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Para llegar a esta caligrafía tan sofisticada, Mayoral rememora que se fijó en la utilizada en la Universidad de Salamanca.
Se trata de la letra capital cuadrada monumental romana del Renacimiento que desde 1992 decora la sede de la histórica Universidad y que comenzó siendo obra de Jesús Mayoral. Dos palabras y cuatro números fue lo primero que escribió: Jorge Guillén 1976, en honor al Premio Cervantes de aquel año.
- Crónica gráfica de Pedro Enrique Andarelli para ALCALÁ HOY
Para llegar a esta caligrafía tan sofisticada, Mayoral rememora que se fijó en la utilizada en la Universidad de Salamanca. “La fui puliendo con los años, a mi manera, y aunque es parecida, se aprecian muchas diferencias”, apuntilla mientras pasea por el patio Patio de Santo Tomás de Villanueva, en el Colegio Mayor de San Ildefonso de Alcalá de Henares, hoy rectorado de la UAH.
Todos estos rótulos comparten el mismo color, denominado “rojo sangre de toro”. Cuenta la leyenda que cuando un estudiante se doctoraba en Salamanca, mataban una vaquilla y escribían el ‘Vitor’ y su nombre con la sangre del animal. “A mí me recuerda al rojo de las pinturas rupestres”, dice Mayoral, ya jubilado, cuyas letras decoran edificios como el Palacio Arzobispal y la Casa Consistorial de la ciudad complutense, y otros enclaves de Sigüenza, Pastrana y Guadalajara.
Nuevo rotulador para las paredes de la Universidad
Vecino de Alcalá desde 1965, Mayoral dio el relevo al restaurador y muralista Ramón Cano en 2021. En aquel momento, codo con codo, los dos escribieron los galardonados con el Premio Cervantes de 2019 y 2020, cuya inscripción se había postergado debido a la pandemia del coronavirus.
Mayoral ofreció a Cano toda su experiencia y sabiduría, incluso las planchas de acetato que utilizaba como plantillas con las que trabajaba.
La última inscripción que ha realizado Cano ha sido el nombre de María Isidra de Guzmán, la primera mujer doctora de una universidad española que obtuvo su título en la UAH en 1785.
Este historiador del arte afirma que puede realizar unas cuatro o cinco inscripciones de este tipo en la Universidad cada año. Él es un trabajador autónomo, al igual que lo fue Mayoral, por lo que cada encargo tiene un coste diferente para la institución académica.
Libre albedrío ligado a la belleza
En cuanto al sistema que sigue, calcado de su predecesor, comienza con la composición de las palabras y los renglones. “Más allá de la estructura geométrica de cada letra, lo bonito son los engarces, cuando una parte de una letra también sirve para crear otra”, explica el mismo Cano.
Es importante, según subraya, que el mensaje sea legible. También admite que las fusiones que realiza se hacen “al libre albedrío”, como dice, ya que no hay una pauta regulada para ello.
Tras realizar un borrador con las plantillas, Cano dibuja una línea vertical justo en el medio del espacio en el que irán las palabras.
“Luego es ir jugando con los renglones. Habrá unos más largos o más cortos, pero siempre quedará simétrico porque esa línea indicará dónde está el justo medio de cada renglón”, desarrolla mientras exhibe su material de trabajo frente a la pared en la que aparece el nombre de todos los ganadores del Premio Cervantes.
Letras con siglos de historia
Dos de las características principales de esta letra es que todas son mayúsculas, aunque su tamaño aumenta si a la palabra le precede un punto, y que todas ellas van unidas por su parte inferior. Cano las dibuja con pintura acrílica. “Compré un bote al principio y aquí hay pintura para el que me sustituya a mí”, comenta con tono jocoso.
Cano, que también se dedica a la docencia, profundiza que el realizar estas letras en los mismos monumentos o espacios nobles de una ciudad como Alcalá de Henares le hace sentir muy orgulloso. “Lo pienso y pueden llegar a durar décadas en paredes que ya tienen siglos de historia”, finaliza. Origen de esta información EFE.