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Nadie duda ya que Pedro Sánchez hará lo que sea con tal de mantenerse en La Moncloa.
- Analista político colaborador de ALCALÁ HOY
Corría el año 2016 cuando Alfredo Pérez Rubalcaba acuñó la expresión «Gobierno Frankenstein» aludiendo a un hipotético Gobierno de coalición entre PSOE y Podemos apoyado por los partidos independentistas. Esa profecía terminó por cumplirse. El PSOE gobernó con Podemos y dicho Gobierno se sostuvo con el apoyo, fundamentalmente, del independentismo catalán y vasco.
Si dicha legislatura estuvo marcada por un Gobierno en clara minoría parlamentaria y necesitado del apoyo de partidos nacionalistas e independentistas –ERC y EH Bildu preferentemente-, en esta legislatura que acaba de arrancar la coalición PSOE-Sumar va a tener que saciar todas las ansias nacionalistas presentes en el Congreso de los Diputados desde las pasadas elecciones.
Los 152 diputados de PSOE y Sumar necesitarán del apoyo imprescindible de ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG –además de los partidos nacionalistas que integran el nuevo partido liderado por Yolanda Díaz- si quieren que el Gobierno de coalición que pretenden conformar sobreviva.
En definitiva, una España en manos de aquellos partidos políticos cuya máxima aspiración es finiquitarla. Los números no engañan, que Sánchez revalide la Presidencia del Gobierno depende de los chantajes y caprichos de un prófugo de la justicia española desde 2017 afincado en Waterloo, una localidad belga que ronda los 30.000 habitantes.
Nadie duda ya que Pedro Sánchez hará lo que sea con tal de mantenerse en La Moncloa. Nacionalistas e independentistas catalanes, vascos y gallegos –además de, como he dicho antes, los que integran Sumar- se frotan las manos porque saben de la debilidad por el poder que tiene el Presidente y que esa debilidad representa para ellos una autopista para seguir ahondado en la desigualdad entre ciudadanos que representa cualquier proyecto nacionalista.
Asumido lo anterior, no deja de ser menos triste que el futuro del país y de sus ciudadanos esté en manos tanto de un prófugo de la Justicia sediento de revanchismo como de los trece partidos nacionalistas cuyo apoyo es decisivo para que Sánchez se mantenga al frente del Gobierno.
No estaríamos en este escenario si el PP y el PSOE fueran capaces de articular un gran acuerdo que, como mínimo, garantizase la estabilidad del país y que el futuro de España no estuviera en manos de los nacionalistas que quieren romperla. Desgraciadamente para muchos, esta posibilidad es inviable a día de hoy.
A mi juicio, y dadas las circunstancias y acontecimientos más recientes, solo hay dos escenarios que se contemplan en el horizonte más próximo: o un Gobierno de Pedro Sánchez en coalición con Sumar y dependiente de todos los partidos nacionalistas o una repetición electoral. En cualquier caso, y también a mi humilde juicio, ambos escenarios son negativos para el futuro del país y de sus ciudadanos.
Me temo pues que se avecinan vientos marcados por la inestabilidad política y el chantaje nacionalista. Como si no hubiéramos tenido bastante ya. Entre tanto, los que defendemos una España más justa, más igualitaria y más libre tenemos la obligación de no decaer y reivindicar precisamente eso, que el nuestro es un país de todos y para todos.
Caray, Sr. Cotón, permítame que le haga dos preguntas: ¿Qué es para usted un país de todos y para todos? ¿En qué consiste para usted la estabilidad política, que entre la ultraderecha en el gobierno?
La verdad, leyéndole resulta como más de lo mismo, idéntico discurso al de la Derecha y su prensa afín de los últimos cinco años.
Ahora bien, usted que dice incluirse en el grupo “de los que defienden una España más justa, más igualitaria y más libre” y, a su vez, defiende un gobierno PP+VOX, qué quiere que le diga, algo no cuadra, ¿no le parece? Si de verdad fuese una persona con un pensamiento objetivo, analítico y no un simple altavoz de las falacias de PP y VOX, vería que precisamente son estos partidos los que defienden absolutamente todo lo contrario. La derecha española lo que promueve (y está demostrado) es la injusticia social y la desigualdad (no votando a favor de un aumento del SMI, con amnistías fiscales a los ricos o favoreciendo a las grandes empresas y capitales de este país, rescatando bancos con el dinero de todos, etc.) y respecto a la libertad, en fin, es el PP junto con VOX los que se encargan de censurar obras literarias, teatrales, niegan la libertad sexual, los derechos de las mujeres y la plurinacionalidad de nuestro Estado reconocida en nuestra Constitución. Si realmente fuera usted una persona objetiva en su análisis, quizás ya no estaría tan seguro al decir que PP y VOX son los verdaderos garantes de un gobierno de “todos y para todos” ni que con ellos vaya a llegar esa “estabilidad” política. A lo dicho, quizás una pequeña reflexión no le vendría nada mal antes de opinar. Un saludo.