- Carlos Cotón es miembro del Consejo de Dirección de UPYD y Portavoz en Alcalá de Henares
Después de las infructuosas negociaciones entre PSOE y Podemos para conformar un gobierno de coalición, las posiciones han vuelto a la casilla de salida y poco ha cambiado la situación desde que se celebraron las elecciones el pasado 28 de abril.
Tampoco ha cambiado la postura de PP y Ciudadanos, que ciñéndose a lo que prometieron en campaña, sobre todo los de Albert Rivera, no permitirán la investidura de Pedro Sánchez ni siquiera por medio de una abstención. Y esto, si aplicamos la lógica de Pedro Sánchez, es únicamente responsabilidad suya. Pues fue Sánchez quien en 2016, enrocado en ese “no es no”, responsabilizó a Rajoy de la no formación de gobierno por ser incapaz de articular una mayoría parlamentaria sólida. Incluso le lanzó a los brazos del PNV para formar gobierno antes que sentarse junto al PSOE siquiera para hablar. Dicen que uno nunca puede escupir al cielo porque tarde o temprano le termina cayendo encima.
Debido a la incapacidad de los partidos políticos para llegar a acuerdos, la amenaza de una repetición electoral se va engrandeciendo cada día. Si llegamos a ese escenario de repetición electoral seguiremos alejando a los ciudadanos de la política, seguiremos desprestigiando una actividad tan noble como es la política y que ya está bastante denostada. ¿Por qué digo esto? Pues porque los ciudadanos están cansados. Cansados de presenciar como los partidos políticos –y sus líderes- están más preocupados de sus intereses políticos –que son legítimos- que del interés general y fundamentalmente, de sentir que la política no está para lo que debería estar: para resolver sus problemas y mejorarles la vida.
Con la no formación de gobierno el poder legislativo se encuentra parado, en stand by. Pero los españoles no se detienen, España no se para. Ellos, con gobierno o sin él, tienen que seguir levantándose día a día para ir a trabajar, encargarse y sacar adelante a sus familias, tienen que seguir pagando impuestos, etc.
Pienso que los partidos políticos tienen que reflexionar. Unos más que otros, eso es cierto. La actual situación es insostenible. La impostura no puede, ni debe, apoderarse de la gobernabilidad del país, es decir, del futuro de España y de los españoles. Llegará un día en que tengan que darse cuenta de que el interés partidista, que insisto, es legítimo, no puede primar sobre el interés general de todos los ciudadanos. Que el poder legislativo no puede permanecer paralizado porque los partidos no hayan sido capaces de llegar a acuerdos. Cuando ese día llegue, ganaremos todos. Desde la política hasta fundamentalmente los propios ciudadanos.