- El cierre obligatorio de los centros de mayores supuso una paralización de las actividades en los centros de mayores tanto en los servicios de peluquería como de hostelería que se venían prestando.
- Fotos de Ricardo Espinosa y video de Myriam Trujillo para ALCALÁ HOY
Alicia Casquete y Susana Bustos son adjudicatarias del servicio de peluquería mixta en el Centro Municipal de Mayores Cervantes desde hace ocho años. La crisis sanitaria declarada hace dos años ha alterado sus condiciones de trabajo y de prestación de este servicio. El cierre obligatorio de los centros de mayores supuso una paralización de las actividades en los centros de mayores tanto en los servicios de peluquería como de hostelería que se venían prestando.
Alicia y Susana nos relatan una situación sobrevenida especialmente angustiosa. Toda vez que esos servicios adjudicados mediante concurso público convocado por el ayuntamiento estaban sujetos al pago de un canon o tasa que fue suspendido durante el cierre de los centros.
“Aquí trabajábamos fenomenal y hemos estado cerrados por causa de la pandemia 16 meses” nos cuenta Alicia Casquete, adjudicataria de la concesión de este servicio. “En el transcurso de ese tiempo el público se ha ido han cambiado de peluquería y cuando se ha realizado la reapertura en el mes de Julio nos hemos encontrado un centro completamente vacío”.
Las adjudicatarias piden una moratoria del pago hasta que se recupere la actividad
Alicia continúa relatando el problema que les acucia a ellas y al resto de servicios de peluquería y hostelería del resto de centros de mayores afectados, y que por problemas de agenda no pudieron acompañarlas para dar a conocer la decisión municipal que ellas nos trasladan.
“Todo empieza cuando desde el ayuntamiento nos comunican que no nos van a cobrar el canon de la peluquería debido a la ausencia de trabajo y que estemos tranquilas. Hasta ahí todo bien. El verdadero problema se inicia cuando en el mes de noviembre nos comunican que nos van a cobrar las tasas con carácter retroactivo desde el mes de julio porque no se pueden anular. Al tener conocimiento de este nueva decisión, es cuando decidimos hacer pública nuestra situación porque no podemos pagarlo al no poder generar esa cantidad de dinero por falta de clientela”.
Susana Bustos por su parte añade, “nosotras dijimos que desde el momento que nos quisieran cobrar tendríamos que dejar de prestar este servicio porque no podemos mantenerlo y nos reiteraron que estuviéramos tranquilas que eso no iba a pasar, y ahora de repente nos encontramos con esto”.
Además de Alicia y Susana, están en la misma situación el resto de compañeros y compañeras que prestan servicio en otros ocho centros de mayores, una gran parte de ellos no han podido aguantar económicamente y han dejado de prestar sus servicios quedando reducido prácticamente a la mitad.
La situación es que además tienen que abonar su cuota de autónomos, los gastos de gestoría, los productos de peluquería y las tasas de concesión de este servicio al consistorio que asciende a 400 euros mensuales y que con carácter retroactivo desde el mes de julio hasta este mes de enero ascendería a la cantidad de 2.800 euros.
Alicia y Susana reconocen la buena voluntad por parte del ayuntamiento en el momento en el que se las comunica la exención del abono de las tasas al entender que no tenían trabajo suficiente para hacer frente a dicho pago, máxime cuando además su clientela está acotada debido a que a este servicio solo pueden acceder clientes a partir de 60 años.
En el mes de Noviembre fueron convocadas a una reunión con una técnico municipal a la que asistió Susana Bustos. “En esa reunión me comunicaron que se había celebrado un pleno en el que había echado para atrás la propuesta de anular el cobro de esas tasas y que las teníamos que abonar con carácter retroactivo, mi postura es que si nos lo hubieran dicho antes nosotras nos habríamos continuado prestando este servicio”.
A fecha de enero estas profesionales al igual que el resto de compañeras y compañeros no han recibido ningún tipo de informe jurídico donde se les explique el cambio de planteamiento con respecto a estos pagos, ni tampoco han recibido ninguna comunicación sobre el método para abonar esas cantidades, que en el caso del servicio de hostelería asciende a una cuantía superior.
Susana Bustos nos traslada una reflexión sobre este asunto “lo que queremos que se sepa es que nos sentimos engañadas, porque si nos lo dicen desde un primer momento nosotras nos habríamos ido y esto no habría pasado”.
Tanto Alicia como Susana intentan mantener la esperanza de que esta situación se solucione de la mejor manera posible y que si no es posible con la condonación de las tasas, que por lo menos se pueda resolver con algún tipo de bonificación o ayuda para poder continuar con su actividad e intentar que su negocio vuelva a la normalidad recuperando también a sus clientes.
… Si han suspendido algo tan importante como las pruebas que se hacían de mamografías; como no se van eliminar las peluquerías.