Hasta siempre, José María | Por Blanca Ibarra

• Por Blanca Ibarra, concejala del Grupo Socialista en Alcalá de Henares

Hace unos días nos decía adiós José María Irastorza Bolea, excelente compañero y amigo, y mejor persona. Son momentos difíciles, querido compañero, pues nos encontramos desconsolados ante tu inesperada partida. Tu ausencia ha dejado un enorme vacío en nuestros corazones, tanto entre tus amigos y compañeros como en tu familia. No es fácil despedirse de alguien tan querido y apreciado.

José María Irastorza no fue simplemente un concejal del PSOE de Alcalá; para nosotros era un verdadero e inagotable defensor de la sanidad pública. Su dedicación incansable a mejorar la salud de los alcalaínos durante aquellos años de auge en nuestra ciudad no pasó desapercibida. Siempre estuvo ahí, alrededor de una mesa o en primera línea de pancarta, nunca dejó de luchar por garantizar que todos y todas tuviéramos acceso a una atención sanitaria de calidad, independientemente de nuestra capacidad económica o posición en la sociedad. Pero su compromiso no se limitó a su tiempo en el Ayuntamiento.

José María irradiaba una pasión inquebrantable en su defensa de la sanidad pública, una causa que trascendía las fronteras de la política y se arraigaba en el tejido mismo de su ser. Junto a un grupo de personas igualmente comprometidas y convencidas de la importancia de esta lucha, fue uno de los impulsores principales en dar vida a la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública de Alcalá de Henares. Esta iniciativa no fue solo un proyecto más, sino una manifestación palpable del compromiso y la determinación de todos los que formaron parte de ella. Nunca abandonaron esta causa, alimentando su llama con la fuerza de su convicción y el calor humano de su empatía.

Su ejemplo fue lo que inspiró a las nuevas generaciones a unirnos en esta lucha tan vital y trascendental, recordándonos que, juntos, éramos capaces de alcanzar grandes logros y transformar la realidad que nos rodeaba. A día de hoy, muchos de esas reivindicaciones son realidades palpables, como la implementación de la Unidad de Ictus o el Código Infarto, la ampliación de UVis móviles o el aumento de camas destinadas a la salud mental en nuestra ciudad.

Una generación entera vivió las protestas y movilizaciones ciudadanas por la construcción de un hospital en nuestra ciudad. José María siempre estuvo al frente, liderando con una determinación y valentía sin igual, consciente de que la carencia de un hospital en nuestra ciudad ponía en peligro la vida de tantos. Fue gracias a su incansable lucha que vimos los mejores frutos: la construcción del Hospital Universitario Príncipe de Asturias. Este logro no solo nos llenará siempre de orgullo, sino que nos hace sentir parte activa de un legado que lleva impreso el sello indeleble de su dedicación y esfuerzo.

En estos momentos de despedida, nos aferramos al consuelo de saber que tu legado perdurará en cada rincón de nuestra ciudad y siempre en nuestros corazones. Cada vez que pasemos por delante de nuestro hospital, sentiré tu presencia a nuestro lado, resonando en cada ladrillo, en cada pasillo, en cada sala. Fuiste no solo un compañero excepcional, sino también un amigo leal y un ser humano extraordinario. Tu recuerdo seguirá iluminando nuestros pasos, recordándonos el valor de tu lucha y la importancia de defender los valores que tanto amabas.

Hasta siempre, Jose María. Hasta siempre, compañero.

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