- Olga García. Somos Alcalá
Durante demasiados meses llevamos ya leyendo en diversos formatos, pero para todas las tendencias, que la división de los partidos nos lleva a obtener resultados de ingobernabilidad. Aparece un nuevo partido de izquierdas o de derechas que divide el voto y eso altera los resultados. Es evidente que en cierta forma existe una mayor oferta para que la ciudadanía opte entre más alternativas que en otros países. En Estados Unidos, por ejemplo, o votas republicano o votas demócrata y los matices de inclinación hacia un lado u otro los dan los propios candidatos.
Una vez dicho esto y a sabiendas de que soy partidaria de la unidad de la izquierda, con condiciones, voy a extrapolar este argumento a otras agrupaciones fuera de la política.
Todas y todos sabemos lo que ocurrió con la diversificación de las Asociaciones de Víctimas del Terrorismo, cuando en realidad separarlas por categorías fue un error garrafal. Lo mismo ocurre con las Asociaciones en defensa de la Memoria Histórica. Y todo esto me lleva a pensar en el por qué, si ya existe una asociación que defiende los mismos intereses que queremos impulsar, en lugar de unirnos a ella, creamos otra.
Parece bastante ineficaz que separemos a personas que luchan, aparentemente, por los mismos intereses, a no ser que intervengan otras cosas, como si presidir, dirigir o influir en una Asociación fuese el vaso de leche con galletas que hará engordar un ego.
Aún con matices, es de suponer (yo creo firmemente en ello) que “Verdad, Justicia y Reparación” son los tres pilares en los que cualquiera de estas asociaciones debería apoyarse, por lo que la proliferación de pequeñas asociaciones sin relación alguna entre ellas me parece un despropósito.
Afortunadamente fuimos capaces de aunar los archivos de que se disponen (aún queda mucha documentación por recopilar) en un único edificio ubicado en la ciudad de Salamanca, si toda esa documentación siguiese desperdigada a lo alto y ancho de la geografía nacional localizar cualquier dato que se precise sería un auténtico fárrago.
Las heridas no se curan con la sonrisa de la doctora, ni con las palabras de aliento del enfermero de turno, se curan con tratamientos, medicamentos, operaciones y esos son los tres pilares de la memoria histórica.
Verdad, porque es necesario conocer los hechos, no solo de nuestra guerra civil, en la que unos y otros actuaron como en todas las guerras, con barbaries y despropósitos, sino del aciago periodo posterior en el que inmersos en una dictadura se cometieron auténticas atrocidades. Tenemos que saber la verdad y sobre todo tenemos que enseñársela a nuestras hijas e hijos, para que nunca olviden la historia del país en el que viven.
Justicia, porque es la única forma en la que unas y otras veremos que vivimos, de verdad, en un país democrático que sin prejuicios proporciona y defiende los derechos que a muchas y muchos les fueron arrebatados.
Reparación, porque es necesario que aquellos derechos que se vulneraron en su momento sean reparados en la medida de lo posible. Y desde luego tener un lugar donde poder ir a llorar a nuestros muertos es uno de esos derechos, quizás el más importante.
Y junto a todo esto dejar de utilizar la Memoria Histórica como un arma partidista que crea un insoportable dolor a quienes nos sentimos más vulnerables. La Memoria Histórica es un derecho de todas y todos a conocer, a juzgar y a obtener un reconocimiento que hasta ahora ha sido negado.
Y estos días asistimos al bochornoso espectáculo que nos ha ofrecido el Ayuntamiento de Madrid volviendo, una vez más, a insultar a quienes fueron ejecutados durante los primeros años de la dictadura. Ejecuciones sin juicio, sin defensa jurídica, sin cargos, o con el único cargo de pensar diferente a los “vencedores”. Una auténtica abominación que cambia el honor, la justicia y el reconocimiento a esas víctimas por un puñado de votos. Y luego hablan, con total impunidad y sin que se les caiga la cara de vergüenza de justicia y de respeto a las leyes, solo a aquellas que les interesan, porque la de Memoria Histórica se la pasan por el arco del triunfo y a la sacrosanta Constitución. En fin, que una vez más tenemos que sufrir las atrocidades cometidas por aquellos, que siendo acompañantes de la extrema derecha, ostentan el poder.
Afortunadamente, aún quedan personas en las instituciones con la integridad y sensibilidad suficiente como para haber solicitado al Ayuntamiento de Madrid que les entreguen las placas que han sido vilmente desmontadas del Cementerio de la Almudena para trasladar a su municipio ese memorial que por mucho que se empeñen estará siempre presente en el pensamiento de aquellas que de verdad creemos en la justicia. Y sí, me refiero al ayuntamiento de Rivas cuyo alcalde, Pedro del Cura, acogerá esas placas que contienen, con nombres y apellidos, a personas fusiladas por el franquismo, que dieron su vida por la libertad.
Cumplir la ley de Memoria histórica y honrar a quienes fueron asesinados en la postguerra, a los que murieron en los campos de concentración nacionales y extranjeros, a los grandes olvidados de Mauthausen y Gusen, donde más de 10.000 españoles y españolas sufrieron el horror y 4.427 perdieron allí la vida. El olvido no cura heridas, provoca que no se curen, ellas tienen derecho al recuerdo y nosotras a saber.
Es de justicia, es nuestra obligación.
Como puedes comprender, Olga, yo que soy un admirador de Andreu Nin y de su partido, el POUM, no puedo estar en la misma asociación que los seguidores de Stalin o los afiliados al PCE ¿Lo entiendes, verdad?
Hasta cuando se la va a seguir dando cancha a esta señora en este periódico, no veis que ella no esta por la unidad de la izquierda, ni por la memoria histórica, ni tiene ideales más que el de llegar al poder para poder enchufar a personas afines dar pisos a compañeras de partido…
Ahora que tiene tiempo libre y dejó de hacer daño a la ciudad, nos va dando clases de republicanismo, de ser de izquierdas, etc.
No tienes vergüenza, lo que hechas de menos son los casi 6.000 euros mensuales que te llevaste durante cuatro años. Esos son realmente tus ideales.
Si fuiste expulsada de PODEMOS, que se puede esperar de alguien así.
Hay que tener presente que mucha o toda documentación fue expoliados por el franquismo a entidades y a particulares, por lo que, lógicamente, reclamaron muchxs y obtuvieron la devolución. Otra cosa es que hubiera habido una normativa para copiar cierta documentación para que quedara en Salamanca, y de esa forma facilitar estudios de formación, información para tesis, etc. Historia unificada, recopilada.
Veo que cuando hay comentarios negativos sobre esta señora, no los publicáis.
No si se repiten y vienen de la misma persona.