explicaciones claras”.

El mensaje es claro: comprensión con las obras propias y con las de la Comunidad; severidad con las del Gobierno central. Una diferencia de tono que no pasa desapercibida entre la ciudadanía, que empieza a notar cómo las obras también se convierten en terreno de batalla política.

Entre zanjas, desvíos y promesas, Alcalá de Henares vive un otoño de obras sincronizadas que transforman su paisaje urbano y su pulso cotidiano. El Ayuntamiento pide paciencia y garantiza resultados; los vecinos, por su parte, piden información y algo más de empatía. Y en medio, el tráfico, que lo sufre todo y no entiende de competencias.

¡ Nuestro canal en Telegram! Si te ha interesado esta información, únete ahora a nuestro canal de telegram @alcalahoy para estar al tanto de nuestras noticias.

Comentar

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.