El Ateneo en Madrid: creación en 1820 de una Institución bicentenaria entre dos mundos

La conferencia tuvo lugar este viernes 21 de febrero en la Sala M.ª Isidra de Guzmán del edificio de San Ildefonso de la Universidad  en la Plaza de San Diego . El conferenciante inició su conferencia al término "Ateneo", que viene usándose como denominación de una institución, que en España ha rebasado su bicentenario.

Fotos de Myriam Trujjillo
  • Por D. Alejandro Díez Torre, en ciclo de conferencias organizadas por la Asociación “Amigos de la Universidad de Alcalá”.

Aunque sus orígenes son clásicos (en origen, creada en Grecia y consolidada en Roma), fue redescubierta en el ámbito occidental, tanto en Francia, como en España e Inglaterra, entre fines del s. XVIII y principios del s. XIX. En España fue creado el Ateneo el 14 de mayo de 1820, solo dos meses después del restablecimiento constitucional de la Constitución de 1812 y la promulgación de libertades ciudadanas (entre ellas, la de asociación, de expresión e imprenta), con la instauración de un régimen liberal del Trienio Constitucional.

En aquel período también transcurrió la primera fundación y organización del Ateneo, como una entidad de la sociedad civil: fundado como centro de experimentación e interacción entre grupos y estamentos diversos, como sociedad de debates y espacio cultural, multivalente y dinámico: sede de debates organizados, de seminarios y enseñanzas útiles; pero también, academia científica, sede de encuentros varios (lecturas, presentaciones, conciertos y tertulias), que acercaron a las personas en una nueva “sociabilidad” (fue una de las primeras instituciones donde se empezó a usarse esta palabra).

Alejandro Díez Torre se refirió a la fundación y primer funcionamiento del Ateneo, después de su fundación, a propósito de la redacción de sus primeros documentos (Estatutos; Reglamento Científico), así como su instalación definitiva, en el otoño de 1820, de su sede enclavada en una planta alquilada del edificio de los Cinco Gremios Mayores de Madrid (en calle Atocha, 23 de la capital). Allí se precisaron la apertura de un nuevo tipo de debates, armónicos, argumentados y organizados en secciones del conocimiento; la disponibilidad de cursos formativos en materias -que iban desde las ciencias a las humanidades; y desde capacitaciones instrumentales, como taquigrafía y comunicación, además de idiomas occidentales, entre otros saberes o conocimientos- impartidos en doce cátedras, que se encomendaron a los mismos socios o expertos no socios.

Pero también disponían de biblioteca, gabinete de lectura y otros gabinetes, para clases prácticas (física, armonía musical). Además de ofrecer salas de encuentros de grupos para esparcimiento e interacción, en forma de presentaciones, lecturas, tertulias. El conferenciante explicó cómo fue la creación de aquella Sociedad bien estructurada, con filtros organizativos y garantías y cautelas estatutarias; pero también, una institución abierta y participativa: tanto de centro de enseñanzas, intercambios y aprendizajes mutuos -prestados por saberes y experiencias de los socios- como de trabajos individuales y colectivos o grupales: Una sociedad, en fin de antídotos, igualitaria en el trato y democrática en los usos y toma de decisiones (reglamentadas por distintas juntas ateneístas: generales, especiales, de gobierno o económicas), con renovación continua de cargos, cometidos y representación reglamentariamente establecidos.

En su exposición,  Alejandro Díez comentó -con diversas precisiones del funcionamiento-de recién constituido Ateneo, su gestión económica, su autonomía en el control y seguimiento de su vida interna; de su independencia de las instancias políticas de los gobiernos (aunque fue solicitado al menos un dictamen conocido del Ateneo, sobre un proyecto de código penal; así como varios de sus miembros trabajaron en otro proyecto de un sistema de educación pública, que no llegó a ver la luz, por una nueva invasión francesa desde abril a octubre de 1823: con el cierre y la suspensión del Ateneo, por Fernando VII y la instauración del régimen absolutista de la ominosa década) .

Así, el conferenciante explicó  como el entramado generacional -de hasta cuatro generaciones que lo fundaron y pusieron en marcha- así como la interacción entre edades -de los 19 a los a los 71 de sus fundadores- además de su gran abanico profesional y extracción social (desde recién graduados a profesiones liberales; desde integrantes de la alta nobleza hasta funcionarios, periodistas, científicos y comerciantes, rentistas y banqueros). También hizo hincapié  en la gran variedad de procedencias geográficas de fundadores y socios: especialmente de la periferia e incluso del ámbito hispánico de los territorios americanos, de donde procedían hasta cuatro de sus integrantes.

Por lo mismo, el centro se convirtió en un centro cosmopolita, de creciente reputación en los escenarios urbanos de la capital, así como de una incipiente proyección internacional, que luego se mantendrá por dos siglos. El conferenciante hizo una última aportación, sobre la incorporación de mujeres a las actividades musicales de los ateneístas: de la instrumentista y programadora musical -así como empresaria platera- Josefa Martínez Artó y las intérpretes M.ª Ángeles Novales y Victoria Michans; aunque hay constancia de la presencia de mujeres en otras actividades del Ateneo, como presentaciones de obras y oyentes en cursos de enseñanzas ateneístas.

  • Alejandro Díez Torres  es Profesor Honorario de la UAH (Departamento de Historia II), Presidente de Asociación Universis (Patrimonio Universitario, Ciudadanía y Memoria de Alcalá) y Ex-Secretario del Ateneo de Madrid.
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