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GREFA exige revisar el contrato con MATINSA y garantizar un seguimiento técnico riguroso de la emblemática colonia de cigüeñas urbanas de Alcalá.

La organización conservacionista GREFA ha lanzado una denuncia pública en la que acusa a la empresa adjudicataria del contrato de seguimiento de la colonia de cigüeñas blancas de Alcalá de Henares de incumplir las condiciones pactadas y de poner en riesgo la conservación de una de las señas de identidad más queridas de la ciudad. El comunicado, publicado el 28 de octubre en la web de la entidad, ha tenido amplia repercusión entre colectivos ecologistas y vecinos sensibilizados con el patrimonio natural complutense.
Según GREFA, el contrato en cuestión no depende directamente del Ayuntamiento, sino de la Mancomunidad del Este, entidad supramunicipal que agrupa a 31 municipios y gestiona, entre otros servicios, el complejo de residuos y diversas actuaciones ambientales en la comarca.
Esta mancomunidad adjudicó a la empresa MATINSA (Mantenimiento de Infraestructuras S.A.) el servicio para la conservación, control y seguimiento de la colonia de cigüeñas urbanas de Alcalá, una de las más importantes de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, el colectivo denuncia que la ejecución de dicho contrato “no se está realizando conforme a las condiciones establecidas”, con lo que “se compromete el bienestar y la supervivencia de decenas de ejemplares y el equilibrio del ecosistema urbano”.
Un símbolo de Alcalá bajo sospecha
La colonia de cigüeñas blancas de Alcalá es una de las más emblemáticas de España. Sus nidos coronan espadañas, cúpulas, torres y tejados del centro histórico, y su vuelo pausado forma parte del paisaje sentimental de la ciudad. Tanto es así que la cigüeña se ha convertido casi en un emblema no oficial del municipio, tan cervantino como los molinos de viento o las cigarreras del XIX.
GREFA recuerda que la presencia de estas aves está protegida por normativas autonómicas y europeas, y que su conservación no es solo un gesto simbólico, sino una obligación legal. “El contrato adjudicado debía garantizar un seguimiento técnico riguroso, con censos actualizados, control sanitario, vigilancia de nidos y asistencia ante posibles incidencias”, explica la entidad.
Sin embargo, según denuncian, muchas de esas tareas no se están realizando, o se efectúan sin la supervisión adecuada. “Hemos constatado deficiencias graves en la atención a pollos caídos, falta de coordinación con centros de recuperación, ausencia de informes públicos y un claro deterioro en la gestión de los puntos de nidificación”, detalla el texto.
El comunicado se acompaña de fotografías y ejemplos concretos recogidos por voluntarios de GREFA, que muestran nidos deteriorados, restos de material sintético peligroso y casos de polluelos no atendidos. “La situación nos preocupa porque se trata de una especie muy ligada al casco urbano, que depende directamente de la colaboración entre administración y técnicos especializados”, insisten.
La Mancomunidad del Este y MATINSA, en el punto de mira
El foco de la denuncia está en la ejecución del contrato público gestionado por la Mancomunidad del Este y adjudicado a MATINSA, empresa del grupo FCC especializada en mantenimiento de infraestructuras. GREFA acusa a ambas partes, gestora y adjudicataria, de falta de transparencia y control efectivo, y exige que se hagan públicos los informes de seguimiento de la colonia.
El contrato, según GREFA, contemplaba una dotación económica suficiente para garantizar el control de la población de cigüeñas y su adecuada conservación. Lo que se denuncia ahora es que “el servicio se está prestando de forma deficiente y sin cumplir los estándares mínimos”, lo que podría suponer incluso un incumplimiento contractual. La entidad reclama que la Mancomunidad, presidida actualmente por la alcaldesa de Alcalá de Henares, Judith Piquet, asuma su papel de supervisora y exija responsabilidades a la adjudicataria.
“Queremos saber cuántas cigüeñas se están censando realmente, cuántos polluelos se han perdido o recuperado, y qué medidas se están tomando ante los riesgos detectados”, señalan desde GREFA.
También piden que se haga público el cronograma de actuaciones, los partes de trabajo y las fichas de control de los ejemplares. “No acusamos a ningún ayuntamiento en particular, precisan, pero sí exigimos que la Mancomunidad del Este ejerza su función de control. La conservación de la fauna urbana no puede quedar en manos de empresas sin experiencia ni sensibilidad ambiental”.
Hasta el momento, ni la Mancomunidad ni MATINSA han emitido respuesta pública a la denuncia. Tampoco el Ayuntamiento de Alcalá, que aunque no gestiona directamente el contrato, sí figura como principal beneficiario de sus actuaciones.
Desde el área municipal de Medio Ambiente, que dirige el edil popular Vicente Pérez, se mantiene una línea de colaboración con GREFA en otros proyectos de educación ambiental, lo que hace aún más llamativo el silencio institucional en este caso.
Alcalá, ciudad de cigüeñas… ¿En peligro?
La denuncia ha reavivado un debate que en Alcalá nunca queda del todo cerrado: el del equilibrio entre patrimonio urbano y fauna silvestre. Las cigüeñas son parte del alma complutense, pero también requieren mantenimiento, control y convivencia. Sus grandes nidos pueden llegar a pesar más de 200 kilos y deteriorar estructuras históricas si no se gestionan adecuadamente. De ahí que el seguimiento técnico sea esencial no solo para la fauna, sino también para la conservación del patrimonio arquitectónico.

En julio de este mismo año, el Ayuntamiento celebró la liberación de diez cigüeñas jóvenes rehabilitadas por GREFA en las inmediaciones de la Huerta del Obispo, un acto simbólico que reunió a concejales, escolares y medios locales. “Fue un día feliz, recuerda un voluntario del grupo, pero no sirve de mucho si luego no se mantienen los compromisos técnicos que aseguran el futuro de la colonia”.
Alcalá cuenta actualmente con más de 90 parejas reproductoras, según datos de GREFA, aunque el último censo oficial de la Mancomunidad del Este se remonta a 2022. Ese vacío de información es, para muchos, el verdadero problema: sin datos actualizados, resulta imposible evaluar el estado real de la población.
El colectivo ecologista propone que la entidad publique un informe anual donde se detallen los resultados del seguimiento y las medidas adoptadas. “No hablamos de grandes inversiones, sino de transparencia y rigor científico”, insisten.
Más que un pájaro, un termómetro ecológico
Detrás de esta denuncia subyace una reflexión más profunda: las cigüeñas son algo más que un símbolo entrañable. Son indicadores de salud ambiental, y su declive o descuido refleja la calidad del ecosistema urbano. En palabras de GREFA, “cuando una cigüeña cae del nido y nadie responde, lo que está cayendo en realidad es una parte del compromiso de la ciudad con su biodiversidad”.
La cigüeña blanca (Ciconia ciconia) se alimenta en vertederos, campos agrícolas y humedales, pero necesita lugares seguros donde anidar. En Alcalá, su adaptación a los edificios históricos ha sido un ejemplo de convivencia entre naturaleza y patrimonio. De ahí que su gestión sea un tema sensible, tanto para los vecinos como para los visitantes que cada año levantan la vista hacia los tejados del convento de San Bernardo o la torre de la Magistral.
GREFA concluye su denuncia pidiendo que la Mancomunidad del Este revise de inmediato la ejecución del contrato, que se reanude la colaboración técnica entre el servicio mancomunado y los especialistas en fauna, y que se garantice la protección activa de la colonia alcalaína. “Queremos que Alcalá siga siendo la ciudad de las cigüeñas, afirma la organización, pero para eso hacen falta hechos, no solo fotos.”
Un silencio administrativo que planea sobre los tejados
El silencio institucional tras la denuncia no ha pasado desapercibido. En redes sociales, varias asociaciones vecinales y colectivos ambientalistas locales han reclamado explicaciones. Algunos incluso han pedido que se convoque la Comisión de Medio Ambiente de la Mancomunidad del Este para revisar el contrato y evaluar posibles sanciones.
Por su parte, varios ciudadanos han recordado que las cigüeñas “no son del PP ni del PSOE, son de Alcalá”.
Mientras tanto, las aves siguen ahí, ajenas al ruido administrativo, sobrevolando los tejados del casco histórico al caer la tarde. En ellas se cifra buena parte del alma complutense. Que sigan regresando cada año dependerá, como tantas otras cosas, de que la gestión pública esté a la altura de su vuelo.
👉 Lee aquí la denuncia completa de GREFA (publicada el 28 de octubre)

















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