Bajamos macetas a la plaza… para limpiar el barro | Por Victoriano Fernández

Todo comenzó sobre el año 1971 – 72 . Habíamos llegado a Alcalá desde diversos lugares de España miles de jóvenes recién casados. Nos había atraído el trabajo que ofrecían empresas como La Seda de Barcelona , Cointra, Gal, Ibelsa, Fiesta, Roca… y otras que ahora no recuerdo. También nos atraía el buen precio de los pisos construidos en diversos barrios de Alcalá.

Foto de Pedro Enrique Andarelli

  • Victoriano Fernández Fernández, miembro de la asociacion de vecinos “reyes Católicos”

Foto de Pedro Enrique Andarelli

Todo comenzó sobre el año 1971 – 72 . Habíamos llegado a Alcalá desde diversos lugares de España miles de jóvenes recién casados. Nos había atraído el trabajo que ofrecían empresas como La Seda de Barcelona , Cointra, Gal, Ibelsa, Fiesta, Roca… y otras que ahora no recuerdo.

También nos atraía el buen precio de los pisos construidos en diversos barrios de Alcalá. Entre esos barrios había uno donde las viviendas eran más baratas y las condiciones de pago mejores. Ese era el barrio Reyes católicos donde había varios espacios vacíos y entre esos espacios vacíos uno de especial interés UN ENORME CHARCO DONDE LOS CAMIONES ENTRABAN A DESCARGAR al mercado de Santa teresa.

Por ese mismo charco lleno de baches tenían que pasar cada día nuestros hijos cuando iban a los colegios construido a prisa y corriendo, sin calles asfaltadas ni aceras.

Los charcos de esos espacios vacíos, la falta de árboles en otras plazas , la falta de agua y de buzones de correos, el tener que ir a Madrid a dar a luz por la falta de un hospital… y otras carencias nos fueron poniendo en contacto a vecinos y vecinas. Escribimos cartas al ayuntamiento, hicimos quejas y comenzamos a reunirnos. Vicente Cabezas era el presidente del APA  de Reyes católicos y nos dejó mas de una vez el patio del colegio para organizarnos, Pilar Lledó y otras mujeres y hombres nos sugirieron que era conveniente constituir una asociacion de vecinos para hacernos oir.

Las compañeras de CCOO clandestinas organizaron actos contra el alza del precio de la compra y un día constituimos la asociación con Diego como primer presidente y Santi Villadangos y Juanjo entre los vocales que recuerdo.

Un poco después de constituir la asociación nos atrevimos a hacer una colecta para plantar árboles y llenar de macetas lo que ahora se llama PLAZA DEL BARRO.

Ese día fue como el despertar de la conciencia ciudadana. Antes de poner las macetas estuvimos yendo al ayuntamiento varias veces y algunos jóvenes pusieron pancartas contra el malolor de la plaza. No enviaron los guardias para decirnos que no era legal poner las pancartas. No estaba claro si aquel solar tenía dueño o era propiedad municipal.

Pérez Molina , que años después sería  concejal de seguridad ciudadana creo recordar que fue uno de los que nos informó de que si no actuábamos rápido construirían un edifico y nos quedaríamos “SIN JARDINES”.

Fuera quien fuera quien nos informó tomamos un decisión rápida y nos distribuimos el trabajo para un domingo por la mañana.

Manuel Vega una gran persona trabajadora en la agencia de empleo y poeta preparó un tablado improvisado donde se realizó un acto cultural.

Los vecinos y vecinas menos expertos en jardinería y más capaces de gritar por las calles cogimos megáfonos y fuimos pidiendo por las calles que nos entregaran macetas para convertir el barro en un jardín. Pensábamos que así el ayuntamiento franquista reaccionaría. De hecho algunas concejalas como Asela Sanz  o Fernandez Doberman nos escucharon y apoyaron alguna de nuestras peticiones.

Recogimos más de 400 macetas. No las contamos pero algunos piensan que llegaron a mil.

Expertos en jardinería marcaron caminos en medio del barro y fueron colocando las macetas de la manera más artística posible.

Conseguimos que la prensa local se hiciera eco y nos apoyase . No hay duda de que Sandalio y su familia también deseaban una nueva ciudad a la altura del prestigio de Cervantes y Cisneros.

A partir de ese domingo en el que llenamos de macetas la plaza las manifestaciones fueron en aumento. Unas veces pidiendo escuelas, otras exigiendo que el agua llegara sin cortes.

La democracia participativa que no conseguimos y quedó en proyecto nació de las reuniones mantenidas en las primeras sedes de la asociación de vecinos y de los comentarios que hacíamos vecinos, comerciantes de Santa teresa o de las demás calles que desembocan en la plaza.

Por todo ello puede ser el momento de hacer un reconocimiento amplio del movimiento ciudadano.

Está muy bien eso de poner las manos sobre el barro pero, desde el punto de vista de uno de aquellos vecinos , pensando en el futuro que ahora tenemos delante, en el monumento podrían añadirse alguna replica de aquellas macetas y unas jornadas en las que recordásemos a las personas como Juanjo , Manuel Gabella , Vicente Cabezas o Manolo Vega

De hecho el nombre de la plaza fue algo consensuado,  pero partió de Manuel Gabella y algunos de sus amigos más cercanos, todos y todas sindicalistas comprometidos en sus empresas.

Una re -inauguración en la que se diese la palabra a todas esas personas con un anuncio amplio y algún acto cultural parecido al de aquel donde se leyó este poema


SONETO CASI JUGANDO A LA PLAZA DEL BARRO

 

Plaza del buen jugar; pero hoy del barro

Lodazal negociable a toda prisa

Me juego la esperanza y la camisa

A que alguien llena de moneda el carro.

Apunto , cuando apunto, pero marro

Y equivoco los picos de la brisa

Plaza para los juego y la risa

Plaza del “buen jugar” pero hoy del barro.

Del barro de los hombres siempre alerta

Buscando siempre el oro donde el verde nace

Donde debe crecer un verde altivo.

Algunos la niñez la quieren muerta

Pero deben saber que ya renace

La justicia en los humanos con quien vivo.

Poema de Manuel Vega

 

 

 

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