- Remitido por Juan Andrés Alba, técnico municipal de Turismo
En el Pabellón 9 de Fitur, en la ya ‘legendaria’ entrada por la Puerta Norte no se habla de otra cosa. En el trayecto desde el impresionante stand de Turespaña, pasando por el de la Comunidad de Madrid y el de Ibiza y hasta llegar al de Alcalá de Henares la noticia se ha hecho hueco entre apretones, presentaciones, delegaciones y otras ‘cosas’ de guardar. Manuel Revilla Bel se jubila después de una larga carrera como diseñador gráfico en Turespaña; habiendo sido autor de algunos de los carteles más míticos y celebrados del organismo que promociona a España como destino turístico en el mundo.
Su jubilación está siendo celebrada desde muchos ámbitos de la vida, pero fundamentalmente desde entornos donde Manolo Revilla ha dejado una huella imborrable. Conocí a Manolo Revilla en el año 92, con el arranque de Diario de Alcalá. La sección deportiva alcanzó rápidamente una proyección meritoria con ‘corresponsales’ de cada disciplina, que de manera espartana cumplían en el día fijado para la edición de la crónica.
Manolo Revilla no faltaba nunca a su compromiso como alma y estandarte del Club Natación Alcalá. Su risa enérgica venía bien a unos jóvenes intrépidos que se lanzaron a la aventura periodística, en plena celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona, en una ciudad que necesitaba un nuevo impulso. Este entrenador superior de natación lograba unos resultados espectaculares y se emocionaba al máximo cuando alguna de sus promesas dejaba el nombre de Alcalá grabado en la clasificación de las competiciones.
Para mí Manolo Revilla ha sido un colaborador excepcional y hace unos pocos años tuve la oportunidad de recibir de nuevo su ayuda como gran enamorado de Alcalá con la solicitud y presentación de los expedientes de Alcalá para la distinción de la Semana Cervantina, Don Juan en Alcalá y Semana de Santa de Alcalá como Fiestas de Interés Turístico Nacional. Y es que, inmerso en esta semana de jubilación, Manuel Revilla recibe los mensajes de apoyos de cientos y cientos de personas que pueden corroborar tres de sus grandes virtudes: tiene un corazón inmenso, una risa contagiosa y una vitalidad extraordinaria.
Para mí, Manolo es uno de esos complutenses, con apellidos ilustres, pero que nunca ha querido figurar más de lo debido. Le ha gustado trabajar en la sombra y ha sacado muchos proyectos adelante. Desde hace mucho tiempo, Manolo Revilla demuestra magisterio con la cámara y es autor de fotos extraordinarias, fotos de Alcalá, de Madrid, de ciudades del mundo y esas fotos de playas gaditanas de mi provincia natal que tanta ilusión me hacen. Algunas de sus fotos de Alcalá son protagonistas hoy en Fitur. Siempre me interesó más la gente que está por detrás que por delante y por eso, quizás él detrás de una cámara consigue tantas imágenes de portada.
Una persona con un enorme gusto y talento fotográfico que merece un reconocimiento público por su desempeño en variadas facetas de la vida. Desde luego es uno de los fotógrafos de la ciudad complutense que mejor interpreta la arquitectura, otra de sus pasiones ocultas. Y ahora despliega maestría en sus charlas y en sus encuentros fotográficos, muy frecuentes en un conocido establecimiento de la Calle Mayor, donde se pueden intercambiar pasiones con Baldo, con Rubén, con Saborit o con Espinosa, entre otros. ¡Mucho tiempo por delante, muchas fotos por hacer! Manolo Revilla es una de esas personas que hacen patria…que hacen ‘Marca Alcalá’ y que son imprescindibles para algo tan grande como la vida, como la luz y como el mar. ¡Feliz Jubilación!
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