FRANCISCO Y MARIO | Por Pilar Blasco

En apenas dos semanas han desaparecido de este mundo y de nuestras vidas dos personajes importantes, Dos hispanos universales con gran repercusión en los medios y sujetos de análisis y comentarios para todos los gustos en ambos casos. Como suele ocurrir con personas tan significadas, todo el mundo opina por el hecho de ser tan pública su profesión y su vida, su lugar en el mundo y su oficio.

Ilustración IA de Pedro Enrique Andarellli
  • Pilar Blasco es  licenciada en Lengua española y ha colaborado en publicaciones locales en temas de actualidad política y cultural.

En apenas dos semanas han desaparecido de este mundo y de nuestras vidas dos personajes importantes, Dos hispanos universales con gran repercusión en los medios y sujetos de análisis y comentarios para todos los gustos en ambos casos. Como suele ocurrir con personas tan significadas, todo el mundo opina por el hecho de ser tan pública su profesión y su vida, su lugar en el mundo y su oficio. En este caso coincide que son de nuestra lengua y cultura, de nuestro mundo más conocido. Pues ambos factores son determinantes para compartir el mundo, más que la geografía.

Ser hispano es una forma de ser y de pensar. De vivir también, pues somos más cercanos a Mario Vargas Llosa y al Papa Francisco que a Emmanuel Macron y a cualquier escritor de nuestros vecinos europeos, tan cerca y tan lejos en el fondo, Úrsula Von der Layen mediante. Con Mario y Francisco tenemos casi todo en común. La historia tan arraigada, con luces y sombras, tan lejos ya en el tiempo y tan cerca en la conciencia, tan viva en el corazón para bien y para mal.

En sus respectivas posturas ante estas realidades incuestionables me pongo a contar a partir de lo que conozco de ambos. De sus  vidas y milagros, bondades y pecados, ya han escrito y hablado los más expertos y los menos. Algunos con un atrevimiento comparable a su ignorancia y superficialidad. Pues tanta tertulia da para todo y para todos. Análisis, trayectorias vitales, trabajos, mentalidades, ideologías…Y lo que queda por hablar.  De ambos se oyen apologías y críticas a partes iguales. Seres humanos al fin con todo lo que implica ser humano, por mucha inteligencia, creatividad, imaginación y capacidad de trabajo y pensamiento (Mario) , por más espiritualidad, religiosidad, preocupación social, austeridad y demás virtudes inherentes a su ejercicio (Francisco). Seres humanos con luces y sombras, errores y aciertos, filias y fobias, debilidades y fortalezas, que ambos han demostrado a lo largo de sus largas vidas. Afortunadamente largas, para ellos y para los suyos que también somos nosotros.

Con Vargas Llosa hemos crecido varias generaciones de más y menos lectores. Fue tan popular en sus comienzos, tan oportuno en su momento literario, el del llamado bum latinoamericano, tan adversario del gigantesco  García Márquez, tan polémico con él, tan complementarios ambos. Mario, tan atractivo en su aspecto y sus modales, elegante, interesante…sabio, profundo y banal. En los últimos tiempos cada vez menos narrador y más ensayista, filosofo ameno, analista político social y cultural (qué gran presidente despreció el Perú de Fujimori). Siempre trabajador incansable,  prolífico, sin perder calidad en la abundancia. Así lo he leído y percibido.  Se sentía tan peruano como español y lo declaraba en todas las ocasiones con aquellas preciadas palabras en acento quiteño, que conservó siempre.

A Jorge Mario Bergoglio, Francisco, lo conocimos hace sólo doce años. También a su modo un bum mediático;  famoso y popular por llegar a ser Papa de la Iglesia Católica. El Santo Padre de Roma. Primer Papa hispano americano, argentino  de genealogía italiana, el primero que a pesar de jesuita se llamó Francisco a secas, por afinidad deseada con el santo de Asís. El de origen humilde, y vocación tardía, juventud políticamente comprometida,  etc. Circunstancias que a una parte del público lo hacían y lo hacen atractivo, especialmente entre los no católicos,  los que más lo están alabando a su muerte, es  curioso.  Un temperamento y actitud que lo diferenciaban de los demás Papas. O eso dicen y creo que es verdad, que no dejaba indiferente a nadie, para bien o para mal.

A diferencia de la obra de V L, no he leído sus encíclicas, muy ponderadas con argumentos, en las que se expresan  los Papas y es lo que cuenta. Los católicos estamos malacostumbrados, deberíamos acudir más a las fuentes del papado y menos a los gestos, con ser estos importantes. En uno de esos gestos me centro por ser el que más duele y no solo a mí, sino a los católicos españoles, que aún somos muchos. Y es que no quería ni amaba España. Lo demostraba y lo declaraba cuando los españoles que lo visitaban le pedían que viniera, como todos los Papas han hecho. Lo decía con ambigüedad, eso sí, de soslayo, dando largas con frases equívocas, esquivas,  en sus palabras de acento porteño. Francisco tenía algo de historia española, había residido aquí, en Alcalá precisamente, algún tiempo. Era jesuita, España la cuna de San Ignacio… España, defensa y sostén del catolicismo, difusora de la Fe por todo el orbe… , la tierra de María Santísima, En fin, sólo Dios misericordioso, el que predicó, al que definió, invocó y confió siempre Francisco, sólo Él conoce nuestros pensamientos y nuestras intenciones.

Descansen en Paz merecidamente esos dos grandes hombres de la otra España, que el Padre Eterno los acoja en su seno.

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1 Comentario

  1. Pilar, lo de que no quería ni amaba a España es pura invención de cierta derecha que acostumbra a usar la patria como pantalla para sus negocios.

    No es buen ejemplo el de Macron: de Europa, Italia y Francia son los dos países más cercanos al nuestro en mentalidad y cultura, y el sur de Francia se podría considerar una extensión de España. La verdadera ruptura está más al norte y al este.

  2. Veo que no se publican los comentarios y no es la primera vez.
    Me parece una falta de respeto que uno pierda el tiempo en comentar y luego no se publique sin una razón justificada, dado que el comentario era respetuoso aunque crítico con alguna afirmación.
    Adiós, AlcalaHoy.

      • Les pido disculpas entonces. Como han pasado tres días desde que envié el primer comentario, pensé que no se había publicado ni se iba a publicar, quizá por discrepar en algún punto de la columnista. Comprendo que el lunes fue un día especial y que no debe ser fácil gestionar la zona de comentarios (spam, insultos, etc.), pero di por hecho que se había bloqueado mi comentario según la experiencia que tengo de otros portales (más de 1-2 días suele significar que el comentario no se ha aprobado).

        Reitero mis sinceras disculpas y les animo a seguir con la buena labor que hacen, tan necesaria en estos tiempos en que internet nos hacer perder la perspectiva de lo local.

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