El centro político español | Por Antonio Campos

Desde la Transición, el centro político no ha tenido demasiado éxito en España, aunque si preguntas a los ciudadanos la mayoría se considera “de centro”, que es el espacio en el que quiere situarse CIUDADANOS, un pequeño partido político nacido en Barcelona, constitucionalista, españolista y defensor de la unidad de España.

El presidente andaluz del Partido Popular, Juanma Moreno (i), y el de Ciudadanos, Juan Marín (d), se estrechan las manos. (EFE)

 

 

Se trata de un banco español, cualquiera de los que todavía sobreviven, en los años iniciales del siglo XXI. Se empieza a vislumbrar la crisis y como la Cuenta de Resultados no sale por arriba, hay que empezarla a hacer por abajo: Cerrar oficinas, alguna de ellas compradas por clientes al mismo banco, con una hipoteca que se pagaba con el alquiler mensual, apagar luces, poner claves a los teléfonos, vender inmuebles propios, enajenar los adjudicados cubriendo los precios contables, y prejubilar a empleados, principalmente a los que ganan más, sustituyéndolos por jóvenes licenciados con notas de sobresaliente en todas las asignaturas en primera convocatoria, con idiomas, a los que se les recibe por algún representante del Comité de Dirección y se les motiva diciéndoles que el futuro es suyo, que son los siguientes directores generales de la entidad, y se les asigna un trainer en las principales divisiones o departamentos, para que tengan una visión global del negocio y hagan una serie de contactos profesionales que determinarán su futuro, todo ello lo que los viejos del lugar denominan “Cómo hacerse banquero en quince días”.

Algunos duran poco tiempo en el trabajo; son los que envían a sucursales de pueblo, muchos de ellos en montes y montañas perdidas; no han estudiado ellos en Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao …. para trabajar y vivir en un pequeño pueblo en el que aúllan los lobos a partir de las seis de la tarde en invierno.

Otros los destinan a sucursales de ciudades importantes, y van medrando, más lento de lo que ellos pensaban, para obtener un sillón de símil piel en el que recostarse y ganar un dinero suficiente para vivir de una forma holgada. Muchos de ellos consiguieron su objetivo vendiendo cosas invendibles, concediendo préstamos que desde el principio tenían pocas posibilidades de cobro, y añadiendo avalistas que no generaban recursos, solo una pequeña propiedad con la que se cubría el porcentaje de financiación y que los ha llevado a una desgraciada ancianidad. Todo ello, con el conocimiento de sus Servicios Centrales, para crecer más que el colega bancario de turno, fuese el que fuese ese colega. Y, también hay que decirlo, de los acreditados e hipotecados, que sabían de antemano que no podrían pagar en el momento que hubiera el más mínimo problema.

El resto, se quedaban en los Servicios Centrales. Primero, haciendo fotocopias; luego, pequeños trabajos de hojas de cálculo y presentaciones; como muchos de sus jefes habían llegado tarde a la informática, se quedaban con los ojos desorbitados cuando les presentaban un power point lleno de colorines, flechas y citas, en español y en inglés. De ahí pasaron a hacer pequeños informes; y se fueron colocando en puestos de poca importancia, pero muy cerca del poder, lo que algunos, además de su validez personal y profesional, aprovecharon para situarse en el nivel alto del escalafón, convirtiéndose en ejecutivos dinámicos y agresivos, dispuestos a pisar la cabeza de su padre si fuera necesario, para triunfar.

Uno de esos, de nivel poco importante, de pasante de letrado senior, de redactar demandas por ordenador en las que solo hay que cambiar el nombre, el importe y las fechas, de copiar párrafos de las leyes para las escrituras de activo y pasivo de los productos bancarios, todo revisado por su jefe, en un banco en dónde se reúnen cincuenta responsables (no se toma ninguna decisión a título personal) para transaccionar la compra de un negocio en el que la parte contraria éramos solo dos personas, uno de esos, decía, era Albert Rivera.

Rivera, Sánchez e Iglesias, en el debate televisivo previo a las elecciones del 20-D. EFE

No se si fue él quién eligió el futuro o lo eligieron, pero el caso es que ha mejorado mucho, en preparación, expresión oral y corporal, vestimenta y presencia en general. Queda bien en cualquier foro y cae bien en el IBEX, en la masonería y en el Club Bilderberg, al que está invitado este año, donde asisten anualmente entre 120-150 personas, las más importantes del mundo en todos los sectores, unos porque forman parte del Comité Directivo del Club, como el español Juan Luis Cebrián, y otros invitados por estos. Los Rockefeller, los Rothschild y Henry Kissinger, entre otros políticos y banqueros.

Sólo permiten hablar a los invitados durante un minuto; transcurrido ese tiempo, se enciende una luz roja en la sala que indica que tu momento ha terminado. Se parece a los métodos de algunos programas de televisión. Hayas acabado o no de exponer lo que querías, ya no puedes decir más.

Españoles que han asistido: Juan Carlos I Rey de España, la Reina Sofía, Fraga, Felipe González, Manuel Prado y Colón de Carvajal, Pedro Solbes, Javier Solana, Joaquín Almunia, Rodríguez Zapatero, Bernardino León, José Manuel Entrecanales, Alberto Ruiz-Gallardón, Enrique Barón, Ana Patricia Botín, Esperanza Aguirre, Juan María Nin, Federico Trillo, Rodrigo Rato, Narcis Serra, Jordi Pujol, Miguel Boyer, Antonio Garrigues Walker, César Alierta, Matías Rodríguez Incierte, Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría, José Manuel García-Margallo, Luis de Guindos, Luis Garicano.

Daniel Estulin es la máxima autoridad a nivel mundial en el estudio e investigación del Club Bilderberg. Recomiendo la lectura de su libro La verdadera historia del Club Bilderberg, en el que expone lo que, según él, son sus objetivos.

Desde la Transición, el centro político no ha tenido demasiado éxito en España, aunque si preguntas a los ciudadanos la mayoría se considera “de centro”, que es el espacio en el que quiere situarse CIUDADANOS, un pequeño partido político nacido en Barcelona, constitucionalista, españolista y defensor de la unidad de España, lo que le valió ganar las últimas elecciones autonómicas catalanas liderado por Inés Arrimadas, joven, guapa, culta y trabajadora mujer, que ni siquiera presentó su candidatura a la Presidencia de la Generalitat ante la mayoría que representaban las diversas fuerzas independentistas.

El siguiente paso ha sido en las autonómicas andaluzas, donde obtuvo la tercera posición detrás del PSOE y PP, y donde un nuevo partido llamado VOX obtuvo diputados suficientes para ser la llave y la clave del próximo gobierno andaluz. Ciudadanos no quiere pactar ni hacerse foto alguna con el citado VOX, al que califica de ultraderecha aunque lleve en su programa algunos puntos que ellos planteaban defender no hace mucho tiempo. Pero es que VOX, ver https://ancamfer.wordpress.com/2018/11/10/ley-del-pendulo/ también presenta algunos temas con los que coinciden muchos ciudadanos, sobre todo en lo que atañe al separatismo, a la regulación de la inmigración, a las subvenciones descontroladas a sindicatos, patronales, asociaciones feministas y lobistas, independencia real del poder judicial del legislativo, leyes anti-okupación y anti-usura, derogación ley de violencia de género y de toda norma que discrimine a un sexo de otro, garantizar el derecho a ser educado en español en todo el territorio nacional …

Aunque en el último planteamiento de “propuestas negociables” para Andalucía, se incluyan algunos temas absolutamente populistas y otros de competencia estatal.

Yo pienso que las tres formaciones (CD’s – PP – VOX) están haciéndose publicidad gratis con el asunto de ponerse o no de acuerdo, para apoyar la candidatura PP-CD’s a fin de constituir un gobierno de centro-derecha, que a la hora de legislar tendrá que pasar por el tamiz de VOX, como el PSOE depende del voto de Podemos a nivel nacional, en una España subordinada a los extremos y a los independentistas que quieren destruirla.

Todo ello traerá consigo desavenencias importantes, que servirán de excusa a Ciudadanos para pactar con el PSOE en futuras elecciones, pues el bancario lleva tiempo haciendo méritos y con la esperanza de la consecución inminente del deseo, para tocar sillón de cuero legítimo, y sus teóricos “jefes”, quienes sean, como todos los jefes e igual que en el fútbol, no dan un cheque en blanco a nadie, o se gana o se cambia de entrenador.

Por Antonio Campos, bloguero alcalaíno 

 

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