- Francisco Peña es Catedrático de Literatura en el Instituto Complutense y exconcejal de Cultura 2003-20011 (PSOE) en el Ayuntamiento de Alcalá de Henares.
Querida doña Pilar:
Me parece muy bien que usted intente explicar las razones que les ha llevado en su partido a votar en contra de la moción de la “Declaración Institucional de los Grupos Municipales Socialista, Popular y Más Madrid Alcalá con motivo del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”. Tiene usted todo el derecho a expresar sus puntos de vista políticos que, obviamente, no comparto pero que, como demócrata, respeto. Pero la manifestación de cualquier punto de vista, tanto político como social o de la vida cotidiana, pierde toda validez cuando no se asienta ni en el respeto ni en la tolerancia. Si recuerda alguna de las obras de uno de los mejores escritores españoles, don Benito Pérez Galdós, -que usted seguramente habrá leído- recordará también cómo este excelente escritor repite hasta la saciedad que la clave de la convivencia y el saber estar debe basarse en la tolerancia.
Toda expresión, toda disertación pierde automáticamente su validez -aunque esté asentada en la verdad más absoluta- si se profiere desde la intolerancia, la falta de respeto y el insulto. Y, por desgracia, su artículo sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer está plagado de ellos.
Desde el momento en que usted se refiere a una “izquierda demagógica y sectaria” (sic), a unas “asociaciones sectarias y partidistas” (sic), a un “feminismo sectario”(sic)… sin explicar en ningún momento en que se basan sus argumentos para estas calificaciones degradantes… está perdiendo toda credibilidad; sus argumentos se diluyen en la inconsistencia del insulto.
Todo este se agrava cuando realiza afirmaciones categóricas sin ninguna congruencia lógica como afirmar que los que defienden la violencia de género son los del “golpe de estado”. No sé si será necesario recordarle que en el siglo XX los dos golpes de estado que sufrió este país provinieron de dos militares: el general Primo de Rivera y el general Franco, no precisamente adscritos a la “izquierda radical”. Tampoco explica quiénes componen esas “corruptas elites” pero, paradójicamente, solo tiene que leer las noticias de la corrupción en España para adscribirlas correctamente; y tengo la sensación -porque tampoco da ninguna explicación al respecto- de que no se ha leído la agenda 2030.
Del mismo modo pierde toda credibilidad cuando toda referencia al gobierno se reduce a un “gobierno indigno”, nuevo insulto que descalifica más a quien lo dice que al que va dirigido, sobre todo teniendo en cuenta que este gobierno ha recibido el apoyo de la mayor parte de los partidos políticos de España.
En fin, doña Pilar, no voy a entrar a valorar el contenido de su artículo, pero estoy convencido de que hubiera conseguido una mayor eficacia si se hubiese limitado a expresar con tolerancia sus convicciones, respetando las de los demás que son tan (sic) válidas como las suyas.
Educar en el respeto fue lo que defendió con entusiasmo Giner de los Ríos, que seguramente conoce. Y desde esos valores, cualquiera puede -y debe- defender sus ideas, aceptando, obviamente, la opinión de la mayoría, como fundamento básico de la democracia.
Cuando una persona se ha educado desde la razón y el pensamiento, y no desde las convicciones absolutas, comprenderá que vivir en sociedad es admitir que los puntos de vista diferentes no contradicen, enriquecen.
El señor Peña puede hablar más alto, pero no más claro.
… En uno de sus apartados el señor Peña dice:…sobre todo teniendo en cuenta que este gobierno ha recibido el APOYO de la mayor parte de los partidos….! Partidos que no quieren saber nada de España y que están donde están gracias a lo que todos sabemos.
O sea que hay que convivir y ser tolerante con los malversadores, con los que quieren acabar con la democracia en España. Con los que quieren acabar con el consenso de la Constitucion del 78. Con los que llevan la lacra de ser el país con más paro en Europa. Con los que tienen la deuda más elevada de la Unión Europea. Con los que acaban con la igualdad entre los españoles. Con los que quieren acabar con la lengua española en Cataluña o con lo que se les riega con millones de euros para conseguir un gobierno populista. Si señor Peña populista, a costa del resto de españoles. Habla de corrupción cuando ve la paja en el ojo ajeno y no en su partido. Y hasta habla de golpes de estado, pués hubo más en el siglo XX. Por cierto no fue Franco sino Mola el director de la sublevación, pero omite el de 1930 de Jaca. El de 1932 de Sanjurjo. El de 1934 por su partido (PSOE) y Esquerra, o el de 1981 de Tejero. Y si querer controlar el poder judicial, con el Tribunal Constitucional o la Fiscalía General del Estado con afines debería tener un calificativo por su parte, sin hablar del lawfare donde las asociaciones de jueces y fiscales incluidas las progresistas se han pronunciado en contra. Y por cierto tambien insultar es constituir una grave ofensa para alguien o a un colectivo y es algo que desde su partido y con los partidos que gobiernan lo hacen todos los días. El respeto, la convivencia y tolerancia para todos, no solo para unos a los que se privilegia a costa del resto de los españoles.
La señora Berta Noya me ha quitado las palabras del teclado. Nada que añadir salvo que presumir de erudición literaria y superioridad moral e intelectual, como hace gala el señor Peña en su Carta abierta, mantra inmotivado de la izquierda, no invalida en absoluto la opinión y los argumentos de la concejal Cruz. Incluso se puede añadir más elementos a los de Noya que cuestionan seriamente el respeto a los ciudadanos a tolerancia y coherencia del gobierno y del partido en el que creo milita el catedrático Peña.
¿Cuándo vais a decir algo de la paguita de Ayuso?
Buenos días Sr. Peña. He sido profesor pero no catedrático como usted y además de disciplinas técnicas por lo que, con mis sencillos estudios de bachillerato y universitarios voy a intentar contestarle con la tolerancia y educación no solo que usted muy bien señala sino con la que todos deberíamos conducirnos. ¡Por cierto!, tenemos la misma pasión por Galdós del que me he leído toda su obra y al que admiro profundamente.
Coincido con la idea que expresa en el resumen inicial de su carta abierta donde dice que “Toda expresión, toda disertación pierde automáticamente su validez -aunque esté asentada en la verdad más absoluta- si se profiere desde la intolerancia, la falta de respeto y el insulto”. Efectivamente, yo lo digo lo que decía mi padre: Las formas hacen perder la razón.
Confieso que no he leído el artículo que usted enjuicia pero sí he leído el suyo y señala unos “insultos” que usted numera en ese escrito y que a mí, particularmente, no me lo parecen y paso a razonárselos.
Cuando dice “feminismo sectario” por lo que yo ví en la tele el día 25 de Nov. hubo no 3, sino más manifestaciones diferentes unas y otras arrogándose cada cual la defensa de las mujeres más auténtica frente a las otras. Si eso no es estar dividido -“seccionado”- que venga Dios y lo vea.
Cuando dice “golpe de estado” eso no es un insulto, es un exabrupto como muchos otros bufidos que contribuye al ruido que unos hacen y otros aprovechan para afearles de no demócratas, tirar algo historia, distraer y perder el tiempo para no hablar de lo realmente importante.
Y por último cuando dice “gobierno indigno” no está diciendo que sea ilegítimo. Legítimo es porque las leyes así lo aprueban. Pero para mí no es tampoco un insulto sino una apreciación que yo comparto porque han sido, en el fondo y en las formas acciones reprobables, infames y viles que hacen que el calificativo de indigno sea adecuado. Y es de esa forma porque el fin perseguido, que era obtener el poder, el ser presidente del gobierno de una nación, lo han conseguido mintiendo; diciendo antes de las elecciones que una ley de amnistía sería inconstitucional y posteriormente decir lo contrario (se podrían citar otras varias decisiones pero solo mento la más flagrante) para obtener los 7 votos que le faltaban. Mentir a un país con acciones indignas que hacen a esas personas indignas, sí se merece, según mi opinión, el calificativo de gobierno indigno. Legítimo sí, pero indigno también…. como poco, desgraciadamente. Si se quiere el poder, tenga autoridad moral y, en este caso, no la hay.
Espero haber razonado y argumentado lo que usted ha señalado como insultos.