- Ejerció como responsable de la comisaría de Alcalá de Henares hasta 2011, donde incluso recibió la Medalla de Plata de la Universidad. Antes, trabajo en la Sección de Sistemas Generales y también como enviado de Interior a otros destinos internacionales.
Según desvelaba eldiario.es ayer 4 de abril, ” Jesús Figón se entregó a la policía local de Vitoriav, capital del Estado de Espírito Santo, el 12 de mayo de 2015. Ante los agentes confesó que había matado a su esposa en el transcurso de una discusión. Rosemary Justino Lopes, de nacionalidad brasileña, falleció por varias heridas de arma blanca. Al día siguiente, el ministro Margallo dijo que España renunciaría a la inmunidad diplomática de la que gozaba Figón si se confirmaba que la investigación era por un crimen machista. La inmunidad, dijo el canciller español, “en ningún caso puede servir de coartada en hechos tan deleznables como los que se están investigando allí”.
La realidad es que Figón ni siquiera fue apartado de su puesto como máximo representante del Ministerio del Interior en Brasil y que España solo renunció a la “inmunidad de jurisdicción”, por lo que el país sudamericano se está haciendo cargo de la investigación y celebrará el juicio. Al mantener la “inmunidad de ejecución”, el policía será trasladado a España en cuanto haya una sentencia para cumplir la pena. En caso de ser condenado, Figón no llegará a pisar una cárcel brasileña.”
Asegura ese diario también que ” tras el presunto asesinato machista, Jesús Figón continuó siendo el consejero de Interior de la Embajada española en Brasil y cobrando su sueldo íntegro, incluso cuando la Fiscalía del país presentó la acusación formal por homicidio cuatro meses después, en septiembre de 2015.
Pero el 23 de enero de este año, el comisario cumplió 65 años y se jubiló. Figón se veía obligado a dejar el servicio activo de la Policía y el cargo de consejero de Interior en la embajada. El comisario no podía seguir acreditado como personal diplomático en el país donde presuntamente mató a su mujer. Fue entonces cuando el departamento que dirige Jorge Fernández Díaz propuso nombrarle “consejero asesor” de la Embajada en materia de Interior. Exteriores aceptó. De este modo, Figón mantenía su condición de “agente diplomático”, según revelaron a eldiario.es fuentes policiales y confirmaron oficialmente los ministerios de Interior y Asuntos Exteriores.
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A los pocos días del crimen de Rosemary, la única hija del matrimonio abrió la posibilidad de que su padre fuera juzgado en España. Presentó ante la Audiencia Nacional una querella admitida a trámite por el juez Eloy Velasco: un ciudadano español había cometido presuntamente un delito en el extranjero y el tribunal especial era competente para investigarlo. Pero la Fiscalía brasileña informó a la española que ya había una causa abierta en el país sudamericano, según fuentes de la Audiencia Nacional, y eso obligó a Velasco a archivar provisionalmente el caso, después de haber imputado y citado a declarar al policía.
Está previsto que el juicio por la muerte de Rosemary Justino Lopes (50 años en el momento de su muerte) se celebre en los próximos meses. La estrategia de defensa del comisario español consiste en alegar que actuó en defensa propia. Según la versión que mantiene, se encontró a su mujer durmiendo en la vivienda familiar y cuando fue a despertarla ella, que había bebido, le atacó con un cuchillo. Las heridas que provocaron su muerte se habrían producido en el transcurso de la pelea, siempre según la versión de la defensa. El comisario Figón es defendido de forma gratuita por el despacho Ilocad, que dirige Baltasar Garzón, amigo del policía.
Jesús Figón y la fallecida eran pareja desde hacía 30 años, cuando se conocieron en España. Desde el entorno del policía aseguran que solicitó el destino en Brasil para que su mujer pudiera estar cerca de su familia. El comisario fue destinado a Brasil en 2012.