- El Belén complutense se traslada a Santa María la Rica, mantiene su sello artístico, celebra 30 años de asociación y refuerza su valor cultural.
- Crónica gráfica de Ricardo Espinosa y video de Myriam Trujillo para ALCALÁ HOY
Hay rituales que, aunque cambien de escenario, mantienen intacta su esencia. La Navidad complutense no se entiende sin el Belén Tradicional de la Asociación Complutense de Belenistas ni sin nuestra conversación anual con su presidente, Leopoldo Herrero, ya convertida en una cita fija. Este año, el encuentro se produce en el antiguo hospital de Santa María la Rica, nuevo hogar provisional del Belén.
El cambio viene motivado por las obras en la Casa de la Entrevista, espacio donde se había instalado el montaje en los últimos años. Un traslado que ha obligado a replantear el Belén prácticamente desde cero. “Ha sido un reto”, reconoce Herrero, sobre todo por adaptar un proyecto consolidado a un espacio nuevo sin perder identidad. Y lo han conseguido: el belenismo, insiste, no depende de cuatro paredes, sino de las manos y la pasión de quienes lo hacen posible. Y no es mala idea el planteamiento de una ubicación permanente para el belén tradicional.
Un espacio distinto, el mismo espíritu
El nuevo emplazamiento condiciona el diseño, pero no lo limita. El Belén es ahora más estrecho y también más luminoso, con un metro menos de ancho respecto a ediciones anteriores, aunque mantiene sus siete metros de recorrido. Espacio suficiente para desplegar una narración cuidada, coherente y ambiciosa en lo artístico. El resultado vuelve a seducir desde el primer vistazo, dejando el juicio final a quienes se acerquen a recorrerlo.
Detrás de este montaje hay unas diez personas trabajando. Muchas son jubiladas y otras proceden de profesiones muy diversas: sector comercial, autónomos o servidores públicos. Todas comparten una afición que, en palabras de su presidente, “nos vuelve locos”. Una dedicación paciente, casi obsesiva, que se refleja en escenas llenas de vida, realismo y atención minuciosa al detalle.
Rigor histórico y pequeños guiños
La temática vuelve a ser hebrea, siguiendo la línea de los últimos años, pero con un nivel de investigación cada vez mayor. La Asociación Complutense de Belenistas continúa profundizando en la arqueología y en las fuentes históricas para recrear, con la mayor fidelidad posible, cómo pudo ser Belén en la época del nacimiento de Jesús. Sin renunciar al componente artístico, la intención es ofrecer un conjunto veraz y coherente.
Entre las novedades destaca la incorporación de un huerto con hortalizas, un elemento inédito hasta ahora que añade colorido y una sensación muy lograda de vida cotidiana. Vuelve también uno de los grandes sellos del Belén complutense: la iluminación secuencial, con el tránsito de amanecer, día, atardecer y noche en una secuencia de unos tres minutos y medio que acompaña al visitante.
Treinta años creando ilusión en Alcalá
Esta edición tiene además un significado especial al coincidir con el 30 aniversario de la Asociación Complutense de Belenistas. Las salas contiguas al Belén acogen una exposición complementaria que recorre la historia de la entidad a través de fotografías, recortes de prensa y grandes dioramas, uno de ellos realizado por su alumnado.
La muestra se completa con una exposición costumbrista dedicada a Alcalá de Henares, con escenas ambientadas en espacios reconocibles como la Casa de Cervantes, el Hospitalillo o la Capilla del Oidor, y con una cuidada selección de belenes procedentes de distintos países, que subrayan el carácter universal de esta tradición.
El trabajo de la asociación cuenta, además, con un respaldo institucional unánime. No en vano, el Pleno municipal aprobó el 19 de noviembre de 2024 que el belenismo complutense sea considerado una manifestación cultural y religiosa de especial significación para la ciudad. Un reconocimiento que Herrero valora especialmente, recordando que «siempre han contado con apoyo institucional, gobierne quien gobierne».
El Belén Tradicional de la Asociación Complutense de Belenistas puede visitarse en el antiguo hospital de Santa María la Rica, en la calle Santa María la Rica número 3, sala Antonio López, desde el 6 de diciembre hasta el 4 de enero. Un nuevo escenario para una tradición que sigue demostrando que la ilusión, cuando es auténtica, no entiende de mudanzas.






















