Claves para entender la ley europea sobre el derecho a reparar un electrodoméstico

La Unión Europea quiere proteger cada vez más al consumidor frente a las grandes empresas, lo cual le ha llevado a crear una nueva ley europea sobre el derecho de reparar los electrodomésticos. El objetivo es conseguir que el cliente tenga la opción de repararlo o comprarse uno nuevo.

  • Información de la ley Derecho a reparar

La nueva ley fue aprobada en el Parlamento Europeo en noviembre de 2020. Desde ese momento los fabricantes tendrán la obligación de ofrecer las piezas de reparación a las personas que quieran reparar y no renovar los electrodomésticos. Como mínimo deberán poner a disposición de los clientes piezas siempre y cuando el electrodoméstico no tenga una antigüedad superior a los 10 años. Si es superior, entonces el fabricante podrá elegir si seguir ofreciendo esas piezas o no.

De esa manera, si tienes un electrodoméstico que se ha estropeado y quieres seguir usándolo, solo tienes que ponerte en contacto con una empresa de reparación sería como Serviciodereparacion.es. Una vez que hayas encontrado un servicio de reparación profesional, ellos se encargarán de todo. Una buena opción para alargar la vida de los electrodomésticos.

Como indican los expertos, con esta nueva ley las personas que lo deseen podrán disfrutar de sus electrodomésticos durante más tiempo y así reducir la huella ambiental. Teniendo en cuenta que el pasado año se generaron más de 53 millones de toneladas de residuos electrónicos, esta medida ha convencido a la gran mayoría de la población.


¿Esto significa que se acaba la obsolescencia programada?

Con esta ley también se quiere luchar de manera directa contra la obsolescencia programada. Es un mal que llevan sufriendo mucho los europeos y que se quiere evitar o al menos reducir. No solo para evitar que la renovación de la tecnología tenga que producirse cada poco tiempo, sino para evitar que los residuos electrónicos se sigan incrementando.

Si analizamos la historia del consumismo en Europa, nos damos cuenta de que en los años cincuenta del pasado año la obsolescencia programada se volvió muy popular. El objetivo era “comprar, tirar y comprar”. De esa manera se conseguía que la cadena de producción no se parara y en consecuencia el empleo estuviese a niveles mucho más bajos. El problema de ese sistema es que provocaba una limitación de los artículos tecnológicos. Es decir, el número de residuos tecnológicos no ha parado de crecer hasta el momento.

Pero gracias a la nueva ley europea se consigue que la filosofía de los consumidores cambie con la nueva ley. Con las nuevas bases se consigue que la reparación sea más atractiva para los consumidores, los cuales saben que las piezas estarán aseguradas por un periodo igual o superior a los 10 años. A partir de ahora una reparación deberá estar asegurada, otra cosa es que el consumidor final vea esa opción como una alternativa.

Además, con la nueva ley los consumidores tendrán una herramienta extra. No solo tienen la opción de acudir al servicio técnico, también pueden reparar el electrodoméstico por sí solos. Las marcas deberán ofrecer a sus clientes los manuales y las piezas de reparación. Otra cosa es que el consumidor final se atreva a reparar el electrodoméstico por sí solo para ahorrarse el coste del servicio técnico. Al fin y al cabo, se intenta conseguir que la expresión “sale más caro reparar que uno nuevo” ya tenga validez. Pero para conseguirlo, la ley tiene que calar entre los consumidores.


Información de la duración de los electrodoméstico

Aunque la ley nos permite avanzar como clientes, la verdad es que todavía queda bastante camino. Por ejemplo, si un consumidor francés compra un producto, puede saber aproximadamente cuál es la vida útil del mismo. Supongamos que un francés quiere comprar un electrodoméstico Balay. Como leemos aquí, hay una amplia variedad de opciones entre las que elegir. Sin la ley francesa, el consumidor se basará en comprar por diseño y características. Pero en cambio el francés también sabrá cual es la media de duración del electrodoméstico. Eso significa que ese seguramente sea el siguiente paso que tendrá que tomar la comisión europea. Tendrá que obligar a exponer a los fabricantes la vida útil media de cada uno de sus electrodomésticos, al igual que se hace con el consumo energético.

Si nos centramos en Francia, podemos ver como los móviles, televisores y portátiles tienen que tener una etiqueta que marca del 1 al 10 la posibilidad de reparar un producto y la vida media del mismo. De esa manera el cliente sabe si realmente se podrá arreglar o una vez que se estropee tendrá que comprar un aparato electrónico nuevo.


Cambiar la mentalidad hacia la reparación

Con la ley de la mano, podemos concluir que Europa quiere optar por un mercado de reparación frente al mercado de renovación. De esa manera, se quiere luchar contra las grandes marcas que en los últimos años cada vez complican más las reparaciones. Un ejemplo claro lo vemos con Apple, la cual dificulta dichas reparaciones para obligar a sus clientes a la renovación frente a la reparación.

Además, según las últimas encuestas realizadas a un porcentaje importante de la población europea, se pudo saber que el 77% de los ciudadanos les hubiese gustado reparar en vez de comprar algo nuevo. Pero por diferentes inconvenientes finalmente se han visto obligados a renovar porque les resultaba imposible reparar. Por ese motivo, ahora nos queda esperar a ver si el pensamiento cambia y las reparaciones vuelven a tener la importancia que tenían hace unas décadas.

 

 

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