- El pasado 16 de febrero, el Consejo de Ministros presentó al Congreso el listado de 34.961 bienes inmuebles inmatriculados por la Iglesia entre 1998 y 2015.
Durante aquel periodo, amparándose en una reforma de la Ley Hipotecaria de José María Aznar, la cúpula de la jerarquía católica se apropió de miles de bienes inmobiliarios sin necesitar más prueba de propiedad que un informe emitido por la propia autoridad eclesiástica. Entre los bienes inmatriculados no sólo hay lugares de culto, también hay viviendas, garajes, locales, plazas públicas, terrenos agrícolas, solares urbanos…
A partir de ahora este listado es público y podrá comenzar así el proceso de reclamación por parte de particulares que consideren que tienen derechos previos de propiedad.
El coordinador de Izquierda Unida Alcalá y concejal de Unidas Podemos IU en el Consistorio complutense, David Cobo, denuncia que en Alcalá de Henares el Obispado se ha inmatriculado la Iglesia Catedral Magistral y la Plaza de los Santos Niños. “El Obispado de Alcalá de Henares se ha apropiado de la emblemática Plaza de Santos Niños, la cual jamás ha sido del Obispado. La Plaza de los Santos Niños es patrimonio de los vecinos y vecinas de Alcalá de Henares, a ellos y sólo a ellos pertenece”, afirma Cobo.
Ya en septiembre de 2019 se aprobó en el Pleno del Ayuntamiento una moción en la que se reivindicaba que la Plaza Santos Niños es de titularidad pública y se instaba al gobierno municipal a ejercer “las acciones necesarias, administrativas o incluso judiciales, encaminadas a confirmar la titularidad pública de la Plaza”. En este sentido, el concejal de Izquierda Unida, David Cobo, ha querido recordar este acuerdo plenario e insta “a revertir y subsanar el robo de la Plaza de los Santos Niños”.
Y no tendréis otras cosas más importantes por las que protestar. Paro, subidas de impuestos, privación de libertad…
He leído el artículo y me ha extrañado mucho dado que la apertura de la plaza de los Santos Niños tuvo lugar a finales del siglo XIX, por lo que está perfectamente documentado, y publicado, el proceso mediante el cual el Ayuntamiento fue adquiriendo una por una las fincas y derribándolas; no estamos hablando de edificios o propiedades medievales sobre los que no existen escrituras.
Como mucho, podría haber cierta polémica en el caso del callejón del Cristo de la Cadena que separaba la fachada lateral de la Magistral de las traseras de los edificios antes de que fueran derribados, ya que sí es cierto que el cabildo lo tenía cortado por ambos extremos, salvo para acceder a la Magistral, mientras el Ayuntamiento defendía su carácter de vía pública y como tal lo incorporó a la plaza, lo que en su momento motivó protestas por parte del cabildo aunque acabó aceptándolo. En cualquier caso, el callejón no ocupaba ni de lejos la totalidad de la plaza actual, sino una mínima parte de ella.
Pero lo que me ha sorprendido sobremanera es que al consultar el listado de bienes inmatriculados, que el Gobierno acaba de hacer público y viene reproducido en numerosos periódicos, con la única inmatriculación con la que me he encontrado en Alcalá es la de la propia Magistral, templo y dependencias complementarias, algo que supongo no será cuestionable. Ignoro si en otros pueblos de la diócesis pudiera haber casos dudosos, pero en Alcalá, insisto, la inscripción está bastante clara.
Por ello, la acusación de IU no se ajusta a lo reflejado en el documento oficial, sin que tampoco aporte ninguna prueba al respecto.
Así pues, sería conveniente que el señor Cobo aclarase este asunto, bien con pruebas que lo demostraran ahora que el listado es público, bien retractándose en caso de que sus afirmaciones no correspondieran a la realidad. No es una cuestión de ideología ni de creencias religiosas, sino de simple respeto a los ciudadanos.
Mis disculpas, cometí un error y ruego a Alcalá Hoy que lo corrija: el callejón no era el del Cristo de la Columna, sino el del Cristo de la Cadena, por las cadenas que lo cortaban en sus dos extremos. Este callejón contaba con un pequeño atrio que protegía a la puerta y se apoyaba en la fachada trasera de la casa que tenía enfrente, el cual fue derribado a la par de ésta.