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La eurodiputada expresó también su “solidaridad y profundo respeto por las personas que son realmente víctimas de todo tipo de acoso, sea sexual o psicológico”.
Así lo señaló en un comunicado en el que, denunció “con mucho dolor” haber sido “injustamente sancionada administrativamente a raíz de una denuncia sobre acoso laboral que exasistentes” presentaron contra ella.
Os comparto mi comunicado sobre los hechos anunciados hoy en el Parlamento Europeo: pic.twitter.com/V9HykkWYPF
— Mónica Silvana González /❤️ (@MonicaSilvanaG) January 17, 2023
Por otra parte, Mónica Silvana González (Buenos Aires, 12 de febrero del 1976), comunicó que recurrirá “internamente según el artículo 177 del funcionamiento del Parlamento Europeo”, y agregó que posteriormente valorará “la decisión de recurrir ante el Tribunal General de La UE para que juzgue la legalidad del proceso”, ya que, señaló “tal como ocurrió en otras falsas denuncias, este organismo devolvió la honorabilidad arrebatada por una falsa denuncia, tal fácil de manchar y tan difícil de limpiar”.
Garantías procesales
Según la socialista, “en este largo e injusto proceso de casi dos años, no he tenido las mínimas garantías procesales que hubiese tenido en cualquier proceso de la justicia ordinaria”, y esgrimió que “el dossier ha estado dirigido por una asistente parlamentaria de la ultraderecha europea, y los testimonios clave de personas que continúan trabajando conmigo no han sido escuchados ni tenidos en cuenta”.
A pesar de la situación, Mónica Silvana González afirmó que seguirá “trabajando como lo hice hasta ahora, tanto a nivel local, regional como europeo”, aportando su “trabajo y compromiso con temas tan sensibles como la ayuda humanitaria, la protección de las comunidades más vulnerables de la sociedad como son las personas con discapacidad, migrantes, afrodescendientes, comunidad LGTBI, y pueblo gitano, entre otros.
La vocación política política le surgió ya en la niñez
A la eurodiputada sancionada por acoso laboral la vocación política política le surgió ya en la niñez. “A los 13 años presidí el centro de estudiantes y me sentí atrapada por la política, a la que siempre consideré una herramienta de cambio social”, explicaba en una entrevista en la prensa argentina.
Graduada en Turismo en la Universidad Nacional del Nordeste (en la provincia argentina de Corrientes), González viajó a los 22 años a España para complementar sus estudios en la Universidad de Alcalá de Henares. Una vez allí hizo “de todo” para quedarse en nuestro país, según relataba ella misma a La Nación.
“Me busqué la vida como pude, como cualquier otro inmigrante, pasando mil vicisitudes, corriendo detrás de la policía porque estuve mucho tiempo sin papeles”, explicaba. Trabajó “en la economía sumergida, limpiando casas, haciendo de camarera, repartiendo folletos”, una experiencia que según decía reforzó su compromiso en la lucha contra la desigualidad.
En 2005 se afilió al PSOE y empezó a trabajar con los movimientos sociales ligados a la inmigración, principalmente latinoamericana. Desde ahí saltó a la política local, como miembro de la ejecutiva del PSOE de Alcalá de Henares y concejala de esta localidad entre 2007 y 2015.
“En el 2014 participé en las primarias de Pedro Sánchez y pude dar un salto importante a la Asamblea de Madrid”, relataba González. Fue de número 10 en la lista de Ángel Gabilondo y ejerció de diputada regional entre 2015 y 2019. Además, de 2017 a 2021 ocupó la Secretaría de Movimientos Sociales y Diversidad en la Ejecutiva Federal de Sánchez, desde donde participó en la reforma de la ley electoral que permitió votar a más de 100.000 personas con discapacidad intelectual.
“Eso fue decisivo en mi trayectoria, ya que me permitió llegar con ese activismo al Parlamento Europeo”, sostiene Silvana. Eurodiputada desde mayo de 2019, ella misma se presenta como la “primera mujer de origen latinoamericano” en ocupar un escaño en Estrasburgo. Es vicepresidenta de la delegación para las relaciones con Mercosur y miembro del comité de Desarrollo y de la Asamblea Parlamentaria Euro-latinoamericana.
Una carrera ascentente aunque discreta (no es especialmente conocida en Bruselas) que podría verse truncada por las graves acusaciones vertidas contra ella por tres antiguos asistentes que ha tenido en la Eurocámara, cuyas identidades no han sido desveladas públicamente. Unas acusaciones que ha validado la presidenta del Parlamento, Roberta Metsola, tras recibir las conclusiones del comité consultivo que trata las quejas sobre acoso y escuchar a la propia interesada.
Dices Denuncia Falsa, que cara dura tienes dimite que son 10.000€ al mes ahora tenian que juzgarte por el comunicado que has publicado, se te tenia que caer la cara de vergüenza ers como las garrapatas tu partido callado si fuesen de otros partidos estarían todas las televisiones erre que erre.
Rodríguez Palacios, da le cobijo en el Ayuntamiento