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El partido está en gestora desde 2018. La dirección nacional avisa que no hay fecha para el congreso madrileño.
Isabel Díaz Ayuso se ha decidido a dar el paso al frente que la sitúe como cabeza del PP de Madrid. La presidenta madrileña, confirman a ABC en su entorno, va a presentar su candidatura a dirigir la formación en Madrid en el congreso regional que está aún pendiente de celebrarse, y que acabará con tres años de interinidad.
El PP de Madrid está dirigido por una cúpula que fue elegida por la dirección nacional –algo muy parecido a una gestora– desde que en mayo de 2018 dejó el cargo Cristina Cifuentes, tras el escándalo de su máster. La noticia no terminaba de encajarle a la dirección nacional del partido: fuentes de Génova preferían guardar silencio hasta que hubiera una manifestación pública al respecto de la propia Ayuso, y se mostraban convencidos de que «no daría ese paso sin hablarlo antes con Pablo Casado».
Díaz Ayuso y su entorno habían manifestado en reiteradas ocasiones su interés por hacerse con el poder orgánico en el PP. Pero en el partido coexistían dos corrientes: los que preferían mantener un modelo de bicefalia, como el que había funcionado desde los tiempos del presidente José María Aznar, cuando puso al frente del PP madrileño a Pío García-Escudero, por un lado. Y por otro, los que aplaudían que la misma persona fuera presidenta autonómica y del partido, como ocurre en otras comunidades como Andalucía o Galicia.
Bicefalia o modelo Aguirre
Los primeros defendían la bicefalia como una fórmula más prudente en una comunidad donde el peso de los altos cargos –en este caso, la presidenta Isabel Díaz Ayuso y el alcalde José Luis Martínez-Almeida, que es además portavoz nacional del PP– es tan grande. Evitaría, creen, tanto la concentración de poder en pocas manos como los choques de egos.
El propio Martínez-Almeida se mostró favorable a esta primera fórmula, al alegar que el presidente de los populares madrileños debía tener «dedicación exclusiva». Eso sí, dejaba claro en mayo, en una entrevista en ABC, que no estaba dentro de sus planes «en este momento» rivalizar con Díaz Ayuso para ese puesto.
Los partidarios de esta bicefalia casi le habían puesto nombre y cara a la posible cabeza del PP de Madrid: apostaban por Ana Camins, la actual secretaria general del PP madrileño, mujer de la entera confianza de Pablo Casado y también muy cercana a Díaz Ayuso. Su impulso al partido, traducido en una movilización muy fuerte de afiliados y cuadros en la última campaña electoral, le ha valido el reconocimiento general, máxime cuando se venía de una época –tras el fiasco de la última legislatura de Cifuentes– con el partido seriamente tocado por los acontecimientos y muy desmoralizado.
Sin embargo, en el equipo de la presidenta Isabel Díaz Ayuso –y en otros sectores del partido– apoyaban que ella fuera la número uno del PP madrileño por su condición de presidenta regional, como había ocurrido en los tiempos de Esperanza Aguirre. Su arrollador triunfo en las elecciones del 4-M les pareció a sus partidarios aval suficiente para apoyar su candidatura, y entendían que con él acababan las discursiones.
Tras esa fecha, pocos parecían discutirle a Díaz Ayuso su derecho a querer presidir el partido. Ahora, ha dado el primer paso hacia esa nueva meta. Que algunos diputados con solera consideran «absolutamente lógico. La presidenta se siente muy fuerte, se encuentra muy respaldada por las urnas y sabe que este es su momento; no va a desaprovecharlo».
Mientras, en la dirección nacional de la formación evitaban hacer valoraciones hasta que no sea ella misma la que, de forma pública, exprese su intención de presentar la candidatura a presidir el PP madrileño.
Recordaban además que a día de hoy, el congreso madrileño no solo no tiene fecha, sino que ni siquiera está convocado aún. El hecho de continuar, desde hace más de tres años, dirigidos por una gestora ha provocado las quejas de sectores de la militancia popular en Madrid, que pedían convocar cuanto antes el congreso en que los afiliados votaran para elegir a su cúpula. Lo último que se ha sabido es que la dirección nacional tenía previsto celebrar el congreso madrileño a finales de este año o comienzos del próximo.