Expertos llaman a educar en salud digital desde la infancia en unas jornadas en el Hospital Príncipe de Asturias

El Hospital Universitario Príncipe de Asturias acogió la quinta edición de las Jornadas sobre Redes Sociales en Niños y Adolescentes, centradas este año en los retos de las pantallas y la Inteligencia Artificial. Más de doscientos profesionales de la sanidad, la educación, el derecho y la seguridad coincidieron en la necesidad de educar en salud digital desde los primeros años de vida, con un papel clave de familias y docentes

Foto de archivo AH
  • Más de 200 expertos reunidos en Alcalá advierten sobre el impacto del uso excesivo de móviles e inteligencia artificial en menores.
Foto remitida por la HUPA

El Hospital Universitario Príncipe de Asturias (HUPA), centro sanitario público de la Comunidad de Madrid ubicado en Alcalá de Henares, acogió este 26 de septiembre la quinta edición de las Jornadas sobre Redes Sociales en Niños y Adolescentes, un encuentro que se ha consolidado como referente nacional para analizar el impacto de las nuevas tecnologías en las generaciones más jóvenes. Bajo el lema “Pantallas, Inteligencia Artificial y Otros Retos del S. XXI”, más de doscientos profesionales de la sanidad, la educación, el derecho y la seguridad se dieron cita en el salón de actos del hospital complutense.

La inauguración corrió a cargo de Paula Molina, subdirectora general de Humanización, Atención y Seguridad del Paciente de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, quien subrayó la necesidad de afrontar el desafío de las pantallas desde una perspectiva integral y multidisciplinar. El encuentro fue organizado por el Servicio de Pediatría del HUPA, con la Dra. Rosa María Funes como principal impulsora, quien recordó que el ejemplo de las familias es tan decisivo como la labor de los profesionales.


Pantallas desde la cuna y riesgos a futuro

Los datos compartidos en la jornada invitan a la reflexión. Hasta un 68% de los menores españoles tuvo contacto con pantallas antes de los dos años, pese a que la Organización Mundial de la Salud recomienda evitar esta exposición antes de los seis. Las consecuencias no son menores: diversos estudios demuestran que cuanto más temprano es el inicio, mayor es el riesgo de adicción, ansiedad o depresión en etapas posteriores de la vida.

La propia conducta de los progenitores no siempre ayuda. Según un estudio citado, un 36,8% de los padres y madres usa el móvil durante las comidas, y apenas un 29,1% establece normas claras sobre la utilización de estos dispositivos en casa. El resultado es que los menores aprenden que el uso intensivo del teléfono es algo cotidiano, incluso en los momentos de convivencia familiar.

Los expertos advierten que, aunque la mayoría de familias son conscientes de que un mal uso de las pantallas puede acarrear problemas de sueño, trastornos de aprendizaje o incluso alteraciones de la conducta alimentaria, en la práctica las restricciones siguen siendo excepcionales. De hecho, un 24% de los progenitores pone límites de tiempo y solo un 13,2% establece reglas sobre los contenidos, lo que deja a los menores en una situación de vulnerabilidad frente a un mundo digital sin apenas filtros.

La penetración del teléfono móvil es casi total: más del 96% de los adolescentes dispone de uno, y la edad media de acceso se sitúa ya en los 10 años, aunque hay un 4,5% que recibe su primer terminal a los seis. La realidad es que la infancia y la adolescencia han normalizado un dispositivo que, en apenas una década, ha pasado de ser accesorio a imprescindible.


El móvil y la Inteligencia Artificial: nuevos desafíos

El verdadero reto está en el tiempo que se dedica al móvil. En 2023, el uso diario alcanzó las siete horas de media en adolescentes, una cifra que preocupa tanto a sanitarios como a educadores. “El problema no es solo la cantidad de horas, sino el tipo de contenidos a los que acceden sin supervisión adulta”, explicaron los especialistas. Esa ausencia de acompañamiento multiplica las posibilidades de que los menores no solo se conviertan en víctimas de ciberacoso, sextorsión o estafas, sino incluso en autores de conductas ilícitas sin plena conciencia de su alcance.

El panorama obliga a plantear estrategias de educación en salud digital que integren a todos los actores: padres, profesores, pediatras y responsables de seguridad. La Dra. Funes insistió en que “el acompañamiento debe comenzar en los primeros años de vida, cuando la familia actúa como modelo y referencia”. La formación y la sensibilización, añadieron otros ponentes, deben empezar antes de que llegue el primer móvil a casa, y reforzarse durante toda la adolescencia.

Si la expansión de las pantallas ya suponía un desafío mayúsculo, la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) lo complica aún más. Más de la mitad de los adolescentes españoles afirma usarla varias veces por semana y un 15% reconoce hacerlo a diario. Aunque la mayoría la emplea para buscar información, un dato resulta especialmente inquietante: hasta un 30% la utiliza para tomar decisiones importantes en su vida personal o académica.

El estudio presentado revela que los adolescentes perciben mucho menos los límites que sus adultos de referencia creen haberles impuesto. Mientras un 70% de profesores y un 40% de cuidadores asegura establecer restricciones, seis de cada diez adolescentes admiten haberlas ignorado en alguna ocasión.

Los riesgos asociados a la IA van desde la amplificación de vulnerabilidades por los algoritmos de recomendación hasta los problemas de privacidad y los sesgos de información, pasando por la creciente dependencia tecnológica. Pero lo que más inquieta es la aparición de los chatbots personalizables, capaces de establecer diálogos continuados con adolescentes. Una investigación reciente con jóvenes de 13 a 17 años en España concluyó que estas interacciones generan dependencia emocional y patrones de adicción conductual, un escenario con consecuencias todavía difíciles de dimensionar.


Una llamada a la acción colectiva

Las V Jornadas sobre Redes Sociales en Niños y Adolescentes han servido, un año más, para poner sobre la mesa datos, investigaciones y preocupaciones compartidas. Pero sobre todo, han querido lanzar un mensaje esperanzador y motivador: la salud digital es un reto enorme, pero también una oportunidad.

En la clausura se insistió en que la educación en el uso responsable de las pantallas y la IA no puede limitarse a campañas puntuales, sino que requiere una acción colectiva y sostenida. La implicación de familias, docentes, sanitarios, juristas y cuerpos de seguridad se presenta como la única vía para que los jóvenes puedan crecer en un entorno digital seguro y saludable.

El Hospital Príncipe de Asturias, con la coordinación del Servicio de Pediatría, ha logrado reunir a profesionales de primer nivel para reflexionar y aportar propuestas. Y lo ha hecho en Alcalá de Henares, una ciudad que en los últimos años se ha convertido en foro de debates sobre salud, educación y convivencia.

“Educar en salud digital es sembrar futuro”, resumió la Dra. Funes. Una frase que resume el espíritu de unas jornadas que han querido mirar a los ojos a los padres, a los educadores y a los propios adolescentes para recordar que el mundo digital no es un enemigo, pero sí un terreno que exige acompañamiento, límites y responsabilidad compartida.

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