El SMI y el IRPF | Por Santiago López Legarda

Un problema grave al que se enfrenta el actual Gobierno de España es que las medidas que adopta, muchas de ellas justas y necesarias, quedan ocultas o desplazadas por otros datos y acontecimientos con mucho más tirón mediático, como se dice ahora. Que el Gobierno pierda una votación sobre la proposición de ley de Amnistía es más noticioso que la subida del Salario Mínimo Interprofesional. Esto es así y no hay más vueltas que darle.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero; la ministra Portavoz, Pilar Alegría, y la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, EP
  • No es muy edificante que la patronal CEOE ( qué sería de nosotros sin el recurso constante a las siglas) se apartase de la negociación del nuevo SMI.

 

  • Santiago López Legarda es un periodista alcalaíno que ha ejercido en diferentes medios nacionales.

Un problema grave al que se enfrenta el actual Gobierno de España es que las medidas que adopta, muchas de ellas justas y necesarias, quedan ocultas o desplazadas por otros datos y acontecimientos con mucho más tirón mediático, como se dice ahora. Ahí están los sudores y síncopes provocados por la ausencia de una mayoría parlamentaria estable. Que el Gobierno pierda una votación sobre la proposición de ley de Amnistía es más noticioso que la subida del Salario Mínimo Interprofesional. Esto es así y no hay más vueltas que darle.

Pero los medios de comunicación y eso que pomposamente se llama creadores de opinión deberían, creo yo, prestar más atención a una medida como la subida del Salario Mínimo, que puede beneficiar directa o indirectamente a cuatro o cinco millones de personas, que son precisamente los que más dificultades tienen para llegar a fin de mes.

No es muy edificante que la patronal CEOE ( qué sería de nosotros sin el recurso constante a las siglas) se apartase de la negociación del nuevo SMI. Finalmente la subida fue del 5% y estaba claro que en ningún caso iba a ser inferior al 4%. La organización que dirige el señor Antonio Garamendi tenía en su mano pactar una cifra intermedia, pero prefirió la vía de desgastar al Gobierno en lugar de defender los intereses de sus afiliados. Algo así como esos jueces que solo se acuerdan de las instrucciones que tienen en los cajones cuando en el Parlamento suena la Santa Bárbara de una posible medida de gracia a los enemigos públicos número uno.

Estamos hablando de 1134 euros brutos al mes ( de ahí tenemos que descontar las cotizaciones sociales) que multiplicados por 14 dan un sueldo anual de 15876 euros. Llámenme demagogo, si quieren, pero no me resisto a preguntarles a los lectores de ALCALÁ HOY si no creen que sería instructivo y clarificador que el señor Garamendi, y más aún esos altos o altísimos directivos que aprueban para sí mismos subidas estratosféricas, vivieran un añito sometidos a esa especie de dieta de pan y agua que es el SMI.

Sería instructivo, y también clarificador sí, pero ya dejó dicho el poeta que los sueños, sueños son. El Ejecutivo, más pegado al terreno de lo posible, aprobó en su reunión de hace unos días una modificación reglamento del IRPF para evitar que el aumento de las retenciones a cuenta del Impuesto les dieran un susto a los que cobran el SMI o unos sueldos no muy superiores al mismo. Conozco algunos pensionistas que ya tuvieron ese susto en sus nóminas de enero al ver que, en términos netos, cobraban menos que el año pasado. Este asunto de las retenciones nos lleva a una palabreja de la que quizá ya hayamos hablado alguna que otra vez: la deflactación.

Les confieso que no sé muy bien de dónde ha salido tan horrendo vocablo, quizá de esas mentes preclaras que hacen másteres y doctorados en Harvard y por ahí. Pero sí sé lo que quiere decir: es la corrección o adecuación que debería hacerse en la tarifa del IRPF para evitar que acabemos pagando más impuestos cuando en términos reales ( una vez descontada la inflación) estamos ganando lo mismo. En la nómina de enero al autor de estas líneas le incrementaron la pensión en un 3,8% ( como al resto de pensionistas) pero la cantidad que le retienen a cuenta del IRPF se incrementó en casi un 7%. Unos cuantos ejercicios más a ese ritmo y la pensión tan trabajosamente conquistada se acabará quedando en los “purititos” huesos.

Una auténtica Juana de Arco en defensa de la deflactación es nuestra Presidenta Regional. No me duelen prendas en reconocérselo; y lo que me tiene perplejo es que el Gobierno de Pedro Sánchez, que lleva ya casi 6 años al timón, no haya hecho nada por arrebatarle esa bandera a Isabel Díaz Ayuso. No es de recibo que ganando lo mismo se pague más, por mucho que la Vicepresidenta Montero haya de afrontar, año tras año, grandes dificultades para cuadrar las cuentas. Y el caso es que la corrección o adecuación de la tarifa del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas habrá de hacerse sí o sí . De lo contrario nos veríamos abocados a situaciones absurdas. Y cuanto más tarde la corrección mayor será el tanto político que se apuntarán Ayuso y los populares. A mí me parece que lo mejor sería establecer un mecanismo legal para la adecuación automática cada dos o tres ejercicios y siempre que la inflación esté contenida, más o menos, en las cifras actuales.

 

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