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Remitida por Teresa López Hervás, portavoz municipal de Unidas Podemos IU
Sabemos que la democracia pone de manifiesto todas las voces y las percepciones de la realidad para buscar la convergencia en un punto común: mejorar la vida de la gente. Pero la realidad es la suma de muchas visiones, teniendo en cuenta donde te posicionas como persona. Mucho tiene que ver con determinados factores entre los cruces de género, origen y condición socioeconómica. Se podrían sumar la edad, la sexualidad o las creencias; etc.
Haciendo una revisión histórica de los plenos ordinarios en el Ayuntamiento de Alcalá de Henares celebrados durante esta legislatura y tomando como referencia el último en el mes de julio, llama la atención las formas de interactuar cuando cada edil de los grupos municipales y las representaciones de las distintas concejalías del gobierno nos expresamos y nos dirigimos entre nosotras/os. ¿Será que estamos en un reality de la TV ó en programas de cotilleo? ¿Es una simple performance o postureo? Ó ¿es que ya hemos normalizado esta forma de expresarse y dirigirse al resto?
No es fácil hacer el paralelismo cuando estás dentro. No es sencillo escribir esto cuando tienes un rol en el escenario municipal. Sin embargo, analizando con profundidad, al paso de los meses y años, se ha naturalizado el “mal trato” entre las personas que representamos, cada una desde sus intereses y posicionamientos, a la ciudadanía alcalaína. Me pregunto si es necesario referirnos al otro u otra de una forma violenta. OJO, que la violencia no solo es física, como la recientemente sufrida en los disturbios de nuestras fiestas. Existen varios tipos. La violencia verbal, una de ellas y la usada en este caso, puede a su vez expresarse en muchas tonalidades como la peyorativa, la despectiva, la burlesca y, hasta un cierto punto, la amenazante.
Otro ejemplo muy utilizado es el uso de aspectos personales que no son necesarios a la hora de discutir las posibles soluciones de las problemáticas de nuestra ciudad. Espero que no entiendan esta reflexión como una crítica unidireccional, nada mas lejos de mi intención. Esta es una reflexión que abarca las formas en las que todas las representantes nos desenvolvemos en un espacio fundamental de la soberanía popular alcalaína y cómo nos tratamos entre nosotras como representantes de la misma.
La confrontación por las diferentes formas de ver los problemas en sí, no es mala, es necesaria para que conjuntamente se puedan resolver problemáticas que afectan especialmente a los sectores más vulnerables de las personas que habitan en el municipio. ¿Son necesarios tantos ataques personales?
Llegada a este punto y después de más de tres años de legislatura que no ha sido fácil después de una emergencia sanitaria y de los efectos de las actuales crisis climática y socioeconómica que vivimos, no podemos continuar así. Hay formas de debatir, de rivalizar, de contraponer y, sobre todo, de construir. Todo esto desde el respeto y la responsabilidad que tenemos en esta sociedad para contribuir a la eliminación de las formas de violencia, que lamentablemente, vivimos. Al fin y al cabo, deberíamos predicar con el ejemplo.
No basta solo con reafirmar en nuestras mociones, alegatos, replicas, discursos y/o propuestas la “cultura de paz, se hace imperante hacerla tangible y visible.