La gran afluencia de personas a un domicilio, situado en una planta baja, alertó a los investigadores, quienes establecieron vigilancias en torno al mismo y comprobaron que se trataba de un punto de venta de droga al por menor. El narcopiso estaba regentado por dos personas y estaba operativo los siete días en semana, generando alarma social en el barrio al encontrarse ubicado en las inmediaciones de un colegio.
Las pesquisas policiales culminaron el pasado 22 de septiembre con una entrada y registro en este domicilio, donde los agentes intervinieron 108 gramos de hachís, 70 gramos de marihuana y 47 pastillas de éxtasis, así como instrumental para la distribución de estas sustancias y dinero en efectivo.
Por estos hechos, dos personas, residentes en este inmueble, fueron detenidas como presuntas responsables de un delito contra la salud pública, han indicado las mismas fuentes.