El Colegio Público Virgen del Val y el patrimonio inmaterial de Alcalá

El Grupo en Defensa del Patrimonio Complutense reclama al Ayuntamiento de Alcalá la creación de un espacio municipal donde vecinos y vecinas puedan aprender y practicar el folclore tradicional de la ciudad y su comarca. Una escuela popular donde cantar jotas y seguidillas, tocar dulzaina y tamboril, confeccionar indumentaria alcalaína y recuperar el repertorio de villancicos locales. Un proyecto que serviría para reforzar la identidad cultural frente a la creciente homogeneización de las fiestas populares.

  • Remitido por Pedro Manuel Carvajal, Grupo en Defensa del Patrimonio Complutense

El pasado 3 de junio, el colegio público Virgen del Val recibió, durante el pleno extraordinario de ese día, la medalla de plata por el 50 aniversario de su actividad educativa. Colegio, dicho sea de paso, que forma parte de aquella hornada de centros construidos en la época de explosión demográfica y cuyos nombres están relacionados con la identidad complutense: Arcipreste de Hita, Henares o San Asturio Serrano son algunos que ya no existen y cuyos nombres no fueron empleados para nuevos centros abiertos con posterioridad.

El coro del colegio Virgen del Val contribuyó en ese pleno a algo tan importante como mantener vivo el folclore y el patrimonio inmaterial de la Ciudad: la interpretación del pasodoble Alcalá de Henares, nuestro oficioso himno. La letra de este pasodoble, conocida por buena parte de la población arraigada, fue escrita hace más de sesenta años, y de cara a ese aniversario quiso el grupo Complutenses por el Parque O’Donnell hacer un mural de cerámica de Talavera para que la letra fuese exhibida y conocida, de una manera ornamental, por todo ciudadano que se encontrase paseando por el más veterano de los parques de Alcalá. Aquel hermoso proyecto, que contaba con los recursos económicos aportados por varias entidades de la ciudad, fue bloqueado por el Ayuntamiento de turno hace muy pocos años.

Que una comunidad humana que habita una misma localidad sea conocedora de las tradiciones del lugar que habita es algo que habla del nivel de arraigo y la madurez de su población residente. La labor que hacen los docentes del Virgen del Val con acciones como esa, sin duda, contribuyen a hacer ciudad, por lo que aplaudimos y ensalzamos esa iniciativa.

El mantenimiento y/o recuperación de tradiciones y folclore es algo que ha sido labor exclusiva del músculo vecinal de Alcalá, de cuyas asociaciones o entidades han surgido las iniciativas, que algunas veces han ido teniendo más o menos apoyo del Ayuntamiento.

De esta manera es necesario recordar la iniciativa de estos grupos de la ciudad: aquella creación de una indumentaria típica alcalaína que se llegó a ver mucho en los años ochenta, donde destacaban los elementos morados en prendas como las faldas; el trabajo de recuperación de los bailes alcalaínos que ha hecho, entre otros, Pliego de Cordel, grupo al que hemos de reconocer la publicación de discos y cancioneros (Andrés Huguet); el concierto del convento de Santa Catalina, donde se mantiene vivo el folclore navideño de Alcalá; la hoguera de Santa Lucía y el encuentro de dulzaineros; el manteo del Pelele, recuperado también por la Asociación Cultural Hijos y Amigos de Alcalá, también acompañado del sonido de la dulzaina –instrumento que institucionalmente parece sufrir una secular persecución en cuanto a su falta de promoción en festividades o su divulgación, si bien el Cabildo del Hospital de Antezana ha empezado este año por apostar por el acompañamiento musical de la dulzaina durante la festividad de San Antón, lo que permite otra cita donde poder aumentar la familiaridad hacia este instrumento tan de nuestra tierra castellana y, por tanto, de Alcalá–; y todas las entidades que se han unido a la iniciativa de la Asociación de Vecinos del Val para recuperar el Hornazo de Pascua de Alcalá, donde nuevamente las dulzainas castellanas vuelven a hacerse familiares en la ciudad.

Sigue, salvo que se nos confirme lo contrario, el Ayuntamiento de Alcalá sin promover un espacio municipal donde los vecinos y vecinas puedan aprender el folclore de Alcalá y su comarca. Un espacio en alguna Junta de Distrito a modo de Escuela de folclore de Alcalá donde se pueda cantar y bailar las jotas y seguidillas de aquí, a tocar la dulzaina y el tamboril, a confeccionar la indumentaria tradicional de Alcalá y que pueda lucirse en fiestas tradicionales alcalaínas como alternativa a los vestidos de chulapos y chulapas madrileños, a aprender el amplio repertorio de villancicos alcalaínos que existe y que pueda ser cantado y tocado por sus habitantes…

Creemos que, dentro del panorama de la docena de grandes aglomeraciones residenciales de entre 100.000 y 215.000 habitantes que rodean Madrid, aprovechar el poso de patrimonio inmaterial que aún tenemos es diferenciarse de la etiqueta de ciudad dormitorio sin identidad que tan fuertemente nos afecta a las poblaciones del extrarradio de la capital de España y, por lo tanto, mantener una singularidad que nos haga una ciudad más atractiva y con más alma.

Felicitamos al Colegio Virgen del Val por su merecida Medalla de Plata, y reiterando nuestro agradecimiento a todas aquellas entidades alcalaínas que contribuyen con sus acciones a que el patrimonio inmaterial de la ciudad siga perviviendo.

Y dejamos otra propuesta: abrazar, acoger y apoyar la preciosa idea de Complutenses por el Parque O’Donnell para que la letra del pasodoble forme parte de la ornamentación del más que centenario parque a modo de monumento y homenaje a este nuestro “himno”, para que pueda estar más presente y visible.

¡ Nuestro canal en Telegram! Si te ha interesado esta información, únete ahora a nuestro canal de telegram @alcalahoy para estar al tanto de nuestras noticias.

1 Comentario

  1. Con respecto a la identidad complutense.
    El edificio y las instalaciones del antiguo colegio Arcipreste de Hita fueron adscritos al instituto Alonso de Avellaneda, cuando sus alumnos y profesores fueron trasladados mayoritariamente al colegio Virgen del Val. Al Arcipreste de Hita y al Alonso de Avellaneda los separaba la valla de los patios.
    En recuerdo del colegio el instituto mantuvo el nombre, por lo que a ese edificio se le llama Edificio Arcipreste de Hita, manteniendo sus entradas por la calle Vitoria y el Camino de los Afligidos.
    Por cierto, no hay que confundir el nombre del instituto con el del falso Quijote. El nuestro viene del alcalaíno Don Alonso Pablo de Avellaneda y Peñalosa. El pobrecito solo tiene un callejón y una travesía en Alcalá, ni calle, ni avenida, ni paseo. Alcalá suele olvidarse de los personajes a los que no dedica estatuas, aunque alguno con estatua y rotonda permitiera la destrucción de edificios históricos de su Ciudad.

Comentar

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.