La encuesta | Por Santiago López Legarda

A muy pocas semanas de las votaciones del 28 de mayo, los responsables de ALCALÁ HOY han tenido la loable iniciativa de publicar una encuesta sobre las intenciones de voto de los alcalaínos. Ya se sabe que una encuesta es solo una cata, una foto fija de un estado de opinión en un momento concreto, en este caso la semana del 15 al 22 de abril, que fue cuando se hicieron las entrevistas.

Foto de Pedro Enrique Andarelli
  • Parafraseando al gran economista Juan Carlos Díez, profesor de la Universidad de Alcalá, podríamos preguntarnos si existe o no existe vida inteligente a la izquierda del PSOE.

 

  • Santiago López Legarda es un periodista alcalaíno que ha ejercido en diferentes medios nacionales.

A muy pocas semanas de las votaciones del 28 de mayo, los responsables de ALCALÁ HOY han tenido la loable iniciativa de publicar una encuesta sobre las intenciones de voto de los alcalaínos. Ya se sabe que una encuesta es solo una cata, una foto fija de un estado de opinión en un momento concreto, en este caso la semana del 15 al 22 de abril, que fue cunado se hicieron las entrevistas. Pero también sabemos que las técnicas demoscópicas están suficientemente perfeccionadas para acercarse mucho a lo que acabará siendo el recuento final tras las votaciones.

La conclusión más importante que arroja el estudio es, por una parte, que el Partido Socialista, con Rodríguez Palacios a la cabeza, está en condiciones de luchar por la mayoría absoluta en el consistorio alcalaíno; y por otra, que el Partido Popular, con su candidata Judith Piquet, mejoraría mucho o muchísimo sus resultados de 2019, seguramente gracias a que la mayoría de quienes votaron por Ciudadanos cogerán ahora la papeleta de los populares. Yo me atrevería a decir que nuestro actual alcalde, dado que es el más conocido y el mejor valorado de los candidatos que se presentan, tiene al alcance de su mano un tercer mandato.

La cosa va a estar, de todos modos, muy reñida porque según esta encuesta de EM Analytics el bloque de la derecha está en 13 concejales, a solo uno de la mayoría absoluta. Este dato resulta muy llamativo, porque parece indicar que las preferencias de voto de los ciudadanos se han solidificado o petrificado: ya en 2019 el bloque de la derecha estaba en 13 concejales, aunque luego Ciudadanos optó por un pacto de gobierno con los socialistas. En mi opinión, estamos ante una demostración más de la gran sorpresa que nos han dado los votantes de Ciudadanos: les creíamos más centristas, más moderados, más dubitativos entre inclinarse por la derecha o por la izquierda; pero no, cuando Ciudadanos ha perdido todas sus opciones de seguir subsistiendo, sus antiguos votantes se han inclinado de forma abrumadoramente mayoritaria por votar a la derecha. Esta no es una buena noticia para la vida política en Alcalá y en España.

Parafraseando al gran economista Juan Carlos Díez, profesor de la Universidad de Alcalá, podríamos preguntarnos si existe o no existe vida inteligente a la izquierda del PSOE. Las tres fuerzas políticas que aspiran a representar este espacio sociológico están en la desaparición o al borde de la desaparición. Aunque la encuesta atribuye un concejal a Podemos y otro a Más Madrid, lo cierto es que ninguna de las tres tiene garantizado un sillón en el salón de plenos del antiguo Convento de Agonizantes. La suma del voto a estas tres fuerzas está muy cerca del 14 por ciento, pero yendo por separado el riesgo enorme que corren es no obtener representación y, de paso, facilitar que la vara de mando cambie de manos en caso de que el PSOE no logre su objetivo de los 14 concejales.

Esto de las sumas y las restas debiera ser motivo de reflexión para nuestros políticos locales. Porque lo que hemos dado en llamar el bloque de izquierdas sumaría el 28 de mayo, según esta encuesta, un 52 por ciento del voto válido frente al 47 que sumaría el bloque de la derecha. Pero por aquellas cosas de la ley electoral ( que no es solo el sistema D,Hont, tengámoslo claro de una vez) la alcaldía podría perderse a manos de la candidata popular. No creo que vaya a suceder, insisto, porque lo más probable es que Javier Rodríguez Palacios siga cuatro años más, pero podría suceder. Ojo al dato, como decía el famoso comentarista deportivo.

También parece un buen motivo de reflexión el hecho de que una parte significativa ( quizá alrededor de un 25 por ciento)  de quienes se disponen a votar PSOE en las municipales vayan a votar por el PP de Díaz Ayuso en las autonómicas. Ya conocemos el fortísimo tirón popular que hoy por hoy conserva la presidenta madrileña y asimismo tenemos muy comprobada a lo largo de las últimas décadas la muy diferente orientación de voto de los ciudadanos en función de las distintas convocatorias. Pero lo que representa Díaz Ayuso y lo que representa el Partido Socialista son dos cosas demasiado distintas, demasiado contrapuestas  como para que no resulte llamativo que una misma persona se acerque a la mesa electoral con esas dos papeletas en sus manos. En fin, es lo que hay; y como dijo la propia Díaz Ayuso, es muy probable que lo que suceda en Madrid el día 28 de mayo resuene en toda España. Lo que no sabemos es si resonará para bien o para mal.

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1 Comentario

  1. Interesante análisis, Santiago, aunque me gustaría hacer un par de puntualizaciones.
    Primero, que a mí siempre me ha rechinado el mantra de la unidad de la izquierda. Si hacemos abstracción del equipo de gobierno de 1979, donde los concejales del PCE -los dos de la ORT que fueron invitados a sumarse fueron otra historia- hicieron una excelente labor codo a codo con los socialistas, en los posteriores, tras la grave crisis interna que hundió al PCE, se dieron dos casos diferentes: cuando estaban en coalición el PSOE con Izquierda Unida u otras siglas, esta minoría acababa llevando a sus socios mayoritarios por donde quería con resultados muchas veces más que discutibles. Y cuando estuvo en la oposición, se dedicó a hacerle la vida imposible, como le ocurrió a Florencio Campos. Como dice la conocida frase, con amigos como éstos…
    De hecho, el actual pacto de gobierno con Ciudadanos ha funcionado mucho mejor que el anterior con IU-Unidos Podemos, por lo que es de lamentar el previsible hundimiento de Ciudadanos que aportó una seriedad y una solidez que no tuvo el citado pacto de izquierdas.
    Por otro lado, en la hegemonía absoluta del PP en la CAM desde (¿se acuerdan ustedes?) el tamayazo, ha tenido mucho que ver el desinterés del PSOE por recuperar la presidencia perdida; sólo hay que ver la lista de sus candidatos a partir de Simancas e incluyendo al actual Lobato, un auténtico desconocido hasta hace dos días, pasando por todos los intermedios. Literalmente, se lo han puesto en bandeja de plata primero a Esperanza Aguirre y posteriormente a Isabel Díaz Ayuso.
    Yo tampoco entiendo que alguien dé esos bandazos que usted indica; si bien es cierto que soy el primero en aplicar distintos criterios a la hora de votar en las elecciones según se trate de las generales, las autonómicas, las municipales o las europeas en función de los candidatos y de las circunstancias concretas, sí encuentro límites.
    En este caso nos encontramos con una persona perteneciente al ala más derechista del PP (en realidad encajaría mucho mejor en Vox) que, por si fuera poco, se apoya en algo que me repele especialmente con independencia de las ideologías: el populismo exacerbado que tanto daño ha hecho en Estados Unidos con Trump, en Gran Bretaña con el brexit, en Italia con Berlusconi, en Brasil con Bolsonaro, en Marbella con Jesús Gil y sus epígonos… con el agravante de que estos populismos que prometen el paraíso a cambio de nada suelen acabar provocando graves daños -véase el caso de los secesionistas catalanes, de los que ha copiado Ayuso sus marrullerías- sin por supuesto cumplir sus imposibles promesas.
    Yo entiendo que haya un sector de la población a la que beneficie el ultraliberalismo feroz de esta señora, pero lo que no me encaja en absoluto es que arrase con los votos de quienes llevan todas las papeletas de salir perjudicados con su gestión política. Y si no al tiempo, y ojalá me equivocara.

  2. Se me olvidaba. En cuanto a la irónica pregunta de si existe vida inteligente a la izquierda del PSOE basta con recordar la genial película La vida de Brian, con las distintas facciones de los activistas judíos peleándose a muerte entre ellos para regocijo de los romanos.
    Hace ya muchos años, durante la Transición, padecí en propia carne a todos estos grupúsculos -leninistas, troskistas, maoístas, castristas…- que, además de llevarse a matar entre ellos, lo único en lo que se ponían de acuerdo era en reventarnos las clases en la facultad con cualquier pretexto viniera o no a cuento, con un lenguaje que ya estaba trasnochado entonces y unos métodos que de democráticos no tenían absolutamente nada. Por supuesto sólo aparecían por allí para eso, jamás les vi asistiendo a clase ni tomando apuntes como hacía yo.
    Por el contrario los miembros del PCE recién legalizado entonces eran gente muy seria y muy sensata con la que podías estar o no de acuerdo ideológicamente, pero que eran de fiar. En cuanto al PSOE, al menos en mi facultad y en esos años 1975-1980, si estaba presente, no se le veía.
    Han pasado casi cincuenta años desde entonces y aunque hayan cambiado las siglas, las letras de las soflamas y por supuesto las personas, la verdad es que sigo viendo a los mismos perros con distintos collares.

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