- Las últimas noticias del crimen de Meco ponen fin, tras una investigación de ocho meses, al misterioso caso de Miri, la joven que fue asesinada cuando paseaba a sus perros
La Guardia Civil ha resuelto, más de seis meses después, el crimen de Miriam Vallejo, la joven de 25 años que fue encontrada asesinada el pasado 16 de enero en el término municipal de Meco, en Madrid. El detenido ha sido el novio de la compañera de piso de Miriam, que también vivía con ellos.
El joven de 29 años habría sido arrestado, según ha adelantado Espejo Público, en la vivienda de sus padres en Azuqueca de Henares (Guadalajara). Presuntamente, después de cometer el asesinato se fue a refugiar ahí.
El cadáver de Miriam, Miri para sus amigos, fue encontrado con más de 20 puñaladas. Desde las primeras investigaciones se creía que el autor era alguien de su círculo cercano ya que ella estaba paseando a sus perros y estos no hicieron nada por defenderla.
En un primer momento, el novio de la compañera de Miriam habría quedado descartado como sospechoso porque estaba jugando a la Play Station en línea. Sin embargo, los agentes de Homicidios de la Guardia Civil de Tres Cantos han descubierto que, a pesar de seguir en línea, el videojuego no tuvo ninguna actividad durante los minutos en el que Miriam salió.
Le dieron hasta 24 puñaladas
Miri, una joven de 25 años, vivía junto a su amiga Celia y su novio -Sergio- en un chalet de Meco. El pasado 16 de enero, a última hora de la tarde, decidió salir a pasear sus cuatro perros -tres de sus compañeros de piso y uno suyo- en los alrededores de su casa. El sitio, con poca iluminación pero que Miri conocía perfectamente, se convirtió en el escenario de un crimen que está a punto de resolverse.
Sobre las 20:50, la joven se separó de un grupo de vecinos que también estaban paseando a sus mascotas, y se dirigió a un tramo de tierra. Ahí le cosieron a puñaladas. Le dieron hasta 24, sin ningún miramiento, con rabia. Hubo tal nivel de violencia que el homicida partió la hoja del cuchillo, que se quedó en el interior de la víctima. Todo parecía indicar que existía algún vinculo emocional de odio del criminal hacia la joven.
Unos chicos fueron quienes encontraron el cadáver de la joven. Pero ellos no oyeron gritos ni ladridos de los perros, por lo que todo apuntaba a que los animales conocían al asesino. Desde el principio se pensó que si hubiese sido un desconocido los canes se habrían lanzado sobre el asaltante, o habrían armado un gran revuelo con sus ladridos. Además, todo apunta a que era Celia la que solía pasear a los perros pero esa noche le tocó a Miriam.
El móvil sexual quedó descartado desde un primer momento, ya que no fue agredida de esa forma, al igual que el robo, ya que tenía sus pertenencias. Las primeras hipótesis que se barajaron fue que se trataba de una mujer que lo podría haber hecho por celos, por una supuesta relación sentimental que Miriam tuviera con alguien emparejado. La joven hizo todo lo que pudo por defenderse de su atacante y llegó a arañarlo, por lo que si hubiera un ADN que coincidiera, el caso estaría resuelto.
La coartada de Sergio se desmonta
El círculo más cercano de Miri fue investigado, así como los chicos con los que había contactado a través de redes sociales como Tinder o Badoo. Pero no encontraron nada. Incluso Celia, su compañera y amiga, estuvo en el punto de mira. Poco después del asesinato de Miriam Vallejo se difundió un bulo por la localidad de Villanueva de la Torre donde vivían y que decía que Celia había sido detenida. “No he estado detenida en ningún momento, ni un segundo. Con vuestras mentiras habéis conseguido que el infierno que estoy pasando por perder a una mitad de mí sea aún peor”, se defendió en su cuenta de Facebook. La joven, tras el asesinato de Miri, rompió con su novio y se alejó de Meco.
Hasta hoy Sergio tenía una coartada. Durante el asesinato de Miri, había estado jugando con la consola y así lo atestiguaba su actividad en el videojuego. Ahora, los agentes de Criminalística y del grupo de homicidios de la Guardia Civil de Madrid han desmontado la justificación del joven. Aunque sí es cierto que estuvo jugando “sin parar”, durante más de diez minutos -momento en el que Miri salió a la calle- no se registró ninguna actividad. Además los investigadores cuentan con algún otro indicio de consistencia, tal y como publica El Confidencial.
Multitudinario y emotivo adiós para Miri en Alcalá de Henares