- El acto ha finalizado con la colgadura de una corona de laurel bajo la placa.
Este lunes ha tenido lugar un homenaje espontáneo de la sociedad civil alcalaína al Emperador Fernando de Austria, por parte del Circulo Hispanista Complutense en el aniversario de su nacimiento. El acto se ha celebrado bajo la placa conmemorativa en los muros del Palacio Arzobispal. Unos cuantos miembros de esta asociación han desplegado una bandera blanca con la Cruz de Borgoña y su presidente ha leído un manifiesto reivindicativo de la memoria de este gran olvidado alcalaíno.
Manifiesto
Hoy, 10 de marzo, El Circulo Hispanista. Complutense venimos a este muro del Palacio Arzobispal 522 años después, a rendir homenaje a uno de nuestros más importantes y menos conocidos paisanos. Aunque no completamente olvidado, sí menos recordado de lo que debiera y quisiéramos. En nuestra medida, y como hacen otros hispanistas por todo el mundo, tratamos de subsanar olvidos imperdonables de la historia oficial.
Los alcalaínos deberíamos estar hoy orgullosos, y lo estamos, por contar en nuestra ciudad con un personaje, que no es uno más, de la talla del Emperador Fernando, tan importante en su tiempo para el devenir de España y de Europa. A la vez que apenados por el silencio que ha cubierto su figura y su memoria por causas no muy explicadas: por el exceso de personajes históricos, la desidia o la incultura. Estamos hoy aquí para intentar al menos paliar el olvido cumpliendo con nuestra obligación de hispanistas.
En lugar o además de esta placa conmemorativa, muy honrosa sin duda, deseamos y solicitamos que en el futuro se levante un verdadero monumento. Su estatua junto a la de su madre, Juana de Castilla, su tía Catalina de Inglaterra y su abuela Isabel. Acompañado de su querido abuelo Fernando, aquel gran rey nunca suficientemente valorado, quizá por hallarse junto a una mujer tan excepcional como su esposa Isabel. Tampoco suficientemente celebrada en esta ciudad donde pasó largas temporadas y vivió con su familia hechos tan importantes.
Ese conjunto escultórico familiar, dentro del patio de Palacio, sería un verdadero y justo homenaje a la memoria de la dinastía Trastámara-Austria, a la que tanto le debe España, Europa y la Hispanidad.
Nuestro personaje, el emperador Fernando, fue hijo de Felipe I, llamado el Hermoso y de su mujer Juana de Trastámara, hija y heredera de los Reyes Católico y nieto del emperador Maximiliano I de Habsburgo. Fue Infante de España, Archiduque de Austria, Rey de Hungría y Bohemia y, a partir de 1558, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
Fernando de Habsburgo nació en el palacio arzobispal de Alcalá de Henares el 10 de marzo de 1503, siendo así llamado en honor a su abuelo materno, en cuyo cumpleaños vino al mundo (Fernando el Católico nació el 10 de marzo de 1452). Se crio con el castellano como lengua materna y su educación exquisita se basó en la escolástica y en los ideales caballerescos hispanos.
Parece que fue el nieto predilecto de Fernando el Católico, siendo educado a la española bajo la tutela de su abuelo aragonés, quien en su testamento inicial le nombró heredero. Aunque el Cardenal Cisneros logró modificar su decisión, por lo que, para evitar el conflicto con su hermano primogénito Carlos I, se le envió a Flandes en 1517 bajo la tutela de su tía Margarita de Austria, donde fue educado, entre otros, por Erasmo de Roterdam.
A la muerte de su abuelo, Maximiliano heredó parte de los territorios del Imperio alemán. Como Archiduque de Austria –una de las posesiones más preciadas de la familia Habsburgo- el alcalaíno tuvo que hacer frente a los ataques otomanos en los Balcanes. En las abdicaciones de Bruselas (1555–1556), Carlos I dejó el gobierno del Sacro Imperio Romano en manos de Fernando, que había sido nombrado Rey de Romanos (condición previa para ser emperador) en 1531 y que de facto había ejercido el control político de Alemania en los últimos años. De hecho, la paz religiosa de Augsburgo de 1555 fue en gran parte obra suya y sentó las bases de entendimiento para el futuro.
Respecto a la política interior, su reinado estuvo marcado por la lucha contra los protestantes adoptando una postura más conciliadora y tolerante en asuntos religiosos que la aplicada por su hermano. Su reinado como emperador estuvo caracterizado por la diplomacia, el intento de crear estructuras estatales y la promoción de la Contrarreforma en sus dominios, sentando las bases de la política regional en el siglo siguiente.
Ha sido considerado el mejor organizador de la Casa de Austria y el fundador de su administración imperial. Sus dotes organizativas fueron claves en la revolución militar del siglo XVI, pues creó el ejército imperial austríaco. Historiadores europeos le consideran uno de los mejores emperadores del Sacro Imperio y su legado en esas tierras es enorme ya que, entre otras mejoras , impulsó la construcción de grandes edificios civiles y defensivos.
En 1521 se había casado con Ana de Hungria y tuvieron 15 hijos. En su ciudad natal, Alcalá de Henares, apenas se le conoce. Un colegio público con su nombre y esta pequeña placa recordando su nacimiento en un muro trasero del Palacio Arzobispal.
Desde el Circulo Hispanista Complutense, con este particular homenaje, pretendemos revindicar la merecida memoria y dignidad aquel gran hombre, rey y emperador. Y solicitar de las autoridades y las instituciones locales que en el futuro sea honrado, él y su familia, como se merecen y arriba indicamos.
Honor y gloria al Emperador Fernando y a los alcalaínos ilustres. CHC