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El encuentro en la capital de España de la Presidenta madrileña y el Presidente Argentino es sin duda un buen negocio para ambos, sobre todo en el terreno de la propaganda.
- Santiago López Legarda es un periodista alcalaíno que ha ejercido en diferentes medios nacionales.
En anteriores ocasiones hemos reconocido la inteligencia política y la sagacidad de nuestra Presidenta regional. Y vuelve a poner de relieve estas cualidades con la invitación al Presidente argentino para condecorarle con la Medalla Internacional de la Comunidad. No es que Javier Milei haya hecho hasta la fecha gran cosa en favor de nuestra región y los siete millones de almas que la habitamos, pero a Díaz Ayuso le viene muy bien esta distinción para seguir marcando un perfil propio en su confrontación sin tregua con el Gobierno de Pedro Sánchez y marcar al mismo tiempo los límites o los raíles por los que debe desarrollarse la política del Partido Popular.
Está claro que Díaz Ayuso tiene buen olfato para intuir por dónde van las corrientes sociales, tiene buen sentido de la colocación, como esos goleadores que siempre aparecen en el área en el punto exacto donde caerá la pelota. Y tiene ya recorrido un buen trecho para llegar a convertirse en una Margaret Thatcher a la española. Por cierto, hubo en la Argentina un antecesor de Milei, muy patriota él, que gritó “las Malvinas son nuestras, carajo”; y Thatcher le envió un ejército expedicionario de unos veintemil hombres que dejaron aquellas islas, hasta entonces habitadas principalmente por grandes rebaños de ovejas, sembradas de tumbas de jóvenes argentinos. Quiere decirse que conviene poner a buen recaudo ciertos delirios patrióticos.
El encuentro en la capital de España de la Presidenta madrileña y el Presidente Argentino es sin duda un buen negocio para ambos, sobre todo en el terreno de la propaganda. Pero es un mal síntoma para muchos. En primer lugar, para Alberto Núñez Feijóo, que ve con impotencia cómo crece y se envalentona el adversario interno. El actual Presidente del Partido Popular, que vino a Madrid para sustituir a otro Presidente que había sido víctima de Díaz Ayuso, está prácticamente maniatado. No se le permite la más mínima distensión, la más mínima tregua, con el Gobierno usurpador e ilegítimo. Ninguna institución de las que, por mandato constitucional, exigen acuerdos parlamentarios amplios, está libre de los efectos tóxicos de esta política a cara de perro: ni el Consejo del Poder Judicial ni el Banco de España ni el CIS ni RTVE, ninguna.
También es un mal síntoma para Santiago Abascal, que ve cómo Díaz Ayuso se expande y se expande, ideológicamente hablando, y le achica el terreno de juego donde él desearía desplegar unas propuestas radicales que lo diferencien del PP. De hecho, con la medalla a Milei lo que Díaz Ayuso está premiando es una idea libertaria (en el peor sentido de la palabra) de las sociedades humanas. Unas sociedades en las que no habría educación pública, ni sanidad pública, ni gasto público en protección social. Pero sí habría, por el contrario, muchos jueces, mucha policía y centros penitenciarios suficientes para recluir a delincuentes o descontentos, que serían tratados con implacable mano dura. La pulsión autoritaria, amigos míos, la tentación de la motosierra ha sido, y podría ser de nuevo, el pan nuestro de cada día de los dictadores que nos ha ido dando la historia.
El mensaje político que Díaz Ayuso y Milei nos hacen llegar coincide con otros malos síntomas en otras muchas partes del mundo. En noviembre Donald Trump puede volver a conquistar la Presidencia de los Estados Unidos, pese a haber sido condenado en firme por un puñado de delitos que, al menos en teoría, serían incompatibles con el ejercicio de un cargo tan relevante. Y, según las encuestas, Trump ganaría en parte gracias a que el voto latino está virando hacia la derecha. La cosa es de traca: resulta que los inmigrantes procedentes del Sur, una vez dentro de las fronteras del Norte, lo que quieren es que la política se vuelva más y más dura contra otros migrantes del Sur que desearían emprender la misma aventura que ellos emprendieron en el pasado.
En Francia, Emmanuel Macron convocó unas elecciones anticipadas que podrían dar lugar a un periodo de cohabitación con un primer ministro de la extrema derecha. Hasta ahora el sistema electoral francés a doble vuelta había permitido impedir que el Frente Nacional o el actual Reaprupamiento Nacional tuvieran una gran representación parlamentaria. Pero las cosas han cambiado y muchos electores del país vecino se van a ver en la tesitura de votar a un candidato del RN de Marine Le Pen o a uno del nuevo Frente Popular en el que la fuerza dominante es La Francia Insumisa de Jean Luc Mélenchon. Imaginen cómo nos sentiríamos en España ante la perspectiva de elegir a un candidato de Vox o uno de Sumar.
La historia, con su cara y su cruz, se desnuda a la luz de la memoria, cantaba el cubano Pablo Milanés. Hoy la memoria le lleva a uno a sentir malos presagios a la luz de tantos malos síntomas que se van acumulando.
Por una vez estoy de acuerdo con el título de su comentario. Malos síntomas, peores presagios. Tiene razón, sino fuera porque la realidad de España es totalmente contraria a la que usted comenta o advierte. Parece que las dictaduras solo han sido de derechas, puedo entender que con los años la memoria falle. Pero no entiendo que pueda estar a favor de limitar la libertad de expresión, la libertad de prensa, la libertad de elegir. Las personas nacemos libres e iguales, pero idea de democracia es aquella que priva a las personas el derecho de elegir. Tenemos que ser libres y su idea de libertad es la imposición. Parece que está a gusto de pagar de su pensión la condonación de la deuda de los ultras separatistas catalanes de 15.000 millones de euros. De amnistiarles, de tapar la corrupción izquierdista. De dar por bueno que España tenga la mayor deuda de la Unión Europa o que sigamos manteniendo el record de paro. Usted, supongo que vive en la Comunidad de Madrid, pues gracias a ello tiene las mayores ventajas que se pueden obtener en España. Y efectivamente existen malos augurios y peores presagios mientras siga este gobierno en España. Y es que el comodín del franquismo ya no vale. Por cierto, ahora que se cobra paga en las pensiones, al ser esta franquista, supongo que la donará a alguna entidad benéfica. Y no se moleste en contestarme, que ya conozco que a las demócratas de ahora sus “mentes privilegiadas” nos mandan a la fachosfera.
Yo , como pensionista y español , no te mando a la fachosfera , te mando directamente a la mierda.
Yo , como pensionista y español , no te mando a la fachosfera , te mando directamente a la mierda.
Con independencia de la ideología que sea, porque se da en todas, cada vez me parece más peligrosos el populismo y la demagogia que cada vez afloran más no sólo en este país (estoy pensando, entre otros, en Isabel Díaz Ayuso, Pablo Iglesias e Irene Montero, Carles Puigdemont y algunos más) sino también en otros como Estados Unidos con Donald Trump, los perpetradores del Brexit en Gran Bretaña, Silvio Berlusconi en su día en Italia, por supuesto Javier Milei en Argentina, y tantos otros que prometen solucionar los problemas más graves que se les ocurren, sean reales o no, de manera indolora y rápida convirtiendo a sus respectivos países en una Arcadia feliz en cuatro días.
Lo cual, evidentemente, no hace buenos a los blancos de sus críticas, y que cada palo aguante su vela.
Recordémoslo: con populismos de esta laya, embriones de salvajadas como el nazismo, los fascismos y el estalinismo, empezó la II Guerra Mundial.