- En la actualidad, dirigía el equipo técnico y era vocal de la junta directiva, siendo un pilar de difícil reemplazo en la estructura de la asociación.
- Fotos remitidas por el presidente del T.I.A.
Juan Antonio llegó al TIA con la ilusión de participar como técnico de luces y sonido en el espectáculo que, para entonces, estaba montando TIA: Caimán de Antonio Buero Vallejo (1987). Y desde entonces, y durante treinta y cinco años, entregó parte de su vida a la creación teatral desde la dirección técnica de luces y sonido y, más tarde, a la interpretación de muchos y diversos personajes, desde el Juez de la Farsa de Maese Patelín, anónimo del siglo XV, pasando por el Don Diego Tenorio, en ¡Otra vez don Juan! o El Tenorio Complutense de Luis Alonso Prieto y llegando a su último y entrañable papel como el Monstruo de Frankienstein en Los Protagonistas del Miedo del mismo autor.
Pero desde el primer momento de su integración en TIA, su compromiso fue a mucho más, como nos lo demostró siendo el primer Secretario de la Junta Directiva, cuando TIA se transformó en asociación cultural sin ánimo de lucro en 1988. U organizando e impartiendo varios cursos técnicos de luz y sonido para teatro, transmitiendo sus amplios conocimientos, tanto a los miembros del TIA, como a personas ajenas al mismo, pero interesadas por el tema. O formando parte del comité seleccionador de la colección de teatro NUEVOS AUTORES, que ha venido publicando textos inéditos.
Su furgoneta ha transportado equipo técnico y elementos de decorado y otros, cuando fue necesario, a multitud de escenarios en los cuarenta y dos montajes en los que ha participado, para los que además pudimos contar con su buen hacer y habilidad en la fabricación de decorados y enseres, sin olvidar la preparación de montajes musicales con los efectos de sonido necesarios y el diseño de luces y efectos visuales.
En la actualidad, dirigía el equipo técnico y era vocal de la junta directiva, siendo un pilar de difícil reemplazo en la estructura de la asociación por sus saberes, por su claridad de juicio y experiencia, ante las vicisitudes que aparecen irremediablemente en toda organización humana, a veces complicadas o difíciles de resolver.
Jovial, leal, recto y generoso, se fue ganado el afecto y el respeto de todos aquellos con quienes trató y que hoy le recuerdan con cariño y un tanto conmocionados con su ausencia. Como presidente y miembro de Teatro Independiente Alcalaíno he tenido la fortuna de tratarle a lo largo de esos treinta y cinco años y compartir las alegrías, las dificultades y, ante todo, las emociones, que genera el hecho teatral, desde la humilde y generosa perspectiva amateur.
Personas como él son, sin duda, las que mejor mantienen el teatro aficionado vivo.
Juan Antonio: gracias por tu compromiso y buen humor. Te recordaremos, especialmente, después de las representaciones, alrededor de una cerveza o un vino, liberados ya de la tensión que genera toda puesta en escena, y comentando las peripecias y anécdotas surgidas en ella. Dejas en TIA un hueco difícil de colmatar. ¡Adiós, amigo!
FRANCISCO JAVIER BLASCO Presidente TIA