¿ Qué será de mi pensión ?

El periodista especializado en economía ofrece en este artículo su análisis del estado actual de las pensiones. "Si suponemos que los rendimientos siguen al 1,5% anual, usted podrá disponer de unos 33.000 euros anuales. No está nada mal, pero en realidad usted tendría que gastar una cantidad sensiblemente menor para estar prevenido y protegido frente a la posibilidad de que su vida se prolongue más allá de lo que dicen las estadísticas. Usted, por muy ácrata que sea, no puede permitirse el lujo de quedarse sin nada y morir de inanición". El articulista concluye que "creo que los números demuestran que, hoy por hoy, el sistema público ofrece más seguridad y mejores prestaciones que las que podría ofrecer un sistema privado. Esto no quiere decir que esté libre de problemas, pero de eso hablaremos otro día".

¿ Qué será de mi pensión ? Artículo de Santiago López Legarda

 

  • Santiago López Legarda es un periodista alcalaino que ha ejercido en diferentes medios nacionales.

Imagine usted (perdone si le doy un tratamiento un poco excesivo) que es un joven de 25 años recién salido de la Universidad y que ha tenido la suerte inmensa de encontrar un empleo estable. Le quedan a usted 42 años de vida laboral por delante y seguramente aún no es ni siquiera capaz de imaginar el pensionista que acabará siendo. Yo le diría lo mismo que le dijo una vez Picasso a una señora de clase alta y rica que se le quejaba por el escaso parecido entre ella y el retrato que había pintado el genio: “no se preocupe usted, señora, ya se irá pareciendo con el paso del tiempo”.

Imaginemos ahora que es usted un poco ácrata y, en consecuencia, no quiere saber nada del Estado y espera que el Estado tampoco quiera saber nada de usted. Pero de todos modos acabará siendo viejo más pronto de lo que espera y tiene que ahorrar para su jubilación se ponga como se ponga. Vamos a imaginar que es usted un universitario brillante y ha conseguido un sueldo de campanillas: 35.000 euros anuales brutos. Imaginemos también, aunque no sea bueno para nuestra salud económica, que va a seguir esta inflación igual a cero o negativa que tenemos actualmente. Lo hacemos a fin de simplificar un poco los cálculos.

Imaginemos que usted decide dedicar el 28% de su sueldo ( que es el porcentaje que dedicamos los cotizantes actuales a la Seguridad Social, si bien es cierto que la parte del león tiene que aportarla la empresa) al capital que irá acumulando para su pensión. Como la inflación es baja o negativa, los rendimientos de los activos en que usted irá invirtiendo sus ahorros también serán muy escasos. Puede que algún año sean negativos, pero vamos a suponer que usted consigue en promedio unos rendimientos anuales del 1,5% hasta la fecha de jubilación. De impuestos al comienzo, durante y al final mejor no hablamos para no complicar la cosa.

Pues bien, si es usted un ahorrador disciplinado al llegar a los 67 años habrá acumulado un capital de 568.000 euros en números redondos. Y ahora viene la pregunta que usted, a sus esplendorosos 25 años, seguramente considerará un poco estrafalaria: ¿cuántos años de vida le quedarán cuando cumpla los 67? De acuerdo con las estadísticas y las proyecciones demográficas es altamente probable que usted viva otros 20 años más, como mínimo, después de su jubilación. Y ahora viene otra pregunta decisiva: ¿qué ingresos anuales le proporcionará su capital acumulado durante esos 20 años?

Si suponemos que los rendimientos siguen al 1,5% anual, usted podrá disponer de unos 33.000 euros anuales. No está nada mal, pero en realidad usted tendría que gastar una cantidad sensiblemente menor para estar prevenido y protegido frente a la posibilidad de que su vida se prolongue más allá de lo que dicen las estadísticas. Usted, por muy ácrata que sea, no puede permitirse el lujo de quedarse sin nada y morir de inanición.

Imaginemos ahora que usted confía en el papel del Estado y está de acuerdo con el sistema actual: los trabajadores en activo cotizan para pagar las pensiones actuales a cambio del derecho a una pensión vitalicia en el futuro. Primera decisión que, de momento, a usted le deja más dinero limpio en el bolsillo cada fin de mes. En efecto, su nuevo sueldo bruto serían unos 28400 euros anuales a los que habría que sumar los 6600, más o menos, que el empresario aportaría en su nombre a la Tesorería de la Seguridad Social: recuerde que el coste laboral tiene que ser el mismo para la empresa. Usted tendría que aportar otros 1300, que el empresario le retendría de su nómina. Y así se quedaría usted con un sueldo anual neto (seguimos sin hablar de impuestos) de al menos 27000 euros, mientras que en el caso anterior su sueldo neto, una vez descontada la aportación al plan de pensiones, serían unos 25200 euros.

Al llegar a los 67 años usted tendría derecho al 100% de su Base Reguladora, y ni siquiera necesitaría haber pagado durante 42 años: le bastaría con haber mantenido la cotización, según las leyes actuales, durante 38,5 años. Además, usted no tendría que preocuparse por una posible vejez desvalida: el Estado le garantiza el cobro de su pensión desde el día que se jubile hasta el día en que, como dirían los de Amaral, una poderosa marea venga a buscarlo para llevarle muy lejos. Su Base Reguladora, y por tanto la cuantía de su pensión, serían los 28.400 por los que habría estado cotizando.

Si le he puesto encima de la mesa toda esta ensalada de números es para prevenirle contra ciertos cantos de sirena acerca de las bondades de los planes privados de pensiones y las maldades de nuestro actual sistema público, al que hemos dado en llamar “de reparto”. Creo que los números demuestran que, hoy por hoy, el sistema público ofrece más seguridad y mejores prestaciones que las que podría ofrecer un sistema privado. Esto no quiere decir que esté libre de problemas, pero de eso hablaremos otro día.

Santiago López Legarda . Periodista ( prejubilado de Radio Nacional de España)

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